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viernes, 28 de marzo de 2025

El corte, la escritura y la pérdida del ser

No basta con reconocer la importancia clínica del corte, tanto en su dimensión fundante como en sus efectos interpretativos. Por ello, Lacan se embarca en la búsqueda de un recurso que posibilite su escritura.

En un primer momento, plantea un abordaje lógico del problema a través de las fórmulas del fantasma y la pulsión. Destaca aquí el valor del losange, un operador que permite escribir un borde al articular lógicamente las operaciones de alienación y separación.



Dentro de esta lógica, Lacan introduce una reflexión novedosa sobre la función del vel (o). En términos lógicos, el vel es una conjunción disyuntiva, es decir, una elección mediada por un “o” que puede adoptar dos formas:

  1. Elección exclusiva: Se elige entre una opción u otra, perdiendo necesariamente uno de los términos.

  2. Elección inclusiva: Ambas opciones pueden darse, aunque no simultáneamente.

Sin embargo, Lacan introduce una tercera posibilidad: el vel alienante. En este caso, la elección opera como una reunión, en la que uno de los términos se conserva porque el otro ya está perdido.

Así, la decisión fundamental es entre ser o sentido. Pero el ser ya ha sido perdido por efecto del significante, por lo que el sujeto solo puede optar entre conservar el sentido o perderlo todo. Sin embargo, el sentido que se mantiene siempre estará atravesado por el sinsentido que constituye el inconsciente.

En este proceso, el sujeto no puede sino devenir dividido, un ser en falta que nunca logra su propia síntesis. Con el losange, Lacan logra escribir lo que se pierde en el devenir del sujeto, conectándolo con la libido freudiana, pero reconsiderada topológicamente en términos de lo ultraplano.

En este marco, la pregunta inevitable es: ¿qué es el cuerpo aquí?

jueves, 27 de marzo de 2025

La lógica del fantasma en el seminario 14

En el Seminario 14, Lacan introduce un abordaje particular del fantasma que permite hablar de una lógica del fantasma. En este momento de su enseñanza, se produce una formalización que busca establecer una lógica capaz de orientar lo real.

El losange que aparece en su fórmula captura lo esencial de esta construcción, plasmando relaciones lógicas de inclusión y exclusión. Al mismo tiempo, introduce una dimensión espacial, al indicar la mayor o menor distancia entre la posición del sujeto dividido y la del objeto a. Esta distancia, imposible de medir en términos convencionales, encuentra en la angustia un índice privilegiado.

Si tomamos en cuenta estas referencias lógicas, el losange cumple la función de delimitar un borde.

El problema fundamental que plantea esta lógica del fantasma radica en la existencia del sujeto, precisamente allí donde carece de un ser. Más aún, podríamos hablar de su ex-sistencia, término que enfatiza la incidencia de lo real en la división subjetiva. En este punto, Lacan introduce una distinción que tiene consecuencias diagnósticas y que remite a la cuestión planteada al final de De una cuestión preliminar…: la diferencia entre una existencia de hecho y una existencia de derecho.

La existencia de hecho es aquella que resulta de la preexistencia del lenguaje: hay sujeto en la medida en que hay un ser hablante. Aquí, la inscripción en el Otro cobra todo su peso estructural, más allá de la distinción entre neurosis y psicosis.

Por otro lado, la existencia de derecho o lógica introduce la dimensión del significante, la ley y la estructura del inconsciente como discurso del Otro. Este estatuto no se sostiene sin un vaciamiento previo, reafirmando así la lógica del fantasma como una articulación que hace posible la subjetividad en su división.