Mostrando las entradas con la etiqueta ética. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ética. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de abril de 2025

Falla interdictiva y paradojas del goce: entre Ley, deseo y responsabilidad

Al referirnos a la falla interdictiva, situábamos el desplazamiento del efecto castrativo desde lo discursivo hacia lo propiamente lenguajero. La paradoja central de este proceso radica en que, allí donde se espera un acceso, se inscribe una hiancia. Esto nos lleva a una pregunta fundamental: ¿no es una paradoja que cuanto más el sujeto se pliega a la ley moral, más feroz se vuelve el superyó?

Si el sujeto no accede al goce esperado, entonces ¿qué ocurre en su lugar? Algo de la satisfacción se inscribe, pero de un modo peculiar: una satisfacción corta y estancada, determinada por las coordenadas de la ley. Esta forma de satisfacción señala, por un lado, su raíz fantasmática y, por otro, la insatisfacción como horizonte estructural.

Aquí emergen las paradojas del goce y su oscura relación con la ley. El goce se presenta como aquello que el sujeto persigue en la medida en que le es inaccesible. En este punto, los discursos que prescriben derechos entran en juego: el derecho regula el acceso al goce, pero en términos de usufructo y no de pertenencia. Es precisamente en esta distinción donde se sitúa la discrepancia entre psicoanálisis e ideología.

Si el goce es estructuralmente inaccesible, Sade aporta una precisión clave: el goce se juega en la transgresión (o al menos en su tentativa). Más que el objeto en sí, lo que importa es el empuje que aspira a un más allá, punto donde la pulsión conecta con lo que está allende al régimen del placer.

Para diferenciar moral y ética, emergen interrogantes sobre las consecuencias éticas de un análisis, especialmente en lo que respecta a la dimensión del deseo. Si el deseo introduce un límite al goce, se impone una pregunta crucial: ¿ante qué nos detenemos? Y aún más, ¿frente a qué retrocedemos? Estas cuestiones, aunque afines en su campo semántico, no son equivalentes y abren el debate sobre un problema central en el análisis: la responsabilidad más allá de la culpa.

martes, 18 de marzo de 2025

Psicoanálisis y moral: una genealogía del goce y el deseo

El establecimiento de un campo ético propio del psicoanálisis requiere separarlo de la moral. No solo se oponen, sino que sus horizontes son contrapuestos y heterogéneos, definidos por la distancia entre el goce y el deseo.

Aquí es ineludible la referencia a Nietzsche y su genealogía de la moral. En su análisis, la pregunta central es: ¿cuál es el origen de la moral? A través de una indagación de los valores —lo bueno, lo malo, el mal y lo malvado—, Nietzsche busca cuestionar los valores preestablecidos y mostrar que no son naturales, sino el resultado de una operación de fundación. En este proceso, introduce la figura de una casta sacerdotal, mostrando cómo la moral implica siempre una relación con el Otro y, en un sentido amplio, nunca es completamente laica.

Freud sigue un camino similar en La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna (1908), donde explora el papel del Otro en la constitución de la sexualidad y su vínculo con la ley. Allí, la moral es entendida como un semblante con valor histórico, así como una estructura que condiciona la satisfacción en el hablante.

Hablar de una genealogía de la moral es referirse a una hermenéutica, una interpretación que no se limita a la producción de sentido. En psicoanálisis, esta genealogía implica reconocer el valor de la pulsión, en oposición a la tradición que vinculaba la satisfacción únicamente con el placer. Es en este punto donde Freud introduce un nuevo horizonte para la satisfacción: el más allá del principio del placer.

Desde Freud, el concepto de valor se trastoca y se apoya en el término Deutung (interpretación), presente tanto en Die Traumdeutung como en Bedeutung (significación). Esto nos lleva a preguntarnos: ¿debe entenderse esta Deutung como una mera designación? ¿Es posible una genealogía sin una operación de designación que inscriba lo indecible del deseo?

lunes, 10 de febrero de 2025

Las metas morales del psicoanálisis y la crítica lacaniana

 En la versión oficial del Seminario sobre la ética del psicoanálisis, la clase 23 lleva el sugerente título de “Las metas morales del psicoanálisis”. En este contexto, Lacan enfatiza la necesidad de diferenciar la práctica analítica de cualquier intento de orientación moral preestablecida. Su abordaje del goce, entendido como tributario de la pulsión y, por ende, de la experiencia moral, representa uno de los desarrollos más innovadores del seminario.

Uno de los puntos clave que Lacan introduce es la tensión entre el deseo y lo que denomina el “servicio de los bienes”, es decir, el ideal burgués de bienestar. Él mismo advierte sobre lo “arriesgado” de este planteo, ya que su propuesta es una ética centrada en el deseo, lo que implica necesariamente un distanciamiento de las concepciones tradicionales, vinculadas al registro del Amo y a normas morales predefinidas.

Este cuestionamiento conlleva una crítica directa a su propio contexto —y quizás también al nuestro—: considerar que la práctica analítica debe apuntar a una “normalización psicológica” equivale a moralizar el psicoanálisis. En su época, esta moralización se expresaba en la tendencia a privilegiar la genitalidad como norma, allí donde la castración imposibilita la complementariedad sexual.

Este ideal de una “felicidad sin sombras” es problematizado por Lacan, quien dirige su pensamiento desde la razón hacia lo opaco, desde el determinismo iluminista hacia lo real de la división del sujeto.

En este punto, su apoyo en Freud es claro. Freud señala que en el sujeto opera una instancia paradójica: el Superyó. Y su paradoja radica en que, cuanto más sacrificios se realizan en su nombre, más feroz se vuelve su exigencia.

martes, 31 de diciembre de 2024

La Importancia de una Decisión en el Análisis: Ética, Tiempo y Significación

El malestar que conduce a un sujeto a consultar a un analista puede estar ligado, en ocasiones, a la imposibilidad de tomar decisiones. En otras, la consulta surge precisamente porque el sujeto se encuentra ante la necesidad de decidir y no halla una manera de hacerlo, ya sea por los elementos en juego, una inhibición, o algún impedimento.

Un ejemplo interesante es el de alguien que, reflexionando sobre su vida, concluye que las decisiones realmente importantes no han sido muchas, incluidas aquellas tomadas en análisis. Esto nos lleva a una pregunta esencial: ¿qué hace que una decisión sea importante? ¿De dónde proviene su importancia?

La relevancia de esta pregunta radica en apartar la idea de que el peso de una decisión reside únicamente en el hecho concreto de llevarla a cabo. La importancia de una decisión no se encuentra en un ámbito puramente positivo ni en la acción inmediata del sujeto, sino que depende de dos dimensiones principales:

1. La dimensión temporal y el aprés-coup
El valor de una decisión no puede ser anticipado, pues sus efectos y su peso en la vida del sujeto solo se manifiestan retrospectivamente, en un aprés-coup. La relevancia de una decisión se evalúa desde las consecuencias que genera en la estructura subjetiva del sujeto, un cálculo que no puede realizarse en el momento de decidir.

2. Ética versus moral
Aquí es fundamental distinguir entre moral y ética. La moral se entiende como un conjunto de normas y prescripciones que ordenan un camino a seguir. En contraste, la ética implica un juicio posterior, vinculado al acto del sujeto y sus consecuencias. El psicoanálisis sitúa este juicio en un nivel diferente, destacando cómo la decisión no solo se mide por su adecuación a un deber moral, sino por su impacto en la posición subjetiva del sujeto.

En esta línea, la importancia de una decisión para el sujeto radica en su valor significante. Una decisión afecta la relación del sujeto con el Otro, descompletándolo, poniendo en evidencia su inconsistencia y desafiando su estructura. En este sentido, una decisión no es solo un acto práctico, sino un movimiento que reordena la relación del sujeto con su deseo, con el Otro y consigo mismo.

Así, el análisis no busca simplemente que el sujeto tome decisiones, sino que, al hacerlo, estas adquieran una dimensión ética, orientadas no por la certeza de un resultado, sino por la transformación subjetiva que conllevan. La verdadera importancia de una decisión se revela en su capacidad de inscribir una diferencia en la vida del sujeto y en el lazo con el Otro.

martes, 17 de diciembre de 2024

La ética del deseo en el psicoanálisis: entre lo dicho y lo inaprehensible

El deseo ocupa un lugar central en la práctica analítica, configurando una ética radicalmente distinta a la ética del discurso del amo. Mientras esta última busca la conformidad y el dominio, la ética del psicoanálisis es una ética del deseo, tal como lo conceptualiza Jacques Lacan al releer a Freud.

Sin embargo, el deseo plantea no solo una importancia crucial, sino también una dificultad inevitable: su carácter inaprehensible. Lacan logra esclarecer esta dimensión esencial del deseo a través de múltiples referencias filosóficas. Un punto clave en esta elaboración se encuentra en el Seminario 6, donde el deseo es examinado desde el efecto del significante, más allá de cualquier objeto concreto como meta. Aquí cobra valor la perspectiva socrática: el deseo no busca un objeto, sino que se dirige hacia otro deseo. Del mismo modo, la influencia de Hegel permite a Lacan formular su aforismo fundamental: "el deseo es el deseo del Otro".

Esta complejidad, vinculada a la ausencia de objeto, permite diferenciar claramente el deseo de un anhelo. Mientras que el anhelo tiene un carácter imaginario y puede articularse en palabras —perteneciendo así al campo de lo dicho—, el deseo, por su propia naturaleza, se presenta como indestructible e imposible de ser plenamente dicho. El deseo no se articula en el plano del discurso, sino que se sitúa en el nivel de la enunciación, lo que lo hace articulado sin ser articulable.

Como "deseo del Otro", el deseo apunta a una falta, porque carece de un objeto que pueda completarlo. Por el contrario, el anhelo puede orientarse hacia un objeto concreto que el sujeto incluso podría demandar. Así, el deseo no se vincula a un objeto específico, sino a una posición subjetiva, una que siempre se despliega en una escena relacional: el deseo del Otro.

En definitiva, el deseo, en su dimensión inaprehensible, funda la ética del psicoanálisis, distinguiéndose radicalmente del anhelo, que pertenece al orden de lo imaginable y decible. Mientras el anhelo responde a la lógica del objeto, el deseo remite a una posición que, en última instancia, revela la falta estructural que lo sustenta.

jueves, 3 de octubre de 2024

El analista no dirige

 A poco de iniciada su enseñanza pública Lacan escribe un texto en el cual interroga el concepto de dirección de la cura en psicoanálisis, para oponerlo al setting analítico que se jugaba en la comunidad analítica de la IPA con la que discute. Éste era entendido de tal modo que llevó a una especie de burocratización del dispositivo.

Esa burocratización es lo que Lacan discute y la inicia con lo que dio en llamar el retorno a Freud. El psicoanálisis, en función de los pilares del planteo freudiano, ¿qué concepto de la cura implica?

Al sintagma dirección de la cura le agrega otro que pone sobre la mesa la problemática del poder que la transferencia le otorga al analista: “La dirección de la cura y los principios de su poder”.

Allí es claro respecto de la libertad del analista. Lo es en el modo de sus intervenciones; lo es bastante menos en la transferencia, porque su papel allí, la posición que está llamado a ocupar no lo decide el analista sino el discurso del sujeto; y carece definitivamente de libertad en lo que se juega a nivel de la política, que no es otra que la que dicta la ética del psicoanálisis, o sea la orientación por el deseo.

Lo dijimos más de una vez, la ética es del psicoanálisis y no del psicoanalista, por consiguiente, la dirección de la cura, para responder a las categorías y a las coordenadas éticas propias del campo del psicoanálisis, prescribe que el analista no dirige al sujeto, y esa cuestión le impide al analista ser un director de conciencias.

El planteo lacaniano no trata de conductas. No conforma una técnica que ordene el proceder, sino que ubica un norte para el hacer ético del analista. Entonces, si alguien se viese tentado a dirigir al sujeto, indicándole hacia donde ir, esto está reñido con las coordenadas propias de la praxis analítica. A partir de lo cual lo que define a un analista no es lo que declama, sino lo que practica.

La cura por "su-posición".
Del planteo lacaniano, en su discusión con la IPA, se puede desprender que el analista no cura tanto por lo que dice, sino por la posición que ocupa en la transferencia.

Esto no significa, por supuesto, que lo que el analista diga no sea relevante y no lo habilita a andar diciendo cualquier cosa en cualquier contexto ni de cualquier manera, sino que es una lectura que apunta a marcar el valor fundamental, la incidencia y la eficacia que puede tener un analista en la medida de su posición en la transferencia.

Podemos hacer jugar aquí cierto equívoco que está indicado en el guion del título de este posteo.

El analista cura por suposición en la medida en que se presta a sostener esa suposición de saber que da inicio a la transferencia. Se presta a sostener esa ilusión sin alimentarla ni combatirla, durante un tiempo. Sostiene ese ensueño o esperanza por el cual se erigió la cura, con la ilusión (del paciente) de que se va a encontrar en la transferencia con algo que permita restituir la consistencia afectada del Otro.

A su vez, el analista cura por su posición. Y ello en la medida en que se presta a cumplir un papel en el juego transferencial.

Si vía la suposición se juega el espejismo que ilusiona con la completitud y la consistencia del Otro; del lado de su posición en la transferencia se pone en acto aquello que escapa al saber.

De un lado los velos; del otro el resto de la cosa sabida.

Esta disparidad en cuanto a la función del analista conlleva temporalidades en la cura, indican una orientación, y están sujetas a los vaivenes propios de la singularidad de cada cura.

martes, 10 de septiembre de 2024

Los ideales del analista: "Vengo a resolver algo puntual"

 A veces hay que considerar el problema o la incidencia que podrían tener sobre la cura los ideales del analista. No me refiero solamente a los ideales en el sentido de aquello concernido en su subjetividad: sus inclinaciones, ideológicas o de alguna otra naturaleza similar. Si no que a veces funcionan como obstáculos ciertos ideales en cuanto a ciertas ideas preconcebidas respecto de lo que debe ser un psicoanálisis, y agregaría, en todos los casos y en cualquier circunstancia.

El asunto es qué sucede o cómo intervenir respecto de un sujeto que acude a un analista, solamente con la aspiración a resolver una cuestión muy puntual, sin ir mucho más lejos que eso.

Esta es una pregunta fundamental importantísima. Y mi respuesta fue que, en ese caso, el analista lo único que debiera hacer, desde mi lectura, es acompañar en eso al sujeto sin pedir nada más.

Entiendo que es el planteo acorde con la ética, por cuanto al ser una ética del deseo, prescribe que el analista no demande. Además, entiendo que es el planteo de Diana Rabinovich cuando llama la atención acerca de que el analista no debe empujar al sujeto al heroísmo.

A veces no hay más que un acompañar al sujeto respecto de aquello que lo trae a la consulta. Pero eso no significa que el analista deba renunciar al deseo del analista.

Entonces, sin demandar, podrá apostar a inducir allí, en ese pedido, un efecto de división que abra la posibilidad de una pregunta, y quizás esa pregunta abra el margen para un análisis.

martes, 6 de febrero de 2024

Soy psicólogo clínico y un abogado de un paciente me pidió un informe: ¿Qué hago?

Pregunta una colega: Buenos días tengo en tratamiento dos mujeres por violencia de género, sus abogados me piden "les realice informe " para presentar junto con la causa iniciada contra ex marido y ex pareja respectivamente. Esto sería informe del tratamiento o sería ser perito de parte ? Me confunde eso.

Yo haría un certificado de tto y pondría un dx y nada más.

Es decir "dejo constancia que xxx DNI xxxx se encuentra realizando tto psicológico en dispositivo individual con esta profesional desde tal día hasta la fecha. 

Dx s/DSM-5: Códigos

No entregaría otra cosa que no sea esa. Cuando hablamos de pacientes, se está en un ámbito clínico, tenés otro rol. Pone todo esto a trabajar en el tratamiento. Los informes, el juicio, los abogados, los certificados, todo todo ponelo a laburar. Y la pericia que la hagan los peritos de oficio/oficiales y algún consultor técnico/perito de parte (según fuero) si lo desean y que ese consultor técnico /perito de parte no seas vos


sábado, 8 de julio de 2023

"Pegan a un paciente": cuando Lacan golpeaba a sus pacientes

Nos dice el genial psicoanalista Diego Troncoso en El regreso a Freud tras el extravío de Lacan (2018):

Al hablar de las las intervenciones de los analistas, en la bibliografía encontramos momentos de Lacan que resultan polémicos. En ese sentido, Diego Troncoso publicó citas con los golpes, abusos, intervenciones de Lacan contra sus pacientes, documentado por "sus propios fieles", según puso el colega.
Lo interesante es cuando se intenta justificar cualquier tipo de intervención y golpes como formas de aportar sentido... Vale decir, un todo vale incluyendo violencia física en sesión sin al menos replantearse si no es un asunto de contratransferencia, cuando no de exceso.


















sábado, 24 de septiembre de 2022

Cosas que (probablemente) no sabías sobre el secreto profesional y que deberías

 Hay situaciones de borde entre la psicología y el ámbito legal que ameritan tener ciertos conocimientos, lamentablemente poco trasmitidos en el ámbito académico de grado. Por ejemplo, ¿Qué situaciones ameritan denuncia y cuáles quedan guardadas bajo el secreto profesional? 

1- Hay un mito relacionado con la "superioridad" del Poder Judicial sobre nuestra práctica.

A los equipos de guardia de Salud mental, por estar insertos y ser partes del sistema de salud, se les suele pedir respuesta desde diferentes dispositivos y actores. Esta respuesta suele pedirse "de manera urgente" y suele estar inscripta en un discurso de superioridad.

Sin embargo, un psicólogo que trabaja en salud no es un perito, de manera que no es un operador de la Justicia. No obstante, como agentes de salud deben dar respuesta, la cual será incluída en un expediente judicial. Aunque al psicólogo le llegue un oficio, una de las respuestas que se podría dar es que la pregunta no es pertinente al ámbito donde se la está realizando.

El poder judicial es uno de estos actores. El psicólogo (u otro profesional de la salud) debe tener en claro que no hay por qué responder a cualquier pedido ni de cualquier manera. También debe saber que, en muchas ocasiones, si es pertinente, los equipos pueden y deben no dar respuesta, siendo esa la intervención adecuada.

Lo único que un psicólogo puede responder son informes de riesgo e informes de estado actual. Todo el resto de las preguntas no son pertinentes a un equipo de guardia. Ej: determinación de capacidad, evaluación de capacidad parental, psicodiagnósticos, art 34, 77, 78... etc. 

En los equipos de salud mental, esto se eleva siempre por vía jerárquica. Debe dirigirse correctamente, consignando horas, fechas, firmas del equipo completo. 

2- El Juez no puede relevar al profesional de la salud del secreto profesional en el ámbito asistencial.

El secreto profesionales un deber que obliga a ciertos profesionales a no revelar o develar a terceros lo que se ha conocido en el ejercicio de la profesión (art. 156 CP). Solo exime guardarlo la justa causa, que es el riesgo para sí o para terceros. Esto responde a fundamentos éticos y legales.

Otra creencia extendida entre todos los profesionales de la salud de que si un Juez llama al profesional y lo releva del secreto profesional, el psicólogo -en este caso- puede contarle al Juez ó hacerle un informe respondiendo a lo que éste solicite. Esto es ilegal.

Aclaremos algo: en el ámbito pericial, el secreto profesional no existe para la persona como en el ámbito asistencial de un paciente. De manera que en el primer caso, una pericia, el Juez puede pedir los protocolos de los tests tomados, por ejemplo. Pero en el ámbito asistencial, aunque el Juez citara al psicólogo a una testimonial, sólo puede hacerlo con el permiso del paciente.

En la relación agente de salud - paciente, es este último el dueño el dueño sobre el secreto profesional y no el Juez. Se trata de un derecho personalísimo que el Juez no puede relevar.

3- "Justa causa" no es cualquier cosa.

La justa causa que exime del secreto profesional es únicamente el riesgo inminente para sí o para terceros.

Si un paciente cuenta en su sesión que mató a una persona y la tiene enterrada en el jardín de su casa, no hay que denunciarla. Esto es simplemente porque la persona ya se murió, no hay un riesgo que pueda ser prevenido. En cambio, si viene una mujer y dice que cometerá un homicidio, ahí debe denunciarse. La justa causa es prevenir que dañe a un tercero. 

La regla es: no se puede hacer nada con lo que ya sucedió. Si un paciente cuenta que está triste porque hace dos meses abusó de su sobrino, en principio no correspondería abusar porque pasó. Aunque el abuso sexual nos caiga peor que el homicidio, en lo legal, que un paciente haya abusado de alguien no hay que denunciarlo. Distinto es cuando el paciente dice que volverá a hacerlo, o que lo hace habitualmente y cuida a ese menor (ahí hay riesgo). El tema es que ese ser humano tiene derecho a la salud para trabajar eso, accediendo a un profesional.

Ahora, secreto profesional no quiere decir que un psicólogo no haga nada con eso que fue contado en la terapia. Se puede trabajar para que el mismo abusador del ejemplo haga la denuncia. 

Por otro lado, los profesionales no denuncian por violencia doméstica cuando escuchan que un paciente que es padre no pasa la cuota alimentaria, y eso es un delito cometido en el momento contra niños, niñas o adolescentes, que es una violencia tipificada en el código. Este último caso es más denunciable que el paciente que mató o abusó.

La "justa causa" excluye el padecimiento mental. Si un esquizofrénico dice que las voces le ordenan matar, ahí lo que corresponde es una internación y no una denuncia.

Veamos un caso de resguardo del secreto profesional:

Una psicóloga atiende en la guardia a una niña, que cuenta que fue abusada por su padre. La psicóloga denuncia al padre, por pedido de la madre que no se animaba a hacer la denuncia. A la profesional le llega la siguiente citación. 


La profesional se presenta en la comisaría para declarar en el marco de la causa Fulana... Y la psicóloga le pide al policía la autorización de los padres (o a la madre) para levantar el secreto profesional. El policía llama al Juzgado y la secretaria dice que el Juez le levanta el secreto profesional. La psicóloga le explica a la secretaria, por teléfono, que el secreto profesional es del paciente y que el Juez no puede levantarlo, que en el caso de los menores, es la madre, padre o curador quien lo hace y que por tratarse de un derecho personalísimo, no lo puede relevar el Juez.

La psicóloga dice que no se está negando a declarar, sino que lo hará cuando la madre autorice a levantar el secreto profesional de la menor. La profesional se queda con esta constancia:


 Como vemos, la profesional ha resguardado el secreto profesional de su paciente.

4- Entonces, ¿qué se denuncia?

Así como hay que guardar secreto profesional ante algunas situaciones, los profesionales tenemos la obligación de denunciar otras:


Cuando el menor denuncia abuso sexual y lesiones, corresponde denunciar. 

Hay casos de violencia de género que se denuncian y otros no. Si una paciente cuenta un hecho de violencia en el que ella es víctima y ella no quiere denunciarlo, no se debe denunciar. Hay un principio de derecho que rige que es el de autonomía, el derecho a decidir qué hacer con su vida. Eso no quiere decir que el terapeuta no trabaje para ampliar la red del paciente, llamar a algún pariente, etc. 

La única situación de violencia que puede denunciar un profesional de la salud sin autorización de la mujer adulta autónoma, son las cuestiones donde haya habido lesiones graves o gravísimas. Ejemplo, si a una mujer le sacaron cuatro dientes de un golpe, eso ya se considera grave. Lesiones graves y gravísimas implican que el curado dure más de 30 días. En estos casos de lesiones graves o gravísimas, el profesional debe denunciar aunque la paciente no quiera.

Se denuncian todas las lesiones en menores de edad y personas con discapacidad intelectual.

Ahora, en la Oficina de Violencia Doméstica de la SCJ, todas las denuncias que se toman pasan a penal, aunque la mujer no deseé denunciar. Esto es porque consideran que por encima de todo se encuentran las Convenciones de derechos humanos sobre el tema.

martes, 6 de septiembre de 2022

La ética del bien decir

Entrada previa: Sexualidad, el carácter de la verdad y la mentira.

Freud, en El chiste y su relación con el inconsciente:

«Un pobre se granjea 25 florines de un conocido suyo de buen pasar. Ese mismo día, el benefactor lo encuentra en el restaurante ante una fuente de salmón con mayonesa.
Le reprocha «¿Cómo? ¿Usted consigue mi dinero y luego pide salmón con mayonesa? ¿Para eso ha usado mi dinero?
— No lo comprendo a usted -responde el hombre puesto en cuestión-; cuando no tengo dinero, no puedo comer salmón con mayonesa; cuando tengo dinero, no debo comer salmón con mayonesa. Y entonces, ¿cuándo diablos quiere que coma salmón con mayonesa?»

Aquí, por fin, ya no se descubre ningún doble sentido. y tampoco la repetición de «salmón con mayonesa» puede contener la técnica del chiste, pues no es «acepción múltiple» del mismo material, sino una efectiva repetición de lo idéntico, requerida por el contenido. Podemos quedarnos un tiempo desconcertados ante este análisis; acaso recurramos al subterfugio de impugnar el carácter chistoso de esta anécdota que nos hizo reír. 

¿Qué otra cosa digna de mención podemos decir sobre la respuesta del pobre? Que se le ha prestado de manera curiosísima el carácter de lo lógico. Pero sin razón, pues la respuesta misma es alógica. El hombre se defiende de haber empleado en esas exquisiteces el dinero que le dieron, y pregunta, con una apariencia de razón, cuándo comería entonces salmón. Pero esa no es la respuesta correcta; su benefactor no le reprocha que se deleite con salmón justo el día en que le pidió dinero, sino que le recuerda que en su situación no tiene ningún derecho a pensar en tales manjares. Este sentido del reproche, e! único posible, es e! que omite el bon vivant empobrecido; su respuesta se dirige a otra cosa, como si hubiera incurrido en un malentendido sobre el reproche.




La anfibología es el empleo de frases o palabras con más de una interpretación. También se la llama disemia (dos significados) o polisemia (varios significados), aunque estrictamente hablando, una polisemia no es siempre una anfibología.

Una anfibología puede dar lugar a importantes errores de interpretación si se desconoce el contexto discursivo del enunciado anfibológico. Una característica casi constante de las anfibologías es la ambigüedad.

Anfibología de lo real. Lo real es inexpresable, se puede acercar de forma imperfecta, solo a medias. Resta un sin sentido, o una ausencia de sentido (absense). 

La verdad se especifica por ser poética. Dice Lacan, en el Seminario 24 (19/4/1977)- inédito:
"La metáfora, la metonimia, no tienen alcance para la interpretación sino en tanto que son capaces de hacer función de otra cosa, para lo cual se unen estrechamente el sonido y el sentido. Es en tanto que una interpretación justa extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética. No es del lado de la lógica articulada — aunque yo me deslice allí dado el caso — que hay que sentir el alcance de nuestro decir. No es que haya nada que merezca hacer dos vertientes, lo que enunciamos siempre, porque esta es la ley del discurso, como sistema de oposiciones. Es incluso eso lo que nos seria necesario superar.

La primera cosa sería extinguir la noción de bello. Nosotros no tenemos nada bello que decir. Es de otra resonancia que se trata, a fundar sobre el chiste.

Un chiste no es bello. No se sostiene sino por un equívoco o, como lo dice Freud, por una economía. Nada más ambíguo que esta noción de economía".

Ética y verdad. En Observación sobre el informe de Daniel lagache: Psicoanálisis y estructura de la personalidad, Lacan dice, con respecto a una ética: 
"Se anuncia una ética convertida en silencio por la avenida no del espanto sino del deseo. Y la cuestión es saber cómo la vía de la charla palabrera del psicoanálisis conduce hacia allá".

Podemos orientarnos en relación con estas dos vías: la vía que tiene que ver con el espanto del mandato, la vía que tiene que ver con un intento de universalización de una línea que tiene que ver con lo moral o con aquello que lo particulariza al sujeto en su propio ser que deviene en algún punto un vacío.




El analista paga con su ser. En "La dirección a la cura (...)" podemos leer que el analista paga con su ser, paga con palabras si la trasmutación que sufre por la operación analítica lo lleva a su efecto de interpretación. El analista también paga con su persona, en cuanto que "diga lo que diga la presta como soporte a los fenómenos singulares que el analista ha descubierto en la transferencia". Aparece la dimensión de la interpretación y de la transferencia. Un tercer punto con relación a por qué el analista paga con su ser es cuando dice que no debemos olvidar que "tiene que pagar con lo que hay de esencial en su juicio más íntimo para mezclarse en una acción que va al corazón del ser".

Foucault, en La hermenéutica del sujeto, introduce algo de la relación que establece Sócrates con Alcibíades, donde lo que surge es una posición de Sócrates en algo que se podría establecer como una modalidad que Lacan toma en relación a la transferencia. El propio Sócrates, cuando Alcibíades le reclama algo del orden del amor, lo remite a ocuparse de su propio ser.

Este concepto tan singular tiene que ver con lo que aparece por detrás de lo que se encubre ese "ser que debe pagar", ese "ser del analista" tiene que ver con lo que orienta, en definitiva, a la ética y que es el deseo del analista. Justamente, por un lado, la práctica de la regla fundamental reduce el dispositivo a una dimensión del decir y Lacan dirá que el analista se distingue en lo que hace de una función que es común a todos los hombres. Le va a dar a esto un uso particular, que no está al alcance de todo el mundo.

A esa ética la llamamos "ética del bien decir". Lacan intenta responder a la pregunta por la ética en un artículo que se llama "Televisión", y responde a esa pregunta con "la ética del bien decir". Esta ética parte de una concepción de un abogado llamado Quintiliano, y que la propone en el libro "Instituciones oratorias". Además, plantea una dimensión muy particular de la retórica, ya no considerada como la consideraban los sofistas, como un arte de la persuasión al otro, sino como un arte que tiene que ver con el acto mismo del decir. Una ciencia del bien decir, donde el bien no significa decir bien, sino que el bien tiene que ver con el acto mismo del decir.

Pero cuando decimos ética y no arte, ya rompemos con la dimensión de la retórica. El suponer esta dimensión del acto es lo que nos orienta en relación con la ética. Cuando habla del bien decir, Lacan va a tomar a un autor, Nicolás Boileau, que decía en El arte poético que "lo que se concibe bien se enuncia claramente".

lunes, 8 de agosto de 2022

El psicólogo y la historia clínica

La historia clínica es un documento obligatorio (según la Ley Argentina 26.529) que le pertenece al paciente y recopila material clínico sobre el tratamiento llevado a cabo.
¿Qué incluye y cómo se escribe?

La historia clínica, a diferencia de una anamnesis médica que recopila datos formales, tiene como función registrar la evolución del paciente en tratamiento, sesión a sesión.

En la historia clínica se escriben todos los datos significativos en relación al motivo de consulta del paciente y su respectivo cuadro clínico.

Por ejemplo:

✓ “El paciente presenta una angustia desbordante, relata que esta culminó en un ataque de pánico con síntomas como ahogos, palpitaciones y falta de aire”

¡Importante!

La historia clínica debe…
. Poseer un lenguaje muy cuidado, que no resulte ofensivo o perjudicial para el paciente
. Llevar un orden cronológico, acorde al desarrollo de las sesiones
. Actualizarse después de cada encuentro con el paciente

¡Recordemos!

. La historia clínica registra los componentes objetivos del cuadro clínico del paciente.
. Por este motivo, se diferencia del cuaderno de anotaciones del terapeuta, que refleja aquello que el analista considera relevante de los decires del paciente.
. La historia clínica es obligatoria y debe guardarse por 10 años, según lo estipulado por la Ley.
. Si el paciente la solicita, se le debe entregar una copia.

¿Te interesa saber cómo realizar una historia clínica? No te pierdas estos consejos prácticos.


domingo, 26 de septiembre de 2021

Carl Gustav Jung, un tratamiento aplicado al alcoholismo y algún remordimiento

En las memorías de Carl Gustav Jung se encuentra la mención a un paciente alcohólico. El tratamiento implica una sorpresiva acción, que alguno podría considerar “buena” a nivel de los efectos terapeuticos. Además leemos que el paciente se convierte en alguien exitoso. Asociada a esta buena acción, hay un resto, esto es, algún remordimiento por parte de Jung.
No sabemos el año de los eventos, aunque puede pensarse que ha de haber sido alrededor de 1909, cercano a la invitación a la Universidad de Clark y momento en que comienza a ser reconocido en Estados Unidos.

Por otro parte debiera ser anterior, lógicamente, a 1913. De aquel año sería la “Experiencias en el desierto”, de la que da cuenta en su “Libro Rojo”. Allí escribía: “¡Estás lleno, en efecto, rebosas de intenciones y codicias! ¿No sabes aún que el camino hacia la verdad sólo está abierto para el que carece de intenciones?».

El paciente en cuestión llega por derivación de un colega americano, con un diagnóstico de “neurastenia alcohólica”. Además con el pronóstico de ser incurable. Acaso debido a esto o a alguna falta de confianza en la habilidad de Jung, el paciente porta una indicación: si el tratamiento fracasa, ha de probar con otro profesional, en Berlín.

Jung comunica:
Vino a las horas de consulta y después de que hube conversado un poco con él advertí que el hombre tenía una neurosis corriente de cuyo origen psíquico él no sospechaba nada. Hice con él la prueba de asociación y por ello supe que sufría las consecuencias de un formidable complejo materno. Procedía de una rica y distinguida familia, tenía una simpática mujer y, por así decirlo, carecía de preocupaciones aparentemente. Sólo que bebía demasiado y esto era un desesperado intento de narcotizarse para olvidar su agobiante situación.
Naturalmente, por este método no logró librarse de sus dificultades.
Su madre era propietaria de una gran empresa y el hijo, extraordinariamente inteligente, ocupaba en ella un puesto directivo. Realmente hubiera debido sustraerse mucho antes a la humillante subordinación de su madre, pero no podía decidirse a sacrificar su brillante posición. Así pues, quedó ligado a su madre, que le había facilitado su puesto. Siempre que estaba con ella o debía someterse a una de sus intromisiones comenzaba a beber para adormecer sus afectos o bien liberarse de ellos. En el fondo, sin embargo, no quería abandonar el confortable nido, sino que se dejaba seducir, en contra de sus propios instintos, por la comodidad y el bienestar.
Después de un corto tratamiento dejó de beber y se consideró curado. Pero yo le dije: «No le garantizo que no vuelva a caer en la misma situación si regresa a su antiguo puesto». No me creyó y regresó con buenos ánimos a América.
Apenas estuvo nuevamente bajo la influencia de su madre, reincidió en la bebida.”

Hasta aquí la primera parte del caso. Se lee que la idea del colega americano se confirma: hay fracaso. En lo que sigue, tenemos la intervención de Jung, que apunta a afectar el cuadro a partir de una indicación a la madre, lo cual provocaría una separación de la influencia de ella.
Jung escribe:

Entonces fui llamado por su madre, que se encontraba de paso en Suiza, para una consulta. Era una mujer razonable, pero de un carácter de mil demonios. Me di cuenta de con quién debía enfrentarse el hijo y supe que éste no disponía de las fuerzas necesarias para oponerse. Físicamente era él de aspecto algo delicado y en condiciones de inferioridad respecto a su madre. Así pues, me decidí por un golpe de fuerza. En ausencia del hijo, extendí ante ella un certificado de que él, a causa del alcoholismo, no podía desempeñar por más tiempo su cargo en el negocio. Debía ser despedido. Este consejo fue cumplido y naturalmente el hijo se indispuso conmigo.
En este caso realicé algo que, normalmente, no es fácil de conciliar con la conciencia médica. Pero sabía que debía aceptar sobre mí esta responsabilidad para bien del paciente.
¿Cómo se desarrolló el caso en lo sucesivo? Se separó de su madre y pudo desenvolver su personalidad: hizo una brillante carrera pese a o a causa del drástico tratamiento. Su mujer me estaba agradecida, pues su marido no sólo había superado el alcoholismo, sino que seguía su propio camino con sumo éxito.
Durante años tuve remordimientos respecto a este paciente por haberle extendido a escondidas aquel certificado. Pero sabía con certeza que sólo un golpe de fuerza podía liberarlo. Y con ello la neurosis quedaba también resuelta.

Puede leerse lo anterior en clave de la relación con la “verdad”.

En esta línea no sería inadecuado entender que la verdad, la pretensión de éxito allí donde se confirmaba el fracaso, sea actuada. En el camino se rompe con el ideal de responsabilidad médica, lo que trae el remordimiento. Por otro lado, la verdad del éxito queda desplazada en el éxito del paciente.

La lectura deja señalada esa verdad medio-dicha tras las buenas intenciones.

miércoles, 20 de enero de 2021

Consentimiento informado de tratamiento psicoterapéutico - atención remota

SE HACE SABER AL PACIENTE: 

En relación a la situación de emergencia sanitaria provocada por el avance del CORONAVIRUS (COVID-19), y como consecuencia del reconocimiento de PANDEMIA declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en cumplimiento al aislamiento obligatorio decretado por el Gobierno Nacional de la República Argentina (DNU 297/2020) con carácter excepcional se realizara el tratamiento bajo la modalidad “Terapia atención remota”, durante el plazo de vigencia del aislamiento obligatorio. 

El/la paciente y/o sus representan legales….......................................................

DNI/CI/LC Nro………………………, manifiesta la veracidad de los datos personales aportados para la confección de su historia clínica, y que ha recibido información suficiente acerca del tratamiento que realizará , al que presta voluntariamente su consentimiento de acuerdo a las condiciones que se transcriben a continuación: 

A) CUESTIONES RELATIVAS A LAS CARACTERISTICAS DEL TRATAMIENTO 

1.- Se realizará un tratamiento Psicológico Individual (Orientación Psicoanálisis)

2.- Se garantiza la confidencialidad y el debido secreto profesional con respecto a la información recibida en el transcurso del tratamiento; romper el secreto profesional sólo puede justificarse con justa causa, de acuerdo a lo establecido en los códigos de ética y leyes vigentes. 

3-De acuerdo al vigente escenario de emergencia sanitaria mundial, los profesionales psicólogos nos vemos obligados a posibilitar y facilitar el acceso a la salud, adoptando en la contingencia la modalidad virtual de atención clínica en pos de brindar asistencia en salud mental. Los mismos derechos y obligaciones garantizados y contraídos en la atención presencial, aplicarán a la modalidad virtual, cualquiera sea su medio de aplicación (telefónica, video llamada, foros virtuales, etc.).

CUESTIONES RELATIVAS A LA MODALIDAD DEL TRATAMIENTO 

a).- Las entrevistas con el profesional tratante se llevaran a cabo con un ritmo semanal de entrevistas, salvo que por algún motivo se torne necesaria otra periodicidad. Dichas entrevistas tienen una duración promedio de 45 minutos, pudiendo haber variaciones según lo que acontezca en su transcurso de cada entrevista. 

b) - El paciente y/o sus representantes legales se responsabiliza/an a seguir las indicaciones que el profesional actuante realice en los términos de una eventual inter-consulta psiquiátrica y/o médica, siendo causa de interrupción del tratamiento no acceder a dicha intervención.

Firma del paciente 
Aclaración: 
DNI: 
Dirección: 
Email: 
Celular: 
Firma y sello del profesional actuante

jueves, 8 de octubre de 2020

Ética profesional: ¿Qué es el consentimiento informado?

El concepto tiene una doble connotación significativa. Una atañe al ámbito del derecho y atiende al sentido que tiene los “derechos personalísimos” del ser humano. La otra, atañe a la calidad del sentir profundo que toda persona tiene de sí misma, de su propio ser y que toma cuerpo en su propia dignidad.

Desde el punto de vista del derecho es la expresión de la voluntad del paciente respecto de la práctica que se le debería realizar, fundada en lo informado por el profesional con relación a su estado de salud, tratamientos o estudios necesarios.

Desde el punto de vista médico es un acuerdo voluntario, un acto de la razón y de la conciencia no basado en fraude, compulsión o error. Consentimiento, aquiescencia, ascenso o anuencia, son sinónimos que describen el acuerdo entre las partes, previa comprensión de la conducta médica que le es propuesta a quien debe ser sometido a un acto médico, cualquiera sea su naturaleza. Procura el respeto por la dignidad de la persona y el cuidado de su integridad, con el sustrato de la promoción del bienestar para la comunidad.

La práctica del consentimiento informado:

Consiste en la presentación de un formulario que contiene una redacción impresa en la que el interesado declara conocer el tratamiento al que va a ser sometido y que lo autoriza.

Debe surgir como consecuencia de una relación médico-paciente que mantenga una comunicación permanente. La información debe ser efectuada con lenguaje comprensible y debe estar adaptada al nivel intelectual del interesado.

Según cómo se establezca esta comunicación, la relación médico-paciente puede tener un sentido vertical u horizontal. Cuando el médico funciona como una autoridad paternal se apoya en la superioridad del profesional y la relación adquiere un carácter vertical; esto lo induce a absorber toda la responsabilidad de las consecuencias por el resultado del tratamiento. Si en cambio, el médico se ubica en una relación fraternal igualitaria con el enfermo, se establece una horizontalidad en el vínculo y permite que la responsabilidad sea asumida por ambos.

jueves, 13 de agosto de 2020

Cómo ponerle un precio justo a tu trabajo

Frente a mercados en crisis y en contextos inflacionarios, fijar un valor por los servicios prestados es un desafío. Consejos para cotizar un pago rentable y graticante  

Para quienes trabajan en forma independiente brindando servicios, muchas veces intangibles hasta pasado un buen tiempo de la generación de resultados, una de las dificultades mayores que afrontan es la de fijar los valores de honorarios por su tarea. 

Si bien los consultores de empresas, contadores y especialistas en finanzas suelen tener ciertos parámetros para fijar condiciones de rentabilidad aceptable para sus clientes, no todos cuentan con la suficiente experiencia práctica. Se trata de entender el negocio principal del profesional y, desde allí, conocer sus particularidades y diferencias con los mercados más habituales, como consumo masivo, producción y fabricación de distinto tipo de insumos. 

Entonces, frente a mercados en crisis, con desafíos, variables, contextos inflacionarios y cruentos cambios impositivos prácticamente todos los meses, es muy necesario observar la metodología a aplicar para fijar los precios que necesitamos percibir para que nuestra tarea y resultado para los clientes sea un negocio. En la contratación de servicios, si bien en pequeñas y medianas empresas se suele hacer en forma directa, hay una tendencia creciente a que el cierre de la negociación quede en manos del área de Compras que, por lógica, no siempre tiene conocimiento cabal de los alcances de la tarea que se realizará. Este aspecto no es menor, ya que frente a los tradicionales tres presupuestos (o más, por lo que se observa en muchos países de América latina en los últimos 10 años), es necesario detallar e informar adecuadamente sobre los diferenciales que ofrecemos, y que de allí surgen los honorarios. 

¿Cuáles son esos diferenciales? Trayectoria, experiencia en un mercado específico, satisfacción de clientes, avales, recomendaciones directas, estructura -no es lo mismo alguien que trabaja solo que una empresa con varios empleados-, y los respaldos que aportan la experiencia y la ética, combinación que no siempre es tenida en cuenta por quienes contratan. 

Para no fallar a la hora de cobrar por tu trabajo, debés cotizar en forma clara, tangible y consistente el neto a cobrar (es decir, el dinero en mano que deseás percibir) teniendo en cuenta lo que cuesta tu trabajo y un poco más, que sería la ganancia. El mercado, la competencia, tu momento profesional, tu experiencia y si te llaman o vos fuiste a buscar al cliente, determinarán ese “poco más” de rentabilidad (que es la ganancia neta deducidos todos los costos). No olvides deducir como costos todos los que son directos e indirectos: por ejemplo, directo es el producto con el que fabricás tu obra, la luz, el gas, la compra de un insumo específico, papelería, envíos, muestras, y por supuesto, tu hora de trabajo, el sueldo  de un asistente part-time; e indirectos, los impuestos que deberás pagar al banco y hasta cómo te vas a financiar si los pagos llegan fuera de tiempo. 

1) Factores generales para fijar honorarios 
Los años que llevás en el mercado laboral. 
La reputación que generaste. 
El tiempo que tenés como profesional independiente. 
La complejidad de la tarea que vas a realizar. 
La competencia. 
Tu experiencia específica en el tema en cuestión. 
El tiempo (en horas y días) que invertirás en hacer el trabajo. 
Los costos de mano de obra y materiales (por todo concepto). 
El tipo de cliente (distinguiendo una pequeña, mediana o gran empresa; ONG casi sin recursos o cualquier otra escala intermedia que te permitirá dimensionar honorarios). 
El presupuesto disponible (no temas preguntar cuál es el presupuesto que tienen asignado, o bien, un marco de referencia). 
La forma de pago. 
El plazo de entrega (si es urgente, si requiere varias revisiones, si lo que se paga es tu creatividad e innovación,) 

Tres motivos adicionales por los que tu trabajo vale lo que cuesta 
Además de porque es lo justo y se trata de un negocio, estos tres motivos son también esenciales: 
2) Ética: si sos profesional, necesitás que te paguen por lo que hacés y por los beneficios que generás. 
3) Autoestima: sabés que el tiempo vale, y es necesario ser firme en que te paguen por ello. No caigas en la tentación de trabajar gratis para grandes empresas. Conozco una muy conocida marca de PR que tenía la mala costumbre de regalar 6 meses gratis de servicio para que le firmasen otros 6 meses de contrato. Y una de las más encumbradas marcas de tecnología mundiales, siempre pagaba migajas a sus consultores porque decía que trabajar con ellos traía prestigio. Lo que nunca imaginaron es que todos los que alguna vez prestaron servicios hablaban, en círculos de influencia, muy mal de esa firma por ser tan miserable con quienes verdaderamente hacían funcionar su negocio.  
4) Servicio al cliente: tiene un costo, y es un valor. Cuanto mejor te brindes, más recomendaciones obtendrás. Y si te pagan bien por ello -o al menos aceptablemente bien-, en un comienzo te esforzarás aún más. Recordá: si regalás tu trabajo una vez, será muy difícil ponerle precio en la ocasión siguiente con ese cliente. 

13 maneras de cotizar 
5) Por monto cerrado: evaluá concienzudamente todos los detalles, horas, materiales, impuestos, deducciones, formas de pago, y establecé un honorario por todos esos conceptos más un porcentaje de rentabilidad (ganancia), que es lo que te quedará. 

6) Por etapas: un proyecto puede dividirse en etapas. Por ejemplo, en el desarrollo de un website hay una etapa inicial que requiere de más trabajo, y luego, una vez encontrado el estilo y patrón de diseño, se realiza el trabajo en sí; para entrar en una tercera etapa de ajustes hasta el cierre del proyecto.

Estas etapas pueden determinar a su vez, tres pagos con cierta frecuencia temporal, y que variarán según los indicadores que acuerden ambas partes. 

7) Proyecto a largo plazo: un fee (pago fijo) mensual más impuestos. En este caso, es importante firmar un contrato y recibir una orden de compra por parte del contratante, que te certifica la conformidad del trabajo que realizarás. 
8) Fee mensual ajustable: en entornos inflacionarios o con productos que varían de precio según la estacionalidad (ejemplo: helados = mayor venta en verano) se puede establecer un índice o variable de ajuste. Puede ser el indicador oficial de evolución de precios; el índice de au  Básico + porcentaje de ganancia: podrás cobrar un básico garantizado acordado entre ambas partes, y luego un variable dependiendo de determinados aspectos igualmente fijados por contrato (por ejemplo, volumen de venta, cantidad de productos para los que desarrollarás tu trabajo, plus por éxito de ventas). En este caso, la sugerencia es que tu básico cubra tus costos totales y un poco más como para que, en el peor de los escenarios, sea igualmente satisfactorio. 

9) Acuerdo de continuidad: es posible que un nuevo cliente quiera probar tus servicios, por lo que podrás acordar un valor base inicial, con un compromiso de generar al menos otra instancia de proyecto conjunto en los 6 meses consecutivos. Este principio de buena voluntad te permitirá esforzarte aún más. 

10) Success-fee: un pago extra, basado en el éxito del producto, la acción o el servicio que has desarrollado. Es fundamental en este caso tener en claro (y siempre por escrito) cuáles son los parámetros que determinarán dicho resultado exitoso. Honorarios bonificados: podrás acceder a realizar un trabajo por un monto inicial en la primera etapa que cubra apenas tus costos y un poco más, e indicarás en este caso que, en caso de continuidad, habrá una bonificación de un determinado porcentaje por seguir contando con tus servicios, a valores regulares. 

11) Fijar moneda de honorarios: si la moneda de tu país no es demasiado estable o se presta a confusiones, o debés pagar honorarios tercerizados en otras divisas (por ejemplo, traducciones, importaciones, exportaciones), es conveniente que fijes en esa moneda testigo el valor de tus honorarios, los cuales percibirás al valor de moneda de tu país, que te permita en el mercado libre de cambios comprar la misma cantidad indicada de moneda extranjera. 

12) Fijar claramente honorarios puros + los extras: por ejemplo, todo lo que son horas de trabajo, creatividad y tu cabeza puesta en el proyecto del cliente, son honorarios. La producción de esas ideas, maquetaciones, videos, muestras, relevamientos, estudios de mercado, desarrollo de marcas y de planteos estratégicos pueden ser considerados extras y, por lo tanto, cotizados aparte. Por ejemplo, explicitarás claramente los honorarios completos por el trabajo a realizar y, como extras, un breve descriptivo de lo que se trate y un monto máximo que estimes deberá disponer el cliente por esos conceptos más relacionados usualmente con la producción. 

13) Canjes: no te los recomiendo, aunque en ocasiones es bueno para tomar algún beneficio cuando el cliente solicita rebajas en los honorarios. Por ejemplo, tu figuración con tu marca, nombre y web en materiales promocionales, eventos o anuncios en periódicos, para que, de alguna manera, puedas capitalizar esa brecha de honorarios en algo que luego puedas traducir en ganancia a mediano y vos te hacen falta o que puedas trasladar como cortesía a otros clientes o contactos de tu profesión. 

Darle valor al trabajo que hacemos nos convierte cada día en mejores profesionales. Y te aseguro que cuanto más digas que “no” , mejores oportunidades te llegarán. Es un principio universal para tener en cuenta.

Fuente: 19/3/2019 "Las 13 estrategias para ponerle un precio justo a tu trabajo" - El Cronista