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jueves, 16 de enero de 2025

Del abandono de la hipnosis a la praxis analítica: La construcción del inconsciente en Freud

Freud inicia su abordaje del psiquismo mediante la hipnosis, pero pronto encuentra un límite que lo obliga a dejarla de lado. Este abandono no fue un simple problema de profundidad, sino que respondió al descubrimiento de algo que la hipnosis no podía abordar.

Primero, Freud adopta el método catártico, hasta que finalmente establece la regla de la asociación libre, fundando así los principios que especifican el campo de la praxis analítica. La hipnosis, aunque insuficiente, le permitió explorar el sistema inconsciente en sus dimensiones descriptiva y dinámica, revelando que una idea puede ser eficaz incluso sin estar disponible para el pensamiento consciente.

El paso decisivo fue conceptualizar el inconsciente como un sistema con una organización tópica. Freud caracterizó progresivamente las reglas que gobiernan esta "otra escena", ordenada por el proceso primario que sobredetermina el discurso del analizante. Este proceso, a su vez, planteó un obstáculo que justificó, en retrospectiva, el abandono de la hipnosis.

En la praxis analítica, Freud descubrió dimensiones clínicas resistentes al lenguaje, un terreno donde lo económico cobra protagonismo. Este ámbito especifica lo traumático desde un sentido estructural, desvinculado de lo meramente vivencial. Lo traumático, según Lacan, se entrelaza con la sexualidad, en tanto la pulsión participa en su dinámica.

Así, el abandono de la hipnosis se puede interpretar como parte de una orientación de Freud hacia una perspectiva sincrónica. Esto situó la clínica no sólo en relación con el recuerdo, sino también, y fundamentalmente, frente a lo imposible de recordar.

lunes, 2 de octubre de 2023

Citados de Pavlov afines a Freud

Freud leyó a Pavlov detenidamente, quizá más que muchos conductistas de la época. Un ejemplo concreto en Pavlov:
«Si al repetir estos experimentos y modificarlos convenientemente encontramos una confirmación de lo que acabamos de decir, entonces quizá por su mediación podremos hacer alguna luz en los oscuros fenómenos de nuestro mundo subjetivo, por lo que se refiere a la relación entre lo consciente y lo inconsciente. Estos experimentos demostrarían que una función cortical, tan importante como la síntesis, puede realizarse también, en las porciones de los hemisferios cerebrales que se encuentran sometidas a un cierto grado de inhibición bajo la influencia de una enérgica excitación que domine a la corteza cerebral en el momento dado. Si bien la actual actividad sintetizante puede no penetrar en nuestro campo de conciencia, la síntesis, sin embargo, puede tener lugar, y bajo favorables condiciones, puede entrar en el campo de la conciencia como un eslabón ya formado, pareciéndose al originado espontáneamente

Es clara la influencia de Pavlov en Freud. Pavlov estuvo bastante adelantado a las escuelas Conductistas que siguieron, Watson y posteriores retrasaron los mejores descubrimientos de Pavlov. Cito ejemplos de su obra que poco o nadie lee (ni tampoco conductistas mismos), donde Pavlov elabora sobre histeria, lenguaje, inconsciente e hipnosis:

«La palabra proporciona estímulos que exceden en riqueza y delicadeza a todos los demás, no permitiendo una comparación, ni cualitativa ni cuantitativa con los estímulos condicionados que son posibles en los animales. La palabra, gracias a la rica experiencia del hombre adulto, está ligada con todas las excitaciones internas y externas que llegan a la corteza cerebral, siendo la señal de todas y reemplazándolas, y por esta razón puede provocar en el organismo todas las acciones y todas las reacciones de aquellas excitaciones. Nosotros podemos considerar, por consiguiente, la sugestión como la forma más simple de los reflejos condicionados típicos en el hombre.»

En esta cita, encontramos un concepto muy cercano a la huella mnémica de Freud:
«El gran número de estímulos que la palabra puede reemplazar, explica el hecho de que nosotros podamos sugerir a un sujeto hipnotizado las más diferentes actividades, y podamos influir directamente sobre la funcionalidad de su cerebro. En realidad, el sueño es una excitación, debida a la huella dejada por antiguos estímulos, mientras que la sugestión es un estimulo poderoso e inmediato. Además, la hipnosis depende de una intensidad menor de inhibición que el sueño. La sugestión, por consiguiente, es doblemente efectiva.»
 
Sobre la sugestión, Pavlov dice:
«Todavía más; la sugestión, como un estimulo es breve, aislada y completa, y, por consiguiente, vigorosa, mientras que los sueños son, en general, cadenas de varias, inconscientes y antagónicas huellas de estimulo. El hecho de que es posible sugerir a un sujeto hipnotizado cosas contradictorias y provocar reacciones contrarias a las que debieran dar las excitaciones, como, por ejemplo, un sabor dulce provocado por uno amargo, excitaciones ópticas extrañas, en vez de las ordinarias, etc., etc., pueden ser comparadas con el hecho observado en la fase paradójica en el perro que, a débiles estímulos, manifiesta grandes reacciones.»

Recordamos las cadenas asociativas inconscientes en Freud mediante huellas en contradicción primaria.

«Finalmente, la hipnosis, en el caso de la histeria (en el sentido de Charcot), puede ser obtenida por la aplicación de estímulos de intensidad insospechada, como el antiguo método de hipnosis en los animales. Es claro que a este respecto, estímulos débiles fisiológicos pueden actuar de la misma manera, si, debido a una coincidencia del tiempo, han adquirido propiedades señales en relación a otros Intensos. La mayor parte de los procedimientos que producen la hipnosis, se hacen cada vez más efectivos cuanto más veces son repetidos.»

«La significación de la fase paradójica no está limitada a los estados patológicos, tales como los que han sido previamente observados, y es muy probable que juegue un importante papel en el hombre normal, quien, a menudo, es más influenciado por la palabra que por los hechos actuales y reales que le rodean.»

«Si al repetir estos experimentos y modificarlos convenientemente encontramos una confirmación de lo que acabamos de decir, entonces quizá por su mediación podremos hacer alguna luz en los oscuros fenómenos de nuestro mundo subjetivo, por lo que se refiere a la relación entre lo consciente y lo inconsciente. Estos experimentos demostrarían que una función cortical, tan importante como la síntesis, puede realizarse también, en las porciones de los hemisferios cerebrales que se encuentran sometidas a un cierto grado de inhibición bajo la influencia de una enérgica excitación que domine a la corteza cerebral en el momento dado. Si bien la actual actividad sintetizante puede no penetrar en nuestro campo de conciencia, la síntesis, sin embargo, puede tener lugar, y bajo favorables condiciones, puede entrar en el campo de la conciencia como un eslabón ya formado, pareciéndose al originado espontáneamente.»

«Debido a la extraordinaria complejidad de la conducta del hombre, en comparación con la de los animales, estos últimos no mostrarán algunas de las fases del estado hipnótico, vistas en el hombre (...) Consideremos el automatismo de los hipnotizados, cuando reproducen estereotípicamente lo que hace ante ellos el hipnotizador, o cuando ejecutan con exactitud el movimiento de una marcha por caminos complicados o difíciles (...) De esta manera, en la hipnosis, todas las actividades están basadas en la imitación, con cuyo auxilio se ha formado en todos nosotros y se ha elaborado, desde la infancia, nuestra complicada conducta individual y social

sábado, 12 de septiembre de 2020

Jack Haley: Terapia no convencional de Erickson.

  1. Terapia estratégica


Una terapia puede considerarse estratégica si el clínico inicia lo que ocurre durante ella y diseña un enfoque particular para cada problema. En la terapia estratégica la iniciativa corresponde en gran medida al terapeuta. Este debe identificar problemas solubles, fijar metas, diseñar intervenciones para alcanzarlas, examinar las respuestas que recibe para corregir su enfoque y por último evaluar el resultado de la terapia para ver si ha sido eficaz.

La terapia estratégica no es un enfoque o teoría particular, sino varios tipos de terapia cuyo común denominador es que el terapeuta asume la responsabilidad de influir directamente en la gente.

Estos cambios en la terapia contrastan con la continuidad que puede observarse en los procedimientos de los terapeutas que utilizan hipnosis. Forma parte de la naturaleza de esta última que el terapeuta inicie lo que ha de ocurrir.

M. Erickson modifica la conducta entre las personas mediante un enfoque que se ha desarrollado directamente a partir de una orientación hipnológica.

Puede considerarse a Ericsson como el maestro del enfoque estratégico en terapia. Menos conocido es su enfoque estratégico para la atención de individuos, parejas y familias, sin el empleo formal de la hipnosis.

Ha dado a la terapia una extraordinaria variedad de técnicas hipnóticas y también aportó a la hipnosis una expansión conceptual que la hizo trascender los límites de un ritual para convertirla en un estilo especial de comunicación.

La formación como hipnólogo fomenta la habilidad para observar a las personas y sus complejos modos de comunicación, para motivar a la gente de manera que siga directivas y para influir sobre ella mediante las palabras, las entonaciones y los movimientos corporales.

Una persona formada en hipnosis puede captar con más facilidad que otros terapeutas la idea de que los sentimientos y percepciones subjetivos se modifican junto con la relación interpersonal.

Si se tiene la idea de que la hipnosis es un ritual estereotipado que incluye el dormir, resulta difícil ver qué relación puede tener con una forma de terapia en la que no se dicen tales palabras y en la que incluso el terapeuta puede estar entrevistando a todo un grupo familiar.

La palabra hipnosis no alude a un ritual sino a un tipo de comunicación entre la gente. Ericsson puede utilizar una forma ritual de inducción al trance, pero también mantener una simple conversación, sin mencionar nunca la palabra hipnosis. Puede hipnotizar mediante el recurso de acentuar determinadas palabras y a menudo, ha trabajado con personas que sol después comprenden que han sido hipnotizadas o incluso no llegan a creerlo.

Erickson ha redefinido el trance hipnótico como un concepto que se aplica a un tipo especial de intercambio entre dos personas y no al estado de una de ellas.

La hipnosis seguirá siendo utilizada como un modo de crear una relación de trabajo con gente conflictuada, aunque las investigaciones de laboratorio descubran que no existe nada a lo que pueda llamarse hipnosis.

La hipnosis es un proceso entre personas, una de las formas en que una persona se comunica con otra. El enfoque de Erickson permite ver este misterio dentro de un marco de referencia interpersonal.

Cuando la hipnosis se utiliza eficazmente, el enfoque es estratégico y las estratégias son similares a las que pueden encontrarse en diferentes enfoques terapéuticos.

La meta de un hipnólogo consiste en modificar la conducta, la respuesta sensorial y la conciencia de otra persona.

El hipnólogo dirige a otra persona para que cambie espontáneamente su conducta. Si una persona está siguiendo una directiva no puede responder espontáneamente, de manera que el enfoque hipnológico plantea una paradoja. El  hipnólogo comunica simultáneamente dos niveles de mensaje: está diciendo “haga lo que yo le digo” y dentro del mismo contexto está diciendo “no haga lo que le digo”, comportese espontáneamente. Para adaptarse a directivas tan opuestas, el sujeto tiene que pasar por un cambio y comportarse de una manera a la cual se llama conducta de trance.

Las etapas de este procedimiento consisten en dos tipos de directivas:

  1. El hipnólogo indica al sujeto que haga algo voluntariamente

  2. Después el hipnólogo indica al sujeto que responda con una conducta involuntaria.

El hipnólogo no quiere tan solo una respuesta voluntaria, puesto que su intención no es que el sujeto haga lo que se le dice como si fuera un robot. Pretende que siga directivas pero también que participe respondiendo en forma autónoma.

Un aspecto esencial de la hipnosis y la terapia es la necesidad de motivar a la persona para que coopere plenamente en la observancia de las directivas y para que se comprometa a encarar la resistencia cuando esta surja.

Aunque la relación sea voluntaria, tanto la hipnosis como la  terapia requieren persuasión al comienzo del proceso. El sujeto o paciente debe ser motivado a cooperar acentuando lo que puede ganar si coopera y lo que puede perder si no lo hace. Pero incluso cuando están motivados, sujetos y pacientes seguirán resistiendo los beneficios ofrecidos por el profesional. En la hipnosis existen dos tipos fundamentales de resistencia: el no ser suficientemente cooperativo y el serlo en demasía.


Aliento de la resistencia

Este enfoque aceptador es típico de la hipnosis y es fundamental en la técnica que utiliza Erickson para resolver los problemas humanos con o sin empleo de la hipnosis. ¿Qué ocurre cuando uno acepta la resistencia de un sujeto e incluso la alienta?. El sujeto queda atrapado en una situación donde su intento de resistir es definido como una conducta cooperativa. Erickson propone la analogía de una persona que quiere cambiar el curso de un río.

La terapia matrimonial y familiar suministra muchos ejemplos. Cuando Erickson trabaja con una pareja o familia utiliza un enfoque secuencial, les pide que hagan algo deliberadamente-en general algo que ya están haciendo- y después solicita un cambio espontáneo o bien este cambio ocurre como consecuencia de haber alentado la conducta habitual. Dentro de este enfoque aceptador, si un matrimonio pelea continuamente y se resiste a los buenos consejos, es probable que Erickson les prescriba una pelea, pero él cambiará el lugar, el momento o algún otro aspecto. La respuesta es un cambio espontáneo en la conducta.


Ofrecimiento de una alternativa peor 

Erickson mediante el procedimiento de dirigir al paciente en un sentido, pero haciéndolo de tal manera que en realidad lo incita a ir en otro.

Sostiene Erickson: “con esta clase de directiva, usted establece un tipo de cosas que ha de hacer el paciente, por ejemplo el tipo de la ejercitación. Luego ofrece un item de ese tipo, algo que el paciente no le resulte nada divertido hacer. Lo que usted quiere es que él encuentre espontáneamente otro ítem del tipo indicado. Esto constituye una manera de motivarlo a que descubra cosas que puede hacer y que son buenas para él, cosas con las que le es posible disfrutar y en la cuales puede tener éxito.

Erickson dispone de una variedad de procedimientos para que una persona le resulte más difícil conservar el problema que renunciar a él.


Determinación de un cambio mediante comunicaciones metafóricas.

Es posible encarar el problema comunicándose con él en términos de una analogía o metáfora. Si el sujeto se resiste a A, el hipnólogo puede hablar de B y si A y B son relacionados en forma metafórica, el sujeto hará espontáneamente la conexión y responderá de la manera adecuada. La analogía puede ser comunicada en forma verbal o no verbal.

En la hipnosis, el enfoque analógico o metafórico resulta particularmente eficaz con sujetos resistentes, ya que es difícil soportar una sugestión de cuya recepción uno no es consciente.

Lo que distingue con más precisión a Erickson de otros terapeutas es que, si bien se comunica metafóricamente con los pacientes, no les interpreta el significado de sus metáforas. No traduce la comunicación Ic a términos Cc. Ante cualquier expresión metafórica del paciente Erickson responde de la misma manera. Su opinión parece ser que la profundidad y la suavidad del cambio pueden verse perjudicadas si la persona es expuesta a una traducción de lo comunicado.

Erickson es famoso por su aguda observación de la conducta no verbal, pero la información que recibe conserva su carácter no verbal.


Aliento de una recaída

Cuando un paciente está mejorando Erickson le prescribirá una recaída. Uno de los problemas típicos de la hipnosis es el sujeto excesivamente cooperativo. Este tipo de sujeto interrumpe su cooperación en un punto determinado, diciendo: “no creo que esto esté funcionando”.

El hipnólogo desafía al sujeto a resistirse a sus directivas, lo cual es una manera de pedirle que trate de no cooperar y que fracase en el intento.

Si un paciente es demasiado cooperativo y parece recuperarse con rapidez, es probable que tenga una recaída y se manifieste desilusionado con la terapia. Para evitarlo Erickson aceptaría la mejoría pero prescribiría al paciente una recaída. La única manera en que el paciente puede resistir es no tener una recaída y seguir mejorando.


Frustración de una respuesta para alentarla

Ha de indicar al sujeto una cierta manera de comportarse y cuando el sujeto comience a cumplir con la indicación, cortará la respuesta y pasará a otra área. Cuando el hipnólogo retome la directiva original, el sujeto responderá mejor, porque anteriormente fue frustrado cuando había surgido en él la disposición a responder


El empleo del espacio y la posición

La facilidad con que un sujeto se desorienta espacial y temporalmente enseña al hipnólogo a apreciar que espacio y tiempo son experiencias subjetivas.

Con la experiencia, aprende que la gente se orienta en términos de claves visuales y auditivas y que la modificación de esas claves puede alterar la orientación de una persona.

Los pasos que bosqueja para trabajar con una familia son: primero, definir a la persona en términos de su posición y luego, alterar su posición para que con ella cambie la persona. De modo similar, cuando tiene que vérselas con sujetos resistentes a la hipnosis. Ejemplo de la silla.


Énfasis en lo positivo

Freud insistió en que el Ic estaba compuesto por fuerzas desagradables que intentaban irrumpir en la Cc. Su método terapéutico se estructuró sobre la base de la desconfianza hacia esas ideas externas a la Cc, al conocimiento racional. La otra corriente insistían en que el Ic era una fuerza positiva. El Ic sería capaz de disponer que la persona hiciera lo que más le convenía.

Erickson se inclina hacia este último punto, tiende a destacar lo que hay de positivo en la conducta de una persona.

Erickson redefine como positivo lo que la gente hace. No minimiza las dificultades, pero siempre encontrará en ellas algún aspecto que puede aprovecharse para mejorar el funcionamiento de una persona o de su familia. 

En lugar de suponer que en el Ic hay algo hostil que debe ser traído a la superficie, supone que en él hay fuerzas positivas que van a liberarse en beneficio del desarrollo ulterior de la persona.


Siembra de ideas

Erickson gusta de sembrar o establecer ciertas ideas para después construir algo sobre ellas. Al comienzo del intercambio destaca ciertas ideas y así más tarde, si quiere lograr una determinada respuesta, ya ha establecido su infraestructura.

De modo que su hipnosis y su terapia ponen de manifiesto una continuidad; en ambas se introduce algo nuevo, pero siempre dentro de una marco referencial que lo conecta con algo que se ha hecho previamente.


Ampliación de una desviación.

Erickson primero trata de alcanzar una pequeña respuesta y luego construye sobre ella ampliandola hasta lograr la meta.

Buscar un cambio pequeño y entonces ampliarlo es también una característica del trabajo de Erickson.

En el campo de la terapia familiar es cada vez más notorio que el terapeuta intenta cambiar un sistema cuyas pautas son repetitivas y que por lo tanto, constituye un sistema estable. Existen dos enfoques: uno es inducir en la familia una crisis que rompa el equilibrio del sistema, de modo que este deba reformarse, otro es elegir un aspecto del sistema y provocar en él una desviación que después es alentada y ampliada hasta que el sistema se descontrola y tiene que reorganizarse según una nueva serie de pautas.


Amnesia y control de la información.

Erickson suele ver a los miembros de la familia en entrevistas separadas y cuando los reúne le gusta organizar lo que se va a decir y cómo se va a decir. No alienta las discusiones entre los esposos respecto de lo que está ocurriendo, por el contrario puede llegar a impedirlas. Se las arregla para seguir una regla básica de la terapia familiar, no alinearse junto a un miembro de la flia en contra de otro.

Erickson se ha especializado en controlar lo que el sujeto conoce Cc. Erickson se inclina por conceptualizar a la persona en términos de dos partes y entonces él controla el flujo de las ideas Ic hacia el conocimiento Cc. Educaba al paciente para la amnesia y luego influía de modo sistemático sobre la manera en que aquel recordaba el trauma. La variante típica es que la experiencia se recuerde o se vuelva a vivir, pero cuando el sujeto despierta ha olvidado esa rememoración. Posteriormente la información va siendo trasladada del conocimiento Ic al Cc ya sea fragmento a fragmento o por vías específicas que Erickson controla.


Despertar y desenganche

Erickson se centra en el logro de autonomía por parte de los miembros de la familia.

La preocupación por la involucración diádica intensa en la que dos personas se responden mutuamente en forma tan poderosa que bloquean la intervención de cualesquiera otras, me parece propia del hipnólogo que se centra en su sujeto y trata de que este le responda plenamente a él y no a otros estímulos.

Se me ocurre también que nuestro conocimiento del proceso mediante el cual un hipnólogo despierta a un sujeto resulta pertinente para una intervención terapéutica orientada a desplazar a la gente de una involucración intensa a otra más casual.

Erickson se ha inspirado en su vasta experiencia en materia de despertar a sujetos hipnóticos, aplicándola en sus intervenciones orientadas a modificar la conducta de los integrantes de una diada familiar excesivamente intensa.


viernes, 27 de diciembre de 2019

Terapias breves: el ensueño dirigido.

Fue creado por Robert Desoille. Se trata de una técnica y recurso terapéutico basado en la exploración de lo imaginario, que facilita el acceso de los contenidos inconscientes al plano de la conciencia, de modo que puedan ser “observados” por ella.
Su valor terapéutico reside en la posibilidad de acceder a zonas desconocidas, permitiendo así develar conflictos ocultos.
Se caracteriza por un gran dinamismo de la producción imaginaria, con la posibilidad de cambios y transformaciones en las imágenes evocadas.
El sujeto que es inducido a representar imágenes dinámicas no recurre solamente a la memoria visual, sino también a las huellas mnémicas provenientes de las percepciones de la totalidad de los sentidos. En la experiencia vivencial se combinan representaciones visuales, auditivas, olfativas, táctiles, gustativas,
kinestésicas y cenestésicas, las cuales estructuran y forman parte de guiones imaginarios cargados de afectividad, en los que se entrelaza y refleja simbólicamente la historia y realidad psíquica del sujeto, y en los que participan aspectos inconscientes de la personalidad.
Durante el Ensueño Dirigido se produce un estado de conciencia intermedio.

Los pasos básicos:
Facilitar en el paciente un estado de relajación muscular y mental. “Estado hipnoide”
1. 
a) Suscitar el ensueño a partir de alguna imagen inicial y su descripción detallada.
b) Creación de un espacio imaginario, guiando al paciente en su desarrollo a través de algunas
intervenciones específicas.
2. Diálogo verbal y análisis del material simbólico producido, para facilitar la Comprensión de lo que puede revelar el ensueño.
Estableció el uso habitual de una serie de “imágenes-símbolos” para el desarrollo del trabajo: espada, copa, bruja, brujo, dragón de la fábula. Bella durmiente del bosque, como así también los movimientos imaginarios de Ascenso y Descenso.
En la técnica del E.D. se suele alternar entre sesiones dedicadas a producir y vivenciar el desarrollo imaginario, y sesiones focalizadas en el análisis del mismo.
Los siguientes son algunos simbolismos de los movimientos y las imágenes:
Movimiento de Ascenso: ideas de impulso vital y plenitud, ideas de belleza, bondad, nobleza, aspiraciones reparadoras, sublimación, lo “positivo” en general, suele suscitar calma, serenidad, apaciguamiento y esperanza.
Movimiento de Descenso: ideas de tristeza, privaciones, angustia, contacto con lo inconsciente, regresión, dificultades y obstáculos en la vida, inhibiciones, reacciones instintivas, lo “negativo” en general.
Movimiento horizontal izquierdo: retorno al pasado / derecho: anticipación del futuro
Ausencia o dificultad de movimientos: inhibiciones, actitudes inhibitorias.
  • Espada: (imagen de partida para los hombres) atributo masculino, autoimagen masculina, ideas sobre la virilidad, lo masculino, lo activo, imágenes arquetípicas masculinas.
  • Copa: (imagen de partida para las mujeres) atributo femenino, autoimagen femenina, ideas sobre la
  • feminidad, lo femenino, lo receptivo-pasivo, imágenes arquetípicas femeninas.
  • Brujo- Gruta del Brujo: reacciones frente a los otros, imago paterna (a veces)
  • Bruja – Gruta de la Bruja: reacciones frente a los otros, imago materna (a veces).
  • Profundidades del Mar: contacto con los aspectos más instintivos de la afectividad.
  • El Dragón de la Fábula: representación imaginaria del superyó, el medio cultural del paciente, con sus prohibiciones y limitaciones, y las manifestaciones de la afectividad instintiva coartada por dicho medio.
  • La Bella Durmiente del Bosque: (para hombres) modelo de las relaciones amorosas.

miércoles, 21 de agosto de 2019

La práctica hipnótica y la psicoanalítica se excluyen definitivamente.

Nos recuerdan aquí:
‘Per Via di Porre, Per Via di Levare’ es una enunciación de Leonardo Da Vinci; para diferenciar a la pintura de la escultura. 

Sigmund Freud, en una Conferencia pronunciada en el Colegio de Médicos de Viena en 1904 -fragmento que voy a citar en seguida-, no sólo cita a Da Vinci sino también a Goethe; y sentencia que la práctica hipnótica y la psicoanalítica se excluyen definitivamente. Y en estos mismos párrafos, citando a Leonardo, nos recuerda el sentido de su creación, de su método.
“...Entre la técnica sugestiva y la analítica existe una máxima oposición, aquella misma oposición que respecto a las artes encerró Leonardo da Vinci en las fórmulas per via di porre y per via di levare. La pintura, dice Leonardo, trabaja ‘per via di porre’; en efecto, sobre la tela en blanco deposita acumulaciones de colores donde antes no estaban; en cambio, la escultura procede ‘per via di levare’, pues quita de la piedra todo lo que recubre las formas de la estatua contenida en ella. De manera en un todo semejante, la técnica sugestiva busca operar ‘per via di porre’; no hace caso del origen, de la fuerza y la significación de los síntomas patológicos, sino que deposita algo, la sugestión, que, según se espera, será suficientemente poderosa para impedir la exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica de la idea patógena, cuya eliminación se propone como meta. Por este camino de investigación, ha hecho avanzar muy considerablemente nuestros conocimientos. Si abandoné tan pronto la técnica sugestiva y, con ella, la hipnosis, es porque dudaba de poder hacer una sugestión tan fuerte y resistente como se requería para una curación duradera. En todos los casos graves, vi cómo la sugestión introducida volvía a desmoronarse, y entonces reaparecían la enfermedad misma o un sustituto de ella. Además, reprocho a esta técnica que nos impide penetrar en el juego de las fuerzas psíquicas no dejándonos reconocer, por ejemplo, la resistencia, con la cual se aferran los enfermos a su enfermedad y se rebelan contra la curación, factor que es precisamente el único que puede facilitarnos la comprensión de su conducta en la vida."
Recordamos una breve nota de parte del Dr. José Treszezamsky, publicada en Conceptos básicos del psicoanálisis - Grupo de intercambio:


¿Será inutil reptir que el trabajo nuestro es por vía di levare y no por vía di porre? Que lo bueno que se lleva del análisis sólo es el rescate de lo suyo que perdió. Si nunca tuvo esas riquezas el análisis no se las dará. Y sin embargo se insiste en ser el salvador, el ideal, el darle representaciones que nunca tuvo (¿?), en tratarlo como no fue tratado antes (experiencia emocional correctora, método que intentó el paciente hasta el infinito en su vida cotidiana porque justamente la neurosis lo obliga a repetir el maltrato recibido), con distintos esquemas referenciales se ofrece a los pacientes que saldrán del análisis como nunca estuvieron.


Lo lamento mucho: el análisis no hace eso. Si un paciente nunca estuvo bien, si nunca tuvo capacidad de amar y de hacer, nosotros no se lo daremos, y nuestro trabajo de rescate estará destinado al fracaso. Nadie impide que intenten otras terapias, per via di porre, y el psicoanálisis no cura todo. Hay muchas terapias que pueden ayudar en ciertos individuos y en ciertas circunstancias, mucho más que el análisis. Sólo que si el camino elegido es recuperar, y entender lo que está pasando, creo que sólo el análisis. Si tenés insomnio y querés curarte del insomnio, si estás gordo y querés adelgazar, no está indicado el análisis. Si el camino elegido (luego de fracasar varios otros) es entender por qué el insomnio. Y por qué la obesidad, entonces sí, el camino es el análisis. Que tiene un pequeño problemita: The way is long and the wind is cold. Pero si atravesás la tormenta transferencial retornarás a un terreno conocido y perdido. Como el análisis no es puntual (todo tiene que ver con todo, dice algunos) los efectos del análisis no son puntuales pues en la investigación arqueológica recuperás muchos tesoros que no te habías dado cuenta que habías perdido. Y hasta tesoros de generaciones anteriores.

sábado, 18 de mayo de 2019

La dispersión del psicoanálisis, desestima o verwerfung del sistema. (3° encuentro)

Daniel: La desetima (verwerfung en alemán) del inconsciente tópico, que ha sido y es la base del desconocimiento del aparato psiquico. Sobre esto, hay un artículo de Freud de 1912 que se llama "Notas sobre el concepto del inconsciente en psicoanálisis", donde él desarrola justamente las diferencias que hay en el uso y en el sentido del término inconsciente. Inconsciente era un término ya utilizado anteriormente a Freud, y uno de esos sentidos del término Freud los describe como un fenómeno que es fácilmente reconocible: supongamos una idea o un recuerdo que no está presente en nuestra consciencia, pero lo podemos hacer presentes con un cierto esfuerzo -haciendo memoria- si por ejemplo uno pregunta qué almorzó ayer. Una cosa como ella uno puede recordarla y entonces hacerla consciente. En ese sentido, se trata de un inconciente descriptivo, es decir, esa idea o ese recuerdo estaba presente en nuestro preconsciente y con cierto esfuerzo lo hemos hecho consciente.

Otro uso del tpermino inconsciente es el inconsciente dinámico y eficaz. Si tomamos por caso el experimento que hacía Charcot de la sugestión post hipnótica, lo que sucede es que un mpedico que hace las veces de un hipnotizador, le imparte una orden a un sujeto que se encuentra en estado de hipnosis y le da una orden. Este sujeto despierta y al cabo de un rato, efectivamente cumple la orden realizando tal acción. Lo que ha sucedido en este caso es que el sujeto desconoce las causas que lo han llevado a tal acción, porque la orden del médico ha permanecido inconsciente, pero ha cobrado fuerza suficiente como para poder llevarlo a la acción y ejecutar la tarea que se le había ordenado. Este es un uso del término inconsciente en tanto dinámico y eficaz. Pero lo que Freud enfatiza y destaca en ese artículo es su descubrimiento del uso del término inconsciente en tanto a algo que no se había hablado anteriormente y que se trata del inconsciente tópico. Para ello, habla del proceso de formación del sueño. Lo que allí sucede es que un resto diurno entra en conexión con un deseo inconsciente, un deseo infantil que ha permanecido en la infancia reprimido y que entra en conexión significa que el inconsciente tracciona a este resto diurno y en palabras de Freud, lo rebaja a pensamiento inconsciente. Esto es, de representación cosa. De esta manera, lo somete a las leyes de la actividad inconsciente -condensación, desplazamiento, proceso primario-. para armar un disfraz, la desfigurabilidad necesaria para cuidar la labilidad del sueño. De este modo, puede acceder a la consciencia durante el dormir. 

Entonces, lo que Freud describe no es un uso del término consciente como un mero caracter de proceso psicológico, sino un inconsciente como un sistema con reglas que rigen su funcionamiento. Estas reglas son distntas a las que rigen en el funcionamiento de la consciencia. Ese inconsciente como sistema, el inconsciente tópico, es el descubrimiento de Freud. Es el que él refiere con las siglas ICC y como Isabel lo traduce "inc". 

Isabel: En 1912, han pasado algunos años, se ve que los psicoanalistas seguían usando multívocamente el concepto de inconsciente porque el capítulo II de "Lo inconsciente" se titula la multivocidad de lo inconsciente y el punto de vista tópico. Freud ya estaba preocupado por la multivocidad, la multiplicidad de formas en que los psicoanalistas estaban usando el término inconsciente. Es decir, que ya se hizo famoso el descubrimiento feeudiano, pero con deformaciones del concepto de represión y el concepto de inconsciente, de tal forma que Freud está buscando qué nombre podía ponerle al verdadero concepto de inconsciente, que es el de sistema tópico, que comienza siendo un concepto de lugar , pero termina siendo un concepto de sistema con representaciones características que los componen y leyes de funcionamiento específicas de cada sistema. La solución que encuentra en 1914-15 es volver a recalcar que cuando se hable en sentido tópico, se use la abreviatura ICC que yo he traducido como Inc. y la abreviatura CC y preCC, en tanto la consciencia es un subsistema (un sistema con 2 subsistemas). Ya no es solo la interpretación de los sueños, es la interpretación del spintoma la experiencia de la interpretación propia y profunda de los pacientes bajo la asociación libre, la teoría de la doble inscripción como el proceso de cura que ya vamos a explicar. 

En 1937, en El esquema de psicoanálisis, la teoría ha progresado muchísimo. Se han desarrollado la teoría del narcisismo, la teoría del Complejo de Edipo, se ha introducido lo que yo llamo las super pulsiones (Eros y muerte), y por fin Freud ha encontrado un nuevo nombre para su sistema. De ninguna manera abandona los sistemas ICC-PCC. Por fin al ICC lo llama ello. Ello es de Eros, en el sistema inconsciente. El yo se llamará "yo de realidad definitivo", al que se agrega el superyó como diferenciación el yo. Ambos serán preconscientes-conscientes con algunos aspectos inconscientes. El yo tiene como aspecto inconsciente las defensas y el superyó, hundo sus raíces en el ello, en tanto está bastante basado en la identificación a los padres del complejo de Edipo. Eso lo hace hundir sus raíces en el ello, pero es fundamentalmente preconsciente-consciente. O sea, que hasta el último día de su muerte, Freud defiende la noción de sistemas psíquicos y el único inconciente freudiano es el sistema inc o ello. Las 2 tópicas históricas están articuladas y no como tantos psicoanalistas sostienen, que Freud se la pasó abandonando conceptos. Hay una sola tópica: ello, yo y superyó. 

Estos equívocos teóricos tienen consecuencias técnicas y clínicas terribles. No tomarlo en el sentido freudiano tiene consecuencias técnicas, diagnósticas y de ejercicio clínico, que son las que vamos a tomar en los siguientes videos.


miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿Posición o Posiciones del analista en la transferencia? La escucha del analista (primera parte)

Apuntes de la conferencia dictada por Gustavo Szereszewski, el 20 de Octubre 2016.

La primera cuestión que quería comentarles es qué les pasa a los que estamos en el campo “psi”, ya sean estudiantes, recibidos o analistas, cuando estamos con amigos o con otra gente que no es de este campo. Algo frecuente es que te digan “Vos tenés que analizarte por todo lo que te hablan los pacientes, que te llenan la cabeza y después tenés que ir a analizarte”. Nosotros sabemos que el analista debe ser primero paciente de su experiencia para luego poder ponerse en los zapatos de sus pacientes. Pero esta idea popular de que los pacientes nos llenan la cabeza y luego nosotros debemos ir a vaciarla a lo de nuestro analista, presupone una determinada concepción popular de lo que es la palabra y de cómo se dirige de uno a otro, de cómo se transfiere de uno a otro. esta concepción tuvo un lugar en la historia del psicoanálisis, que es la concepción catártica, es decir, el hecho de hablar para descargar determinada tensión que se acumula en algún lugar y se descarga en otro. Vamos a ver que esto es una de las cuestiones y que es mucho más complejo que esto, pero esto fue el comienzo.

Quería comenzar con esto, porque de alguna manera será el final de la charla cuando hablamos de las condiciones del analista y por qué es tan importante esto.

Me interesa esto de posición/posiciones del analista porque hay 2 cuestiones que vengo escuchando en quienes vienen a supervisar sus casos clínicos.

1- Pacientes que vienen, cumplen con su horario, pagan, pero no se sabe por qué vienen. Sigue viniendo, se diluyó el tema por el que vino y nadie sabe qué pasa acá. ¿Viene por obediencia, por compromiso?

2- Pacientes que plantean interrumpir el tratamiento. Está pensando en dejar de venir o no viene con tantas ganas. Empieza a manifestar cierta resistencia. Pareciera que el analista no puede evitarlo y tampoco sabe por qué aparece esto. Todo andaba bien y esto en los casos que con suerte suceda que el paciente nos avise. A veces directamente los pacientes no avisan y desaparecen por completo. Por eso digo que en el caso Dora, Freud tuvo la suerte que ella le avisó: “Mire dr. que esta es la última sesión”. Ella ya se lo había dicho, pero no de esa manera, sino en un sueño. Estas son las cosas que tenemos que ir escuchando y aprender a escuchar para que no nos agarre tan mal parados y no saber por qué se está cortando el lazo transferencial.

Estas dos cuestiones -el paciente que viene y no sabemos por qué  o el paciente que quiere cortar el tratamiento y tampoco sabemos por qué- de alguna manera representa 2 fases de la transferencia que Freud sistematizó como transferencia positiva y negativa. Pero ojo, porque que la transferencia sea positiva no significa que no haya una resistencia ahí, por ejemplo, eso que hace que alguien siga hablando pero nosotros no sabemos por qué sigue viniendo. Pareciera que está todo bien, que no pasa nada, pero hay una resistencia ahí: no pasa nada.

Indaguemos cómo nace el concepto de transferencia y cómo se va desarrollando en la obra de Freud. Hoy lo vamos a ver desde el punto del analista, desde el punto de vista clínico y no tanto teórico.

El concepto de transferencia tiene un origen clínico, no teórico. Surge de una necesidad clínica de Freud y cuenta con una serie de antecedentes. El pecado original del psicoanálisis, según Lacan, es que algo en Freud nunca fue analizado. Es decir, hay un punto que permanece no analizado de Freud mismo, como sujeto, y eso es lo que determina un vacío inanalizable, inexplicado, que de alguna manera es la raiz en que se hunde el origen del psicoanálisis. Les propongo que nos metamos en ese pecado original.

En 1880, Freud se había recibido de médico. La formación médica de la Viena de aquella época estaba muy orientada a la fisiología, a la anatomía y a la zoología. Freud se recibe y va a trabajar al laboratorio de Brook, que era un científico muy reconocido, quien pone a Freud a investigar cortes anatómicos de animales: anguilas, cangrejos. En un momento se pone a estudiar la sexualidad de las anguilas. En el laboratorio de Brook, Freud conoce a una gran médico de aquel momento, bastante mayor a Freud, que era Breuer. Breuer era investigador, científico, médico clínico reconocido como médico de familia, que atendió a muchos famosos de la época.

Freud conoce a Breuer y se hacen muy amigos. En esa época, el tratamiento tenía dos grandes líneas: la línea psiquiátrica y la línea neurológica. La línea psiquiátrica es la de las grandes enfermedades mentales, donde estaba Charcot y se encargaba de los grandes cuadros mentales que estaban en los manicomios. Y luego estaba la neurología, que se encargaba de las enfermedades nerviosas. Existía también la psicología conductista, que tenía modelos copiados del mundo animal.

Breuer le contó a Freud acerca de un caso excepcional, que se salía de la serie de los pacientes que Breuer venía atendiendo, a los que les aplicaba hipnosis. A sus enfermos nerviosos, que eran los normales, Breuer los trataba con hipnosis, que consistía en someter al paciente a un estado hipnótico (perdía la consciencia) y se le indicaba sugestivamente que tal síntoma iba a desaparecer una vez que se despertara. Si el paciente tenía dolor de estómago, por ejemplo, se le hacía una señal de tachadura y le decía que iba a desaparecer ese dolor y tenía cierto efecto. Ahora, con Anna O, esta paciente de Breuer de 1890, aparece algo radicalmente diferente.

Anna O. caía espontáneamente en períodos de autohipnosis, que ellos lo llamaban “estadio segundo”. A la mañana se levantaba lo más bien, estaba contenta, charlaba, escribía y de pronto durante la tarde caía en un estado alucinatorio, en donde se podía poner a hablar en francés, en italiano o en inglés. Anna O. tenía una amplia cultura y le pasaban cosas extrañísimas, como ver que sus cabellos eran serpientes. Entraba en alucinaciones de terror, así como que si nada mediara entre uno y otro estado, en este estado segundo, Breuer iba, la hipnotizaba o en ese momento la inquiría a ver qué le pasaba. Ella relataba lo que le pasaba y resulta que al día siguiente sus síntomas habían desaparecido. Entonces, hay un momento fundamental donde Breuer se encuentra con esta sorpresa. Les voy a leer ese fragmento:

La primera vez que por una declaración casual, no provocada, en la hipnosis del anochecer desapareció un síntoma que ya llevaba largo tiempo, quedé muy sorprendido. En el verano hubo un período de intenso calor, y la paciente sufrió mucho a causa de la sed; entonces, y sin que pudiera indicar razón alguna, de pronto se le volvió imposible beber. Tomaba en su mano el ansiado vaso de agua, pero tan pronto lo tocaban sus labios, lo arrojaba de sí como si fuera una hidrofóbica. Era evidente que durante esos segundos caía en estado de ausencia. Sólo vivía a fuerza de frutas, melones, etc., que le mitigaban su sed martirizadora. Cuando esa situación llevaba ya unas seis semanas, se puso a razonar en estado de hipnosis acerca de su dama de compañía inglesa, a quien no amaba, y refirió entonces con todos los signos de la repugnancia cómo había ido a su habitación, y ahí vio a su perrito, ese asqueroso animal, beber de un vaso; ella no dijo nada pues quería ser cortés. Tras dar todavía enérgica expresión a ese enojo que se le había quedado atascado, pidió de beber, tomó sin inhibición una gran cantidad de agua y despertó de la hipnosis con el vaso en los labios. Con ello la perturbación desaparecía para siempre.

Y acá viene la cuestión cero de la cuestión: Breuer cuenta cómo ella, relatando un “episodio traumático”, desaparecía un síntoma y esto Breuer se lo va contando a Freud.

Pasemos a 1885: Freud se entera que hay una pasantía en Paris, con el gran Charcot, que era el gran psiquiatra de la época. Él daba maravillosas clases magistrales. Hay cuadros donde se lo ve sosteniendo en sus brazos a una paciente desmayada.

Charcot presentaba casos de histeria y es uno de los puntos importantes de lo que le va pasando a Freud. Breuer le va contando el caso de Anna O. y por otro lado Charcot, que también fue un revolucionario en su época por haberle dado carta de ciudadanía a la histeria. Es decir, incluye a la histeria dentro de las enfermedades nerviosas. hasta ese momento, la histeria era un trastorno uterino, demoníaco, degenerativo. Las mujeres se hacían operaciones para extirparse el clítoris, pues se consideraba que era una cuestión orgánica. Charcot da vuelta esa página y demuestra que la histeria no solo era del orden de lo anímico, sino que tampoco era privilegio de las mujeres. Es decir, esta cuestión de que un síntoma histérico por hipnosis desaparecía, sucedía tanto en hombres como en mujeres. Freud queda fascinado por esto, se acerca a Charcot y le dice que esto que Charcot hacía en París, en Viena lo estaba haciendo Breuer. Freud le cuenta el caso de Anna O., pero Charcot no le presta demasiada atención. Charcot no estaba interesado en la terapéutica de la histeria, sino en la mostración de la fenomenología de la histeria.

Breuer tampoco estaba interesado en la histeria, sino más bien aterrado porque Anna O. no dejaba de presentar síntomas todos los días. Breuer veía a Anna O. todos los días, varias veces por día. Los síntomas desaparecían, pero iban cambiando de lugar y de forma. Anna, de 21 años, parece que era una paciente muy atractiva. Tanto es así que luego que la atiende Breuer, la internan en un psiquiátrico y el médico que la atiende “pierde la paz de su corazón”. Así lo dice Jones en la biografía de Freud. El mèdico se enamora de Anna O. y parece ser que varios más también. En el historial clínico de Anna O., Freud le señala a Breuer un punto que le llamaba mucho la atención. En una oportunidad -dijo Jones- Freud le señaló con el dedo un pasaje de este libro, diciéndole que había una laguna en el texto. Se refirió al episodio que puso fin al tratamiento de Anna O. y dice Strachey que Freud le contó a él lo que había pasado. Breuer había escrito:

De esta manera llegó a su término la histeria íntegra. La propia enferma se había trazado el firme designio de terminar con todo para el aniversario de su traslado al campo. Por eso a comienzos de junio cultivó la «talking cure» con grande, emocionante energía. El último día reprodujo, con el expediente de disponer la habitación como lo estuvo la de su padre, la alucinación angustiosa antes referida y que había sido la raíz de toda su enfermedad: aquella en que sólo pudo pensar y rezar en inglés; inmediatamente después habló en alemán y quedó libre de las incontables perturbaciones a que antes estuviera expuesta.

¿Cuál era la laguna de la que Freud le habló a Strachey? Breuer se había encargado de decir, en el historial de Anna O., que lo que le llamaba la atención en esta chica es que el elemento sexual estaba llamativamente no desarrollado, como que era una chica muy asexuada. entonces Freud le cuenta a Strachey que aludió a este episodio la contribución a la historia del psicoanálisis en 1914.

Bastará decir que, cuando el tratamiento había llegado en apariencia a una consumación favorable, la paciente exteriorizó de pronto una intensa transferencia positiva no analizada hacia Breuer, de inequívoca naturaleza sexual. Según Freud, fue esto lo que movió a Breuer a postergar por tantos años la publicación del historial clínico y lo llevó, a la postre, a rehusar toda colaboración a Freud en las ulteriores investigaciones de este.

Así como Charcot no estaba interesado por la terapéutica de la histeria, Breuer estaba aterrado por la histeria. Entonces, el elemento sexual estaba asombrosamente no desarrollado. Fíjense en estas 2 caras de la transferencia, cómo se muestra por un lado al médico como algo “todo bien, buen paciente”, el médico que va e hipnotiza; pero detrás de esto había un mar de fondo, que era esta transferencia positiva sexual muy intensa hacia Breuer.

Fíjense lo que dice Freud en este texto de 1914:

Para el restablecimiento de la enferma se le ofreció a Breuer el más intenso rapport sugestivo, que precisamente puede servirnos como paradigma de lo que llamamos [hoy] «trasferencia». Ahora tengo fuertes motivos para conjeturar que, tras eliminar todos los síntomas, él debió de descubrir por nuevos indicios la motivación sexual de esa trasferencia, pero, habiéndosele escapado la naturaleza universal de este inesperado fenómeno, interrumpió en este punto su investigación. como sorprendido por un «untoward event» (12).

Muchos años después, Freud cuenta a Jones (amigo de Freud que hizo una de sus biografías) lo que verdaderamente sucedió, quien habla de…

Conocí por Freud mismo un relato mucho más intenso del que éste hiciera en sus obras acerca de las peculiares circunstancias en en medio de las cuales llegó a su final este nobel tratamiento. Parecería ser que Breuer desarrolló lo que hoy llamaríamos una poderosa contratransferencia frente a su interesante paciente. En todo caso, se dejó absorber de tal modo que su mujer terminó por sentirse fastidiada de no oírle hablar de otro tema que éste y al poco tiempo, además, celosa. Si bien no manifestó esto último abiertamente, la mujer de Breuer, se mostró desdichada y de mal humor. Breuer, con el pensamiento bien distante de lo que ocurría del otro lado, tardó bastante en comprender lo que significaba este cambio en su mujer. El descubrimiento provocó en él una violenta reacción, mezcla de odio y de culpa hacia su mujer, que llevó a la decisión de poner fin al tratamiento. Esa misma tarde, se le hizo saber así a Anna, que entonces ya se sentía mucho mejor, y se despidió de ella. Esa misma tarde, tuvieron que traerlo nuevamente a la casa de la paciente, a quien halló en un estado de gran excitación y, al parecer, más enferma que nunca. La paciente, que en su opinión se había mostrado como un ser asexual, que durante todo el tratamiento no había hecho la menor alusión a tal escabroso tema, estaba sintiendo ahora los dolores de un falso parto histérico, culminación lógica de un embarazo imaginario que se había iniciado y que había seguido su curso inadvertidamente a la atención directa de Breuer. Aunque sumamente violento ante esto, Breuer consiguió calmarla hipnotizándola y bañado en frío sudor, abandonó la casa. Al día siguiente, partió con su mujer rumbo a Venecia, donde pasaron una segunda luna de miel, cuyas consecuencias fueron el nacimiento de una hija. Este relato se confirma en lo escencial según los términos de una carta de Freud de esa época, escrita a Marta.

Como broche de color a todo esto, 10 años más tarde Breuer lo llama a Freud por un caso rarísimo que tenía. Freud ya había inventado el psicoanálisis. Breuer le describe el casoa Freud, quien le dice que es muy simple, que se trataba de un embarazo histérico. Breuer salió disparado nuevamente, antes de que se le repita la cuestión.

¿Qué podemos decir nosotros ahora? Que evidentemente Breuer estaba afectado por un deseo de ser padre. Entonces, se le repetía con sus pacientes esa contratransferencia y no es casualidad que le pasara repetidamente este evento desafortunado. Entonces, habiendo dado un paso atrás, Breuer por un lado, Charcot por el otro, Freud estaba en la encrucijada justa, en el momento justo: por un lado, la histeria pasaba a ser terreno de lo anímico; por el otro, el caso que le cuenta Breuer hace que Freud se dé cuenta de la naturaleza sexual de la transferencia.

Así empieza Freud con esta historia: la naturaleza de la transferencia sexual en la cura de estas pacientes histéricas. Hay una frase muy freudiana de Lacan, del seminario XI, donde Lacan dice que la transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente. es una manera lacaniana de definir este fenómeno freudiano.

Damos un paso en esta historia. En 1887, Freud emprende el tratamiento de su primer paciente Emmy von N. Emmy está internada. Los psiquiátricos de esa época eran como un Spa: se hacían baños de agua caliente, masajes, curas de sueño, descanso. Freud es llamado para hacer el tratamiento de Emmy. Ella es una paciente de cuarenta y pico de años, que presenta un síntoma muy raro, que es que de golpe le dice al que está con ella “deténgase, no hable, quédese quieto” y hace una especie de chasquido con la boca. Luego, sigue hablando lo más bien, con consciencia de lo que acababa de hacer.  Freud emplea el método catártico de Breuer, pero ya desde el inicio Freud estaba interesado en otra cosa, que eran estos fenómenos raros de la transferencia.

Cuando a Emmy le estaban haciendo masajes, Freud llegaba un rato antes de que le tocara a él y resulta que Emmy empezaba a contarle cosas antes de la hipnosis, que Freud anotaba en un diario. Freud anotaba lo que pasaba antes y durante de la hipnosis. En un momento la paciente le dice a Freud que no la ande interrumpiendo, porque Freud le hacía muchas preguntas. Emmy le pide que la deje hablar hasta el final, que así se le iba la angustia. Freud se deja guiar por esto, pues estaba mucho menos interesado en curar que en saber. Freud era un gran curioso y tenía un alma de investigador. Freud ahí se da cuenta que tiene que dejar hablar la paciente espontáneamente, a ver qué surge. Es el antecedente de la asociación libre.

Hay una nota al pie de este caso, que es la nota 25, en donde Freud habla de algo importantísimo. Habla de algo que sucede en el fenómeno hipnótico, que es que cuando a alguien lo hipnotizan y le dan una orden y el paciente una vez despierto ejecuta esta orden sin saber que un médico le impartió esta orden, al preguntarle a la persona por qué hizo lo que hizo, los pacientes le dan una explicación.  Por ejemplo, a alguien se le da la sugestión post-hipnótica de que tras el chasquido de los dedos se va a llevar los pulgares a la boca, cuando el médico le pregunta por qué lo hizo, responde que se mordió la lengua, o que hace unos días que le estaba doliendo. O si a una persona se le da la orden de ir a Tribunales y matar a determinada persona. La persona lo intenta hacer, la policía lo agarra y él dice que la persona le hizo una afrenta, que está muy indignado por eso, etc., aunque ni conocía a la persona que atacó. Es decir, los pacientes dan una explicación de algo que no tiene explicación. No es la explicación verdadera. A esto Freud lo llama falso enlace. Los pacientes inquiridos por el motivo, por la causa de lo que hicieron, dan una explicación que no es verdadera.

Ahora, ¿Esta explicación es un invento? ¿Es una creación del paciente de la nada? ¿Hay alguna verdad en esto que dicen? La persona que dice que se llevó los pulgares a la boca porque se mordió la lengua, se mordió la lengua y por eso hace un falso enlace con esto. Esa otra persona que va a matar al empleado de Tribunales, tuvo también una afrenta moral con alguien y entonces lo enlaza con eso. Por lo tanto, esos argumentos del falso enlace son falsos, pero son verdaderos en la medida que tienen una raíz verdadera. Esto es muy importante, porque fíjense cómo este falso enlace va a tener que ver con el núcleo del concepto de transferencia, que después Freud va a decir que es el enlace del paciente con el analista.

Pasemos ahora al texto sobre la Psicoterapia de la histeria, que también está en el mismo tono del estudio sobre la histeria. En “Psicoterapia de la histeria”, Freud dice:

Uno necesita de la plena aquiescencia, la plena atención de los enfermos, pero sobre todo de su confianza, puesto que el análisis por regla general lleva hasta los procesos psíquicos más íntimos y sobre los cuales se guarda mayor secreto.

Freud ahí da el modelo de lo que es el germen de la transferencia y es que el paciente pueda decirle al médico “ante ti no me avergüenzo y puedo contarte todo”. Este sería el modelo de la transferencia. Yo digo que es lo que podemos hacer con nuestro amigo más íntimo, al que le podemos contar nuestras cosas más prohibidas, aquello que nosotros rechazamos de nosotros mismos y podemos contarlo porque sabemos que no vamos a ser juzgados, que nos van a escuchar bien y podemos confesar ese tipo de cosas. Pero aquí aparece el segundo término, que Freud dice que es el segundo paso del germen que va dando lugar a la transferencia, que es la confianza. Y siempre digo, como dice Freud, que esa confianza nos la tenemos que ganar. Nos tenemos que ganar la transferencia y esa confianza. Esto es muy importante, porque los que nos analizamos pensamos que esa transferencia que tenemos con nuestro analista es la que nuestros pacientes van a tener con nosotros, olvidando que a nosotros nos llevó un tiempo entrar en transferencia y tener esa plena confianza en nuestro analista, que a veces se logra hasta ahí. Hay que pasar por varios análisis para poder confiar en un analista plenamente. El analista se tiene que ganar la confianza. Esto es algo que les digo siempre a mis alumnos, que en las primeras entrevistas, que puede durar muchos meses y también años, los pacientes nos testean a nosotros. Se trata de un período donde nosotros conocemos al paciente, pero el paciente también nos testea a nosotros y nos va poniendo diferentes pruebas, que son chiquititas y sutiles, para ver qué clase de persona somos nosotros. Es importante no dar por hecho la transferencia que nosotros tenemos con aquellos con quien tenemos transferencia.

Pasemos ahora a otro texto. Ya pasamos el método freudiano, que es la asociación libre, cuando Freud abandona la hipnosis. En “Dinámica de la transferencia”, Freud habla del importante papel que corresponde a la persona del médico. Freud va pasando, de a poco, de interesarse de los fenómenos transferenciales sexuales que pasan en los pacientes, a empezar a interrogar el lugar del analista, qué tiene que ver el analista con eso que les pasa a los pacientes, si está implicado o no tiene nada que ver. Habla del papel del médico en motivos creados para agotar las fuerzas psíquicas de la resistencia. Freud habla de las resistencias y dice que, particularmente en las mujeres (la mayoría de sus pacientes eran mujeres),  que hay 3 tipos de resistencia:

  1. Cuando la enferma se cree renegada, menospreciada o afrentada por algo que escuchó del médico, algún prejuicio que tiene en relación al tratamiento. Dice que esto no es problemático, que se disuelve.
  2. Cuando la enferma es presa del miedo a acostumbrarse demasiado a la persona del médico, perder su autonomía de si y hasta caer en la dependencia sexual de él. Para Freud esto es más complicado, pero también se puede resolver.
  3. El más importante, que es cuando la enferma se espanta por transferencia a la persona del médico.

Acá aparece por primera vez la palabra transferencia, en alemán Übertragung, que significa transferencia. En alemán es una palabra muy común, no es invento de Freud, aunque él la toma del tesoro de significantes. Übertragung significa “pasar de un lugar a otro”, como una transferencia bancaria, o llevar a un lugar. Es una palabra que, como toda slas que usa Freud en su obra, son las palabras más llanas del alemán.

Respecto al tercer punto, dice Freud:

Cuando la enferma se espanta por transferir a la persona del médico las representaciones penosas que afloran desde el comienzo en contenido del análisis. Ello es frecuente y aún de ocurrencia regular en muchos análisis.

Prestemos atención, la transferencia aparece desde el comienzo y también dice que es bastante frecuente. Fíjense cómo, cuando estábamos en el caso de Breuer, se trataba de un evento desafortunado o un accidente. Acá hablamos de que sucede con bastante frecuencia, que no es tan accidental y que sucede frecuentemente. Entonces dice:

La transferencia al médico acontece por enlace falso.

Ahí está el punto que retomamos en el caso de Breuer. Da un ejemplo clínico:

Origen de un cierto síntoma histérico era, en una de mis pacientes, el deseo que acariciara muchos años atrás, y enseguida remitiera a lo inconciente, de que el hombre con quien estaba conversando en ese momento se aprovechara osadamente y le estampara un beso.

Peligro de gol, porque imagínense que Freud estaba ahí y ella tenía la fantasía de que el hombre con el que ella estaba hablando se aprovechara de ella y le estampara un beso en la boca.

Las cosas habían ocurrido, pues, del siguiente modo: Primero había aflorado en la conciencia de la enferma el contenido del deseo, pero sin los recuerdos de las circunstancias colaterales que podrían haberlo resituado en el pasado; y en virtud de la compulsión a asociar, dominante en la conciencia, el deseo ahora presente fue enlazado con mi persona, de quien era lícito que la enferma se ocupara; a raíz de esta mésalliance -yo la llamo enlace falso- despierta el mismo afecto que en su momento esforzó a la enferma a proscribir ese deseo prohibido.

Retomemos: ella tuvo una fantasía con un hombre e inmediatamente la reprimió. Ahora con Freud se repite nuevamente la escena al estar hablando con un hombre, que era Freud. Le surge esta fantasía, no la dice -por supuesto- pero de golpe detiene sus asociaciones y deja de hablar. No se le ocurre nada, tiene la mente en blanco y en esos casos casos Freud les decía “Seguramente hay algo de mi persona o de mi consultorio, que tiene que ver conmigo y por eso no asocia más”. Entonces Freud marca que eso es la transferencia, es que transfirió por enlace falso algo que era una vieja fantasía y la resistencia se vuelve el alma de la transferencia. Y ahí se pregunta por qué, si el más poderoso motivo de la cura, la transferencia, se vuelve resistencia. Entonces dice:

Al principio me incomodaba mucho esta multiplicación de mi trabajo psíquico, hasta que aprendí a inteligir lo sujeto a ley de todo este proceso, y después eché de ver que esa trasferencia no supone un considerable recargo de trabajo.

Fíjense cómo primero hablaba de un evento desafortunado, después que es bastante frecuente y ahora dice que siempre sucede. Es estructural, sucede siempre. Entonces, tenemos la famosa frase de Dinámica de la transferencia:

[...]sigue constituyendo un enigma por qué en el análisis la transferencia nos sale al paso como la más fuerte resistencia al tratamiento[...].

Este enigma vamos a tratar de resolver la próxima clase. Esa transferencia positiva que se vuelve la más intensa resistencia. Entonces, en toda cura, en definitiva, la batalla se libra en el terreno de la transferencia.

Es decir, que eso que el paciente trae de afuera, de su historia, tiene que entrar poco a poco en la transferencia.

Pregunta: Cuando un paciente nos habla, ¿tiene que ver con la transferencia positiva?
G.S.: Tiene que ver con la transferencia positiva, pero cuando no pasa nada en el tratamiento, también tenemos que pensar en una resistencia. La transferencia siempre es resistencial y es por eso que hay un punto muy importante que es cómo manejamos la transferencia, porque si estamos muy distantes del paciente, no termina de confiar en nosotros. Si nos ponemos muy abstinentes, muy silenciosos, muy distantes, muy profesionales, la cosa se enfría. La transferencia es algo caliente y es algo oscuro.

Pregunta: ¿Cómo hacer cuando la transferencia está como una resistencia y parece que no pasa nada? ¿Cómo sacarlo de ahí?
G.S.: Habría que ver cada caso, pero en general diría que si la transferencia está muy resistente y entonces no aparece material… Por ejemplo, esos pacientes que nos cuentan con lujo de detalle qué hicieron en la semana, como si fuese un relato pormenorizado y no nos dice nada, tendríamos que pensar que nosotros no estamos haciendo algo bien para darle confianza al paciente. Entonces el paciente viene, nos dice un speech para taparnos y que todo esté tranquilo, que no pase nada. Entonces, nosotros tenemos que pensar a qué no estamos dando lugar, que no estamos haciendo sentir al paciente suficientemente relajado y en confianza y con ganas de contarnos algo. Nosotros tenemos que lograr que el paciente se muera de que empiece su horario de sesión y venga a contarnos eso que pasó, que pensó o que soñó. Para eso tenemos que hacer que el paciente se sienta cómodo y confiado. Por ejemplo, una de las cosas que tenemos que evitar es abrir juicios sobre lo que dice. Esto lo vamos a ver la vez que viene. Una de las artes del analista es cómo lograr decirle cosas al paciente sin juzgarlo, sin dirigir lo que está diciendo, cómo hablarle mucho al paciente sin decirle nada. Que el paciente sienta que se le habla pero sin decirle nada, en el sentido de nada que corte el bacalao.

Pregunta: [inaudible]
G.S.: Es muy importante supervisar a esos pacientes donde no pasa nada. Es frecuente que uno supervise a los pacientes que le pasan cosas espectaculares y no se supervisa tanto la posición del analista con los pacientes con los cuales no pasa nada: vienen, habla y uno no escucha nada. Porque a veces pasa que el paciente se dedica a tapar los oídos del analista como cosa defensiva. Ahí tenemos que pensar la posición del analista como provocando esa defensa en el paciente. Entonces se arma una especie de círculo vicioso donde el analista se siente ansioso porque siente que tiene que abrir algo, interviene más y es peor, porque mete más la pata todavía y el paciente se cierra más, hasta que dice que se siente mejor y que no va a venir más.

Pregunta: Vos mencionaste lo del pecado original del psicoanálisis. No me quedó claro.
G.S.: Eso lo dice Lacan, que hay un pecado original de algo que no fue analizado en Freud. Pienso que no se trata de hacer la psicología de Freud para ver por qué inventó el psicoanálisis. Así como Freud no se dedicaba a hacer la psicología del artista, sino que tomaba su producto del artista, la obra, y no se ponía a hacer análisis de por qué ese artista llegó a ser así. Esto es lo mismo que con lo que llamamos real. En vez de ponerse a buscar una explicación, como hicieron los post freudianos, que empezaron a buscar un referente biológico. Estamos tratando de explicar algo que es un enigma. El deseo de Freud sigue siendo un enigma, no lo vamos a explicar. El pecado original es que algo en Freud no fue analizado, inanalizable, que fue esa chispa que se produjo en él. Uno dice “deseo del analista”, que es ese punto de interrogación que siempre persiste en el analista y que se opone a darle sentido a lo que dice el paciente.

El deseo del analista es lo que lleva al analizante a seguir hablando, hablando y hablando, buscando una última significación que el analista no da. No solamente porque no la tiene, sino porque está habitado por un deseo. ¿Cómo fue ese nacimiento en Freud? Esa es la gran pregunta y el pecado original. Yo creo que el pecado original del psicoanálisis está entre Anna O. y Charcot y cómo Freud se quedó impactado por esa transferencia erótica en esto que Breuer tapó, porque en el relato oficial Breuer tapó la historia. Freud toma esto tapado y yo creo que ahí nace su deseo de saber, de destapar, de descubrir.