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domingo, 4 de septiembre de 2022

Organizaciones coercitivas: ¿Cómo operan las sectas?

Cómo operan las sectas: desapego, pensamiento mágicoanimista, sugestión y la palabra del líder: así realizan la captación 

Las personas que están en situación de debilidad o de crisis emocional, o que sienten vacío existencial, son las potenciales víctimas más permeables al discurso único de estos grupos coercitivos; manipulan para generar inseguridad y dependencia. 

Las sectas criminales operan porque sus líderes brindan certeza en momentos de quiebre cuando algunas personas se encuentran con vulnerabilidades psicológicas, emocionales y sociales. Ser inteligente o tener un alto nivel educativo no impide que lleguen a involucrarse en alguna. Son más bien los momentos de debilidad o de crisis, la sensación de inadecuación o de que todo está perdido, los que son aprovechados por los líderes, porque llenarán el vacío y la incertidumbres con placebos que irán estabilizando la psique y el sosiego espiritual, ya que se presentan como una salvación o restauración, al principio con palabras y luego con acciones o pedidos inocuos.

Así, de a poco, se va entrando en la dinámica de la captación, que será conciencia de realidad y estén motivadas a realizar un cambio para mejorar su vida o estén decididas a encontrar la felicidad. 

Se busca que puedan controlar sus emociones o respuestas afectivas espontáneas para poder ser reprogramadas; se los induce a eliminarlas o a modificarlas, y se implanta las que el líder considera correctas. 

Ninguna secta destructiva o criminal va a presentarse al comienzo como lo que es realmente; es muy raro que lo hagan con los referentes sociales que pueden servir de publicidad positiva para captar a otras personas, a las que sí coaccionan una vez que ingresan. 

Al ser captadas, comenzará el proceso de aislamiento que servirá, sostenido en el tiempo, para evitar cualquier interferencia con auténticos vínculos afectivos anteriores e importantes que puedan estar notando los cambios radicales y progresivos en sus seres queridos y busquen prevenirlos del peligro que está por venir. 

Evadir a las personas significativas y reemplazarlas con las que piensan igual que ellos es esencial en este proceso. Este distanciamiento voluntario con el afuera o “los otros” en pos de una felicidad o mejora tiene otra función, que es la pérdida de noción del tiempo cronológico, porque contribuirá a un grado de desorientación para llevar a alguien hacia la esclavitud psicológica.

Así se los va convenciendo cada vez más a través de vestimentas, rituales que convocan el pensamiento mágico-animista y palabras nuevas con significados específicos que fortalecen una nueva identidad y la unión a través del pensamiento grupal para una captación eficaz.

Luego de este proceso aparece el lavado de cerebro, que es una técnica de control mental que consiste en anular la libertad de acción, asociación, confianza en otros y libertad de pensamiento. Pero para que esto se dé es necesario haber conseguido truncar la tendencia que tenemos los seres humanos a compartir nuestros sentimientos con otras personas. 

Así, sugestionar y crear una apatía condicionada a respuestas emocionales básicas se hará más fácil. Por eso, las víctimas de sectas destructivas y criminales suelen caracterizarse por la ausencia de remordimiento o empatía por el sufrimiento ajeno, y pueden mostrarse insensibles al ver o ejecutar actos de crueldad y humillación extrema hacia personas con las que tienen un vínculo afectivo, incluso dentro de la secta. 

Esto se desarrolla y perpetúa a través un temor que se va forjando con ideas paranoides de persecución o de perjuicio que, paulatinamente, pasan a ser verdades absolutas. Muchas veces se les hace creer que los enemigos son sus vínculos más queridos en una etapa anterior, los desertores de la secta o familiares que luchen por rescatarlos. Así se logra generar inseguridad, manipulación y dependencia.

A su vez, para contrarrestar el miedo y la sensación de desprotección que se fortaleció con estas ideas del mundo contra ellos, se van implantando nuevas ideas y preceptos con miras a una restauración, revolución o salvación que, a veces, puede incluir al mundo. Con el tiempo y el aislamiento se manipula en masa y se implantan emociones como el odio y la búsqueda de confrontación. 

Las normas sociales y culturales con las que llegan las víctimas a una secta son un desafío para el líder, que va a hacer que sean reinterpretadas como le conviene; ahí también entran los intereses económicos, por lo que muchas sectas comienzan con el ardid de “aprender a despojarse de lo material”, que incluye la renuncia a bienes económicos y al apego afectivo. Las normas que no se puedan adaptar serán reemplazadas por normas propias. 

Eliminar los impulsos sexuales juega un papel fundamental en el sometimiento, porque controlar estos instintos y liberarlos cuándo y cómo lo ordena el líder hará que el control y la sumisión sean absolutos. Por eso, las personas captadas, poco a poco, irán quebrantando leyes o tabúes que incluyen el incesto.  

Tomas Neer y Mary Ellen O’Toole, experfiladores criminales del FBI, plantean que existe una diferencia sustancial que ocurre entre las personas captadas y radicalizadas por sectas destructivas o criminales con las que lo son por grupos terroristas.

Si bien muchos de sus líderes son como dioses o semi dioses que portan y transmiten sabiduría que no solo es terrenal, en el primer caso los súbditos presentan lo que llaman Mirror Thinking o pensamiento en espejo: se ven y quieren ser como el líder, perfectos. En cambio, en el segundo caso se da el Ideal Thinking o la búsqueda de un ideal, que incluso trasciende al líder y al tiempo.

Luego de la masacre de Jonestown, en Guyana, donde murieron más de 900 personas captadas por una secta, lo que para nosotros fue el suicidio y homicidio en masa más impactante de todos los tiempos, para muchos de los sobrevivientes se trató de un acto revolucionario. Algunos de los sobrevivientes que fueron arrancados de ese hábitat y enfrentados con un entorno con leyes que conocían, pero que ya no los regían, presentaron fenómenos alucinatorios y sensaciones de fin de mundo, según informes y reportes del FBI de la época.

Es importante que las víctimas rescatadas y sacadas contra su deseo de este tipo de sectas no sean abandonadas a su suerte, sino que cuenten con una terapéutica psicológica y psiquiátrica especializada para comprender qué los llevó a eso, entender que fueron víctimas de esclavitud psicológica y manipulación de la voluntad, que cuenten con apoyo social para así lograr una readaptación y evitar futuras recaídas.

Fuente: Laura Quiñones Urquiza (28/8/2022) "Cómo operan las sectas: desapego, pensamiento mágico-animista, sugestión y la palabra del líder: así realizan la captación" - La Nación 

jueves, 11 de agosto de 2022

Cuando el pedido no es una demanda: intervenciones clínicas

El pedido es una demanda en el sentido genérico, pero no es una demanda en el sentido analítico. Un paciente va a un servicio por una demanda espontánea, en la mayoría de los casos, y se encuentra con una terapéutica orientada desde el psicoanálisis, generando una tensión en el campo sintomático. El paciente pide una terapéutica al Hospital, pero que muchas veces no está orientada en el análisis.

¿Cómo pensar estos pedidos sin demanda y cómo se cruzan con nuestras concepciones teóricas? ¿Cómo intervenir?

Pensemos en una neurosis o psicosis funcionales. Por ejemplo, hay neurosis obsesivas que nunca llegan a la consultan porque trasladan todo su bagaje de funcionalidad al carácter o a la forma de ser. Entonces, dicen "Siempre fui así, soy así, las cosas son así", son personas que quizá pidan algo, pero nunca una demanda de conmover a ese ser. En las psicosis funcionales, vamos a encontrar que muchos fenómenos adosables a un trastorno mental son justamente lo que les permite funcionar. 

Luego tenemos "los mandados sin demanda" En tanto funcionan, no demandan. Pero, empujados por el discurso de la ciencia, nosotros tenemos que producir alguna maniobra preliminar para ver si es posible un tratamiento. ¿Es posible intervenir sobre el pedido e incidir sobre la no demanda?

El encuentro de dos discursos. Por un lado está el que el analista sostiene y es en el que se formó. Y por otro lado está el discurso del patjhos, de aquel que padece y que consulta, por el motivo que sea, pero no piden ni un análisis ni una psicoterapia orientada desde esa perspectiva. Cada vez aparecen más cuestionamientos a la formación psicoanalítica, sumado a los profesionales que se interesan cada vez más por la orientación cognitivo conductual. Esto, lejos de ser un problema, abre al juego y a la oferta. La hegemonía de la psiquiatría dio paso a la hegemonía del psicoanálisis de orientación lacaniana, que tampoco fue la felicidad de los prados: como en toda hegemonía, genera exclusiones y segregaciones, además de otros problemas éticos. Actualmente estamos ante una tercera etapa, que es la caída de la hegemonía del discurso analítico y la aparición de dispositivos integrados, que enriquece el intercambio.

Pensemos en los vectores de la demanda terapéutica y la demanda analítica:

La S central se refiere al síntoma. El analista que trabaja en una institución se ve interpelado entre la demanda terapéutica y la analítica. 

La dimensión analítica apunta al síntoma, ordenando los trastornos, los malestares y el pathos en tanto pueda darle forma a un síntoma. El síntoma no solo porta una solución de compromiso, sino que también porta una demanda de carácter inconsciente. 

La dimensión terapéutica se centra en ser una respuestas al pathos. No solo a la patología, sino al pathos de los goces, intentando dar una respuesta terapéutica a eso. Quien sostiene esta idea, apunta a curar o normalizar el pathos. 

Nosotros sabemos que los goces, en tanto no son goces del cuerpo como imaginario, solo permiten hacer operaciones sobre el cuerpo real o el simbólico, pero no agota a lo real, que sigue estando allí. Lo que si se puede es cambiar la posición del sujeto a lo largo de un tratamiento frente a lo real y por ende, a algunos goces que se pueden acotar. Acotamiento no es agotamiento, sin embargo. El discurso psiquiátrico sostiene que los goces se pueden agotar; el psicoanálisis va por el lado del acotamiento. Por ejemplo, para la psiquiatría el delirio, en tanto pathos, puede ser agotado, aunque ningún médico sostiene en la práctica que una psicosis pueda ser "curada". No hay posibilidad de estado anterior al pathos. 

La dimensión analítica encuentra al agente tensionado por esos dos vectores no simétricos. La dimensión analítica es un vector ético que tracciona e interpela a la dimensión terapéutica a su eje ético: la ética del bien decir, una ética sostenida en el deseo y en un trabajo o acotamiento de los goces, orientado desde el síntoma. Toda intervención, toda relación con el pathos ó el paciente (transferencia), toda economía que acontezca en el cuerpo (RSI), debe estar al servicio de una política: el síntoma.

Táctica, estrategia y economía están al servicio de ser orientados desde la política del síntoma. Si uno decide mantener la política del psicoanálisis en una institución, el analista también hace síntoma, porque la dimensión terapéutica, que para el psicoanálisis llega por añadidura de la dimensión analítica, en este campo de la salud pública, la dimensión terapéutica es el sentido de esa fundación, además que el paciente lo pide. raramente un paciente viene a analizarse, sino que demanda una terapéutica. De manera que el analista no solo debe saber hacer con su síntoma, sino también con su ética.

De lo que se trata es de sostener una terapéutica, pero como subraya Lacan en Variantes de la cura tipo, una terapéutica que no es como las demás. 

En este esquema superior vemos la TÁCTICA, que son las intervenciones, al servicio de una ESTRATEGIA (que es la transferencia), con un vector ÉTICO  que regula los dispositivos, que es la ECONOMÍA. Por último, la función del analista se ordena bajo una política.

Podemos pensar en un campo de pedidos sin demanda. Siguiendo a Lacan en Saber y verdad, penúltimo de los Escritos 2, hay una permanente tensión entre saber y verdad, dos campos heterogéneos que por eso separamos:

La división entre saber y verdad nos sirve para saber de qué tipo de pedidos se trata: hay pedidos que vienen del campo del saber, como el discurso médico, el psicológico y el discurso tóxico. El discurso tóxico es un saber que tiene el consumidor, que rivaliza con el saber del médico y psicológico y definitivamente rechaza el saber analítico. El consumidor adicto es un desconfiado del inconsciente. El adicto rechaza cualquier planteo diferente al de la palabra, un rechazo casi forclusivo de querer saber. Esto genera agotamiento en quienes intentan mantener una terapéutica centrada en el psicoanálisis en los pacientes con patologías de consumo.

Otras demandas que vienen como pedido de tratamiento que vienen del campo del saber son las demandas sociales, escolares. Las demandas médico-psicológica son las demandas del orden de la interconsulta, como los médicos clínicos con pacientes que no le responden a la terapéutica, el psiquiatra que deriva porque no le funciona la medicación. 

Los pedidos del campo de la verdad son el pathos del paciente. También las demandas familiares, el pathos de la familia, de la pareja, de los hijos, sea cual sea el pedido. 

Para pasar del campo del pedido a la demanda es necesaria una operación preliminar, que podemos llamar, siguiendo a Badiou, una operación de forzamiento. Badiou, en Lógica del acontecimiento, habla del forzamiento, que no es obligar, sino forzar el carácter de la neutralidad. El analista tiene dos principios: neutralidad y abstinencia. Cuando no hay pedido, hay una paradoja. Debe poner en suspenso la neutralidad: no todo es lo mismo. Muchas veces el analista debe recortar, señalar, denotar que ahí hay algo. Cuando el sujeto ve que su discurso de saber, su discurso tóxico o su hábito no le funcionan del todo, cuando el sujeto viene a quejarse que quiere sacarse de encima una pareja, un síntoma, un hábito... hay algo de decepción en relación al estado anterior. El analista debe subrayar que hay algo del no-todo del saber: algo tiene que fallar en el orden del saber y en la verdad.

Si logramos este forzamiento como maniobra preliminar, pasamos de un pedido terapéutico a quizás algo del orden de la demanda. Cuando el sujeto toca el agujero del "no todo" (centro de la imagen), se da cuenta que el no todo del discurso tóxico o el no-todo del discurso de la familia continúa siendo funcional, abriendo un horizonte de dos salidas posibles.

En general, los pedidos del campo del saber van hacia el campo de la verdad, al estilo consciente. Por ejemplo, un médico que hizo todos los protocolos y su paciente sigue teniendo úlcera. El saber pide verdad y la verdad ¡Pide saber! ¿Cómo romper ese circuito cerrado? Con la operación de forzamiento que vimos, suspendiendo la neutralidad, pero sin suspender la abstinencia. Esto es, no mostrar el deseo personal de "yo quiero que te trates". Solo debería subrayar algo así como "Esto que me decís, que siempre hiciste X cosa y ahora no te funciona, es clave".

Si el sujeto logra meterse en el agujero del no-todo, puede abrir a la dimensión de la demanda. En el campo de la demanda se invierte la ecuación, aparece el campo de "OTRA VERDAD", que es la verdad del pathos y no la verdad de la forma de ser. estamos en el territorio del campo pulsional. El saber del discurso de la ciencia, el saber de la psicología, deviene "OTRO SABER", un saber no-todo que es parte del campo de lo inconsciente. 

En la demanda no hay saber/verdad, sino un saber no-todo y una verdad no-toda. Si eso acontece, hay espacio para el trabajo analítico... creo. No es una hipótesis científica ni una creencia religiosa, sino una conjetura de trabajo. Hacemos existir al inconsciente en tanto somos lectores, pero esa es una operación de forzamiento. Muchas veces esta operación no podrá realizarse, como vimos en Psicoanálisis y Medicina. Muchas veces la demanda consciente del sujeto no coincide con la demanda inconsciente. A veces, quien pide una terapéutica, lo que pide es que lo confirmemos en su condición de enfermo. A veces piden que le quitemos el pathos y otra veces ni siquiera eso: quiere que le confirmemos que no está enfermo, que no es pathos. La diferencia entre demanda consciente e inconsciente quedará para otra entrada.

miércoles, 15 de junio de 2022

¿En qué se funda un vínculo?

 ¿Cómo se ligan los contenidos psíquicos pensando desde lo inter y transubjetivo? Kaës dice que el vínculo se funda en algo negativo, cosa que contradice la razón. "Las negatividades" en Kaës son tres modalidades de lo negativo que se encuentran en el principio del trabajo de la ligazón intrapsíquica. Esto aplica a todas las ligazones, donde se interrelaciona lo negativo

1) Por un lado encontramos la NEGATIVIDAD DE OBLIGACIÓN de la psiquis de producir algo negativo. Es decir, negativizar algo. recordemos el texto de Freud La negación, donde planteaba la negación de un contenido que había sido admitido previamente.

2) La RELATIVA de lo negativo, por referencia a lo posible.

3) La otra modalidad de lo negativo es la instancia RADICAL, que corresponde a lo que no está en el espacio psíquico, que bordea lo imposible.

LA NEGATIVIDAD DE OBLIGACIÓN: Lo que no debe emerger

Pensemos en una relación de madre e hijo: lo que tiene que quedar por fuera es el incesto, los intereses eróticos. Hay un goce que debe ser cancelado.

Obedece a la necesidad del aparato psíquico a efectuar operaciones de rechazo, de negación, de desmentida, de renuncia y de supresión. La noción de obligación implica la imposición al aparato psíquico para que realice estas operaciones. Al mismo tiempo, aquello que ha sido expulsado, negado, suprimido o reprimido y lo que resulta preservado.

Recaen sobre una percepción o sobre una representación inaceptable por una instancia del aparato psíquico. Estas negatividades son necesarias para que se forme y se mantenga el vínculo. Son exigidas a cada sujeto del vínculo.

El sacrificio de ciertas partes de sí mismo y del otro en aquello que debe ser objeto de la renuncia pulsional, de la represión de una representación, de un afecto, son necesarias para que se vuelva posible la vida en común, para que el vínculo se organice y mantenga unidos a sus elementos constitutivos.

Las negatividades de obligación están dirigidas a la producción de la positividad del vínculo y su mantenimiento vital.

Freud, Emma Eckstein y Fliess

Son famosas las cartas de Freud a Fliess. Emma fue diagnosticada por Fliess con una serie de trastornos atribuibles a la histeria, con predominio de un padecimiento en los cornetes nasales. Fliess pensaba que las inervaciones de los cornetes nasales tenían conexión con las inervaciones de la vulva y que daba cuenta de sus padecimientos. Esto termina en una operación bastante cruenta, de hecho Fliess le deja dentro un metro de gasa. Esto le produce una serie de infecciones y a la larga ella muere de septicemia. 

Nada de esto pudo ser advertido por Freud, quien simplemente atribuyó el no mejoramiento de la paciente a su condición de histérica. ¿Qué podemos pensar sobre esto? Había una ligazón homosexual entre ellos que intentaron preservar. No quiere decir que fueran una pareja gay, sino del componente homosexual libidinoso que hay en la amistad entre los hombres. El caso nos muestra la potencia de las negatividades en los vínculos, que en este caso lleva a estos dos médicos a encubrir un caso que tuvo consecuencias funestas. 

LA NEGATIVIDAD RELATIVA: Lo posible.

Pensemos, a nivel de un grupo ó una pareja, que hay cosas que nunca estuvieron y que el grupo pretende recuperar. Si pensamos en el objeto a, ese objeto perdido que se intenta recuperar. Uno espera en el otro encontrar algo perdido, aunque sea a nivel de la ilusión.

La negatividad relativa constituye sobre la base de lo que ha quedado en suspenso en la constitución de los continentes y contenidos psíquicos, en la formación de las operaciones que los ligan. Es tributaria de la función supletoria, apuntaladora y transformadora del otro.

Sostiene el campo de lo posible. En la negatividad relativa, la positividad se manifiesta como perspectiva organizadora de un proyecto o de un origen.

- Algo ha existido que ya no es.

- O no ha sido lo que podría ser.

- Lo que ha sido no fue suficientemente, por exceso o por defecto, pero podría ser de otro modo.

La negatividad relativa es lo que permanece en trance de ser constituido en la realidad psíquica: es relativa a objetos y a continentes de pensamiento.

Lo que no ha sido pero podría ser, lo que habría podido ser y podría devenir, abre en consecuencia sobre lo posible lo que en nuestro espacio psíquico es tributario de la psique del otro.

Kaës nos dice que no podemos retornar al lugar y al vínculo del origen: existieron un lugar y un vínculo que ya no son. Esta idea es muy freudiana. Ningún vínculo, agrupamiento o pareja se establecerá sin que esté la tentativa de reestablecer el ser juntos de los orígenes.

El lugar del agrupamiento está investido y representado como ese reencuentro con lo que ya no es, lo que ya no somos, pero que podría volver. Para Didier Anzieu, los seres humanos van al grupo como si entraran en un sueño. Esta idea también es freudiana, en el sentido que los sueños son el cumplimiento de un deseo inconsciente.

Esta modalidad de lo negativo, dice Kaës, es la que sostiene la representación y los contenidos representativos del origen. Es fundadora del espacio psíquico. Estamos a un nivel inconsciente de la dimensión vincular.

LA NEGATIVIDAD RADICAL: Lo imposible.

En la ceremonia de despedida a Sartre, Simone de Beauvoir dice "Aunque me entierren a su lado de sus cenizas a mis huesos no habrá ningún pasadizo". 

Es en el espacio psíquico, aquello que tiene estatuto de lo que no es. Admite ser representada como no vínculo, no experiencia, como algo irrepresentable, en las figuras de lo blanco, de lo incógnito, de lo vacío, de la ausencia, del no ser. ¿Cómo pensar el no ser, el vacío, la ausencia, el no-vínculo? Porque para Kaës, esta negatividad es fundante del vínculo. Como un punto de ajenidad y de vacío en el vínculo con el otro. 

La negatividad radical no puede ser pensada por el pensamiento. Se trata de la relación de contacto del pensamiento con lo que no es y con lo que no puede pensar: es aquello que permanece refractario a toda la ligazón.

No podemos pensar y ligarnos en conjunto si no es sobre un fondo de negatividad radical. 

La negación de la negatividad radical se reconoce en los efectos destructores del vínculo y del pensamiento. Kaës dice esto se reconoce en los efectos de grupo y de la masa; donde el pensamiento fetiche de ideología o de opinión común despojada de toda subjetividad. También podemos ubicar los casos de parejas simbióticas. 

Se trata de lo no-ligado irreductible. Para Kaës, el vínculo se apoya en ella y en lo que ella tiene de intolerable, la niega. Tiene que haber un punto de negación de esta negatividad, sino uno no podría vincularse con nadie. Su representación no corresponde a una representación producto del encuentro entre el órgano sensorial y un objeto. No se puede representar sino como algo no representado.

La negatividad radical puede ser tratada según las otras modalidades de la negatividad relativa o de obligación. Explica el espacio vacío no patógeno exigido por la movilidad de la vida psíquica misma. Espacio de la no experiencia, de lo que no es y no será. No puede abolirse en la positividad a la que sin cesar intentamos reducirla.

Algunas figuras nos permiten acercarnos a esta negatividad radical. Por ejemplo, en la angustia lacaniana, este afecto no es sin objeto. La aparición del objeto a angustia. Bleger, por otro lado, hablaba del encuadre depositario de las partes no-yo de la psique.

Articulación de las tres negatividades: el pacto denegativo
Las tres formas de negatividad pueden ser objeto de un pacto, de un contrato o de una alianza inconsciente entre los sujetos del vínculo. Kaës construye la idea de pacto denegativo.

El pacto denegativo es una formación psíquica bifase, que asegura formas específicas en el espacio intrapsíquico. Sostiene la formación y los procesos de los vínculos intersubjetivos, los que dan lugar a formaciones y procesos intrapsíquico (ideal del yo, identificaciones, contrato narcisista).

Como toda alianza inconsciente, satisface alguno de los intereses de los sujetos y las exigencias propias del mantenimiento del vínculo contraído por ellos y que los asocia. El pacto denegativo se debe situar por referencia a las nociones de contrato narcisista, de comunidad de desmentida, de alianza denegatoria.

El pacto denegativo es una alianza compleja para negar la negatividad radical y ligar las negatividades de obligación. En ese sentido, el pacto denegativo es un pacto sobre lo negativo. Un pacto sobre la negación de la negatividad radical es el fundamento mismo del vínculo.

El pacto denegativo mantioene la ilusión de que el vínculo se burla de la negatividad radical, mediante la negatividad relativa (lo posible). Se trata de un pacto sobre lo incógnito, la no experiencia, al no-vínculo. El pacto denegativo es la contracara del contrato narcisista.


domingo, 27 de marzo de 2022

Cine y psicología institucional: una mirada sobre la película Machuca.

 El presente trabajo aborda el análisis de una escuela chilena desde el punto de vista de diversos referentes de la psicología institucional en base a la información del texto de Greco “La Igualdad es una Experiencia Sensible o La Igualdad en Escenas de Machuca”, Se intentará ir desde lo manifiesto hacia lo latente, teniendo en cuenta la estructura y la dinámica de la organización.

Según la información que nos manifiesta el caso, podemos precisar que se trata de una escuela chilena, de nombre desconocido, en el año 1973, meses antes del golpe de Estado al Presidente Allende. Evidentemente, se trata una institución del tipo cultural básica según Bleger y, según Ulloa, una institución del hombre aprendiendo, porque en ella se encuentran individuos creciendo emocional e intelectualmente.

Es una escuela de élite, pero su director Mc Enroe ha incorporado a niños y jóvenes de barrios carenciados. Este instituyente consiste en un proyecto igualitario, surgido y sostenido por él, jamás explicado a padres, profesores y alumnos. La articulación normal de la escuela se fractura y el conflicto se genera, según se puede observar, a partir de diversas formas de segregación vinculadas con las diferencias sociales de los nuevos alumnos. Se mencionan miradas poco hospitalarias por parte de los compañeros y trato diferencial de los profesores.

Un análisis más minucioso nos habla de una organización democrática, ya que regulada por la legislación vigente y sus propias normas internas. Existen jerarquías como la de Director, alumno y se menciona la participación de los padres, que financian la institución. La escuela cuenta además con rasgos de organización total, no solo porque al ser una escuela de élite implique por sí misma el control social de los que se están formando, sino por la figura del Director que a continuación analizaremos y la situación política donde está inserta la institución. La característica de organización total, en este sentido, está dada por el freno de las relaciones sociales, según consta en el caso: “no haber buscado acuerdos y consensos, por lo tanto ser autoritario, intolerante, discriminar a quienes no quieren formar parte de él”.

La primera fractura, del orden de las responsabilidades, está en Director Mc. Enroe, quien aparece ocupando el rol de líder, pero su figura concentra varios roles: motor emocional (que aglutina al grupo), programador o administrador, y gestor (relaciones con el exterior). Estos roles parecen haberse patologizado, al observar que el Director toma un rol perseguidor – superyoico, sabotear sistemáticamente las tareas que él mismo logró (discriminar a quienes no quieren formar parte del proyecto resulta una paradoja a nivel lógico) y tomar decisiones impulsivas. La concentración de roles nos habla también de un grupo dependiente, que funciona con una imagen parental y carece de autonomía y eficiencia. En este sentido, el director es un analizador, porque ha puesto en evidencia la estructura de la escuela.

Otro analizador interesante, que presagia el deterioro de la organización, es la aparición de grupos formales: citando textualmente, “los vestidos de uniforme” y “los otros con sus ropas humildes”. 

Ulloa nos plantea la existencia de la tendencia a la dispersión en las instituciones. Existe en esta escuela una fragmentación a nivel de las normas, que no hacen estrictamente a la organización institucional en sí, sino al estilo personal, a la identidad de cada sujeto, se establecen pautas en relación a lo que está bien o está mal,  coartando la impronta personal, coartando el verdadero estilo personal de los miembros de la organización y su creatividad. Esto nos hace pensar en que el predominio de la tendencia integradora es aparente, y que esta tendencia organizadora no se está acompañando con una real expansión hacia  afuera. Se corre el peligro, en este caso, que la tendencia a la dispersión ampute una parte de la institución, por ejemplo, expulsando a los alumnos humildes por diversas formas, o en un caso extremo que se destruya.

Siguiendo a Ulloa, las articulaciones de una organización pueden fracturarse. La información suministrada nos habla de una fractura de las responsabilidades. La fractura articular aparece en lo que psicología social se llama “chivo emisario”, encarnado en los nuevos alumnos, que cargan con las culpas ajenas. Nos importa saber cómo surge y por qué se eligió a ese y no a otro para ese rol fracturado, por qué se produjo ese desplazamiento. Una respuesta posible sería la circulación entre la institución y el contexto socio-político donde está incluida, ya que las instituciones, según Ulloa, reflejan el contexto en donde están incluidas, a la vez que tratan de modificarlo. También podemos pensar en la pertenencia, descripta por Funes Molineri, tomando a Lourau, dada por los segmentos que se aprecian en los integrantes de la institución. Citando textualmente: “unos vestidos con uniforme, otros con sus ropas humildes; […] unos de piel blanca, otros de piel oscura; unos en sus casas lujosas, otros en barrios y construcciones sumamente precarias” inferimos, en este sentido, que la pertenencia o no a un determinado grupo segmentario hace establecer relaciones de dependencias o agonistas con otros grupos dentro de la institución.

Algo sobre lo que podríamos indagar, para conocer el origen de esta fractura, es qué es lo que los individuos de están proyectando sobre la institución y, específicamente, sobre estas personas reales. Deberíamos hacer un examen sobre estas ansiedades prehistóricas, por ejemplo, cómo se vive en estas familias de élite. Porque si no sabemos qué proyectan, no podemos saber de qué se están defendiendo cuando se enfrenten al peligro de la re-introyección. 

Otra fractura puede estar ubicada en el factor geográfico, ya que la escuela está ubicada cerca de los barrios pobres donde residen los niños y jóvenes incorporados. No podríamos afirmarlo hasta indagar cuál es la relación entre la institución y los elementos que la rodean, prestando atención a la historia, que podría estar obturando. Así mismo, convendría conocer la historia de institucionalización, cómo se paso de los proyectos individuales a uno colectivo, con qué fin, entre otros. Recordemos que toda institución conserva memoria de los hechos desde el momento de origen, memoria que es capaz de relatar, pero también capaz de reprimir. También hay mitos y variaciones entre la historia escrita y oral.

Lo expuesto hasta aquí me hace pensar en que una escuela en estas condiciones, necesitaría de los servicios de psicólogos institucionales. Las condiciones que me parecen adecuadas serían las de un equipo de trabajo, pues se trata de una institución ajena a nuestro país, y sería útil el encuentro interdisciplinario con locales. Esto requeriría del uso del obrador para coordinar el abordaje y articular objetivos.

El equipo de trabajo debería, por lo menos en este caso, trabajar interdisciplinariamente. Motiva a ello la multiplicidad de causas que atraviesan la institución, aquí no podemos pensar con un enfoque único. Sugiero tomar en cuenta la ecología y evaluar cómo se relaciona la institución con su medio, tener en cuenta la psicología política para conocer las relaciones de poder. Además, se debe tener un enfoque desde la historia y la sociología.

Las intervenciones que sugiero son, por empezar y teniendo en cuenta la rigidez de los roles que ya vimos, la intervención de dinámica de grupos. El examen de la historia institucional, como ya se ha mencionado, también es necesario. La utilización de la asamblea sería sumamente adecuada, porque hay indicios de que no hay representación de los distintos grupos. Pensemos en esos padres cuya utilización de sus fondos no se han utilizado de una forma pactada. Si aceptamos la idea de que se trata de una institución dependiente, creo que el equipo de psicólogos no debería perder la oportunidad de que la institución logre comunicarse de una manera menos patológica.

Bibliografía:

“Psicohigiene y Psicología Institucional”, Bleger, José.

“Análisis Psicoanalítico de las Instituciones”, Ulloa Fernando.

“Estructura y Dinámica del funcionamiento de las instituciones: democráticas, autogestivas y totales”. Matilde de la Iglesia- Alejandro Burlando Paez. Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano, en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.

 “Implicación y Transferencia Institucional desde la Perspectiva del Análisis Institucional”.  María Funes Molineri. Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.

“El analizador y el analista” LaPassade, Compilado por Dra. Corvalán de Mezzano en “Psicólogos Institucionales Trabajando”, ed. 2010.

“Permanecer y Transformar” de Alicia Corvalán de Mezzano, capítulo II: “Permanencia y cambio en una consulta institucional”

jueves, 27 de enero de 2022

¿Qué es la psicología institucional?

 ORIGEN e HISTORIA DEL TÉRMINO:

Década del 60: inicio de su desarrollo Argentina. En la UBA  se institucionaliza el término y se producen transformaciones a lo largo de estos casi cuarenta años.


Década del 50 al 60: aportes precursores  del Dr. Enrique Pichón Rivière, padre profesional de grupalistas e institucionalistas como los Dres.Bleger, Ulloa, Liberman, Bauleo, Pavlovsky, entre otros, que tuvieron un alto nivel de producción intelectual en distintos dispositivos y técnicas (instituciones, grupos, familia, psicoterapias breves, psicodrama) y que introdujeron a futuros institucionalistas en el “campo de las psicoterapias colectivas relacionadas con el psicoanálisis”.


La mirada institucionalista del Dr. Pichón Riviere a través de cuestionamientos a la organización manicomial en Argentina y sus aportes a una psicología de la vida cotidiana, son antecedentes fundamentales de este campo.


 Construyó una particular psicología con la concepción grupalista, las técnicas de grupos operativos, la inclusión del psicoanálisis freudiano y kleiniano en el ámbito grupal, la dialéctica materialista, ciertas concepciones lacanianas y la influencia de los literatos “malditos” y del arte pictórico no convencional. Dejó una huella abierta a sucesivos desarrollos que los Dres. Bleger y  Ulloa produjeron para la Psicologia Institucional en la vida académica.


Por la función formadora en el ámbito universitario y la importante producción de conocimiento que ambos asumieron, es que son considerados fundadores y pioneros en este campo en la Argentina. Sin desconocer la íntima relación de la dimensión sociadinámica de los grupos con la dimensión institucional, fueron profundizando en una caracterización diferencial esclarecedora. 


Año 1966: Bleger, afirmaba que este campo  era un desarrollo reciente  de la Psicología como disciplina. Publica “Psicohigiene y Psicología Institucional”, que constituye un texto central para la psicología institucional donde dedica un capítulo al tema específico. El alto nivel y la vigencia sus conceptos lo hace permanecer aún hoy como referente bibliográfico imprescindible.. El texto fue producto de un seminario dictado en la Carrera mencionada, donde se proveía a los psicólogos de los elementos fundamentales para la comprensión y el abordaje institucional. Definía la Psicología Institucional como un campo que requería de un modelo conceptual propio de la psicología social y de un ámbito específico y amplio: las instituciones. Afirmaba que los modelos conceptuales debían referir al uso de categorías adecuadas a los fenómenos de las agrupaciones humanas (comunicación, interacción, identificación, etc.).Consideraba para su especificidad el estudio de: a) la estructura y dinámica de las instituciones; b) la psicología de las instituciones; c) estrategia del trabajo del psicólogo institucional que comprende:1.el encuadre de la tarea y la administración de los recursos, que establece la relación del psicólogo con la institución en la contratación, programación y realización del trabajo profesional.2. teoría del encuadre que establece los criterios de dicha relación. Para este autor teoría y estrategia constituían una unidad.

El Dr. Fernando Ulloa en el mismo año produce un trabajo escrito sobre Psicología Institucional presentado en la A.P.A., que constituye un texto fundacional en tanto apertura del psicoanálisis al campo social, aportando definiciones pioneras en la Argentina para un tipo de práctica psicológica centrada en las instituciones. 

En tanto el Dr. Ulloa a partir de1962 incluía esta temática en las asignaturas electivas de “Psicología Clínica de Adultos I”y “Psicología Clínica de  Adultos II” en la misma Carrera, con una perspectiva clínica dirigida a las agrupaciones humanas. 

Como consecuencia del golpe de estado del General  Onganía, que interrumpe el gobierno democrático a cargo del Dr. Illia, la Universidad de Buenos Aires sufre un impacto institucional por la intervención a la que fue sometida. Este hecho político provoca un corte en la temática referida a la psicología institucional. 

1967: Se abre la cátedra “Psicología Institucional” en la entonces Carrera de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Bs. As., con carácter de optativa en el plan de estudios. Se le da carácter de materia. Designan por primera vez un psicólogo, el Licenciado Ricardo Malfé, en calidad de profesor titular. Se realizaron consultas institucionales desde la Cátedra. La bibliografía incluía:los trabajos sociales de Freud, el aporte institucional de Elliot Jaques cuyo referente psicoanalítico era Melanie Klein, los conceptos organizacionales de Etzioni y de Schein, más los textos anteriormente señalados de Bleger y Ulloa.

Acontecimientos políticos de movimientos obreros y universitarios en Córdoba en la  Argentina y el “Mayo del 68” francés en los claustros universitarios, cuestionando las formas pedagógicas tradicionales, son factores sociopolíticos de alta incidencia en el institucionalismo argentino y marcan hitos en sus cuerpos teórico-prácticos.

En la Argentina, los primeros tres años de la década del 70, por dentro y por fuera de la Universidad, fueron de gran actividad en el estudio y en las prácticas sociales institucionalistas. Fue un tiempo de cruce de esta práctica con los ideales utópicos en busca de una mejor sociedad, alcanzando desarrollos conceptuales y realizando numerosas prácticas sociales en el campo de la prevención así como en trabajos institucionales y comunitarios.

En 1972 y 1973 se agregaron, a la bibliografía de la Cátedra antes mencionada, autores franceses como Pagés, Tort, Lourau, con lo cual se introducían conceptualizaciones sobre la vida afectiva de los grupos, el psicoanálisis , el materialismo histórico y el análisis institucional.

1974: no se llegó a dictar la materia, por contexto político turbulento que preanunciaba el próximo golpe de estado en el país.

1975: cambió el titular de la cátedra; el Licenciado Luis María Bick permaneció hasta 1985. Mantuvo los autores clásicos como Freud, Etzioni, Bleger, Ulloa, Schein, Crozier, entre otros. y continuó agregando en su línea bibliográfica autores diversos como Foucault, Kristeva, Derrida, Bunge y otros de la psicología industrial.

Debido al golpe militar de 1976, se detiene el desarrollo de las prácticas en el campo social que la materia había llegado a producir.

Hasta 1985 la materia se dictó con el mismo profesor, sin que consten en sus programas trabajos de extensión universitaria, ni surja ese dato de informantes claves. Entonces, sólo se mantuvo dentro del claustro el conocimiento institucional teórico. Una línea de investigación abierta fue sobre el “Desarrollo institucional en la gran y mediana empresa”. 

Luego de un proceso de normalización  la Carrera de Psicología  pasó a ser Facultad de Psicología. Se concursó en 1985 -por primera vez- la materia “Psicología Institucional”, que poco después pasó a ser obligatoria, perteneciendo al área profesional del plan de estudios. El profesor titular de la Cátedra concursada fue el Licenciado Ricardo Malfé, que  produjo textos de profundización sobre la materia en la línea psicoanalítica freudiana. En sus contenidos se delineaban dos grupos temáticos: a)una psicología de los campos y procesos históricos, relacionada con el concepto amplio de institución, b) modelos de prácticas de intervención institucional y organizacional, referida a la acepción restringida.

La bibliografía incluía distintas perspectivas institucionalistas, de autores nacionales (Malfé, Schlemenson, entre otros) y extranjeros (Guattari, Lourau, Kaës, etc.) clásicos y contemporáneos. Se llevaron a cabo numerosas consultas por parte del equipo docente. La metodología de enseñanza práctica consistía en trabajos exploratorios en terreno.

1993: se concursa la materia para conformar dos cátedras. En una de ellas la profesora titular es la Lic. Virginia Schejter y en la otra  la Lic. Alicia Corvalán de Mezzano, autora de este texto

Para la segunda cátedra nombrada  la Psicología Institucional se ocupa de reconocer  las instituciones fundantes de toda sociedad tales como el lenguaje, la sexualidad, la religión y los sistemas de producción, para centrarse -operativamente- en las formas  organizacionales que se corresponden con el concepto de organización.

Se propone la aplicación de dos metáforas sociales:1) La Tolva: 2) El Obrador:  

Ambas metáforas intentan constituir redes epistémico-prácticas que guarden analogía con la compleja realidad institucional del objeto y el trabajo institucional.

Siendo preciso acompañar la comprensión estructural de las organizaciones con  el propio devenir o movimiento histórico que permite anudar historia libidinal e historia social en configuraciones que se nos ofrecen para ser develadas-ocultadas, la cátedra prioriza el eje histórico. El eje histórico es hoy en Argentina ineludible, aunque nos parece indispensable siempre, en tanto las instituciones son reservorios de memoria social.

El propio desarrollo del conocimiento institucional, como cuerpo teórico y práctico, presenta una difícil pero perceptible tensión a reconocer entre lo instituído y lo instituyente. Se evidencia en el proceso mismo de transmisión académica y en el camino de  profesionalización que ha ido realizando, según se intentó mostrar en esta escueta historia del término aquí trabajado.


 DESARROLLO DESDE LA PERSPECTIVA VINCULAR

El “movimiento institucionalista”, del que habla Gregorio Baremblit, se refiere a una serie de tendencias que incluyen líneas institucionales  diferenciadas por responder a distintas ubicaciones ideológicas, teóricas y técnicas, que sintéticamente  pueden reconocerse en la línea francesa ( Lourau, Lapassade,Mendel) y en la línea argentina- entre otras- que se afirma básicamente en el psicoanálisis coincidiendo con la temática hasta aquí desarrollada.

La Psicología Institucional puede incluirse en el “movimiento institucionalista”, en tanto es una de las diversas perspectivas conceptuales y metodológicas del campo institucional, que recibe la herencia conceptual de los pioneros institucionalistas argentinos más los aportes de reconocidos autores como Castoriadis, Lourau, Baremblit.

La Psicología Institucional hoy, en tanto teoría y práctica, tiene el desafío de comprender e intentar transformar- a pedido de los actores sociales- el escenario complejo de las instituciones, que implica tan diversas dimensiones .

Los recortes de las instituciones sociales, plasmadas en la singularidad de las organizaciones consultantes, enfrentan al institucionalista con un doble requerimiento: 

a) Abordar los vínculos intersubjetivos en ámbitos donde los aspectos conscientes, preconscientes e inconscientes constituyen una trama libidinal signada por objetivos sociales.

b) Abordar, en el recorte particular de las organizaciones, aspectos sociohistóricos que incluyen la política, la economía, la ecología, la tecnología,etc.

Este campo específico brinda la posibilidad de descifrar el cruce de los significados vinculares con inclusión de las dimensiones de lo real, lo imaginario y lo simbólico en una interacción constante.

No puede desconocerse la organización racional ni la organización fantasmática con sus intrínsecos y mutuos grados de coherencia y contradicción, siempre presentes en la estructura y dinámica institucional.

La Psicología Institucional constituye una práctica que requiere continuar desarrollando teóricamente su campo considerando distintos paradigmas que, en red epistémica, nos  conduzca hacia la construcción también de una intervincularidad disciplinaria. Y como tal -porque nuestro ámbito de investigación y práctica así lo marca- eluda los paradigmas hegemónicos que sólo consiguen parcializar la sustancialidad estructural y dinámica de las instituciones y las organizaciones.


Desde la perspectiva vincular se remarca el carácter fundante de las instituciones tanto en el plano social como en la constitución del psiquismo. Así lo transmitieron  S.Freud, Pichón Rivière al hablar de estructura de vínculo, Bleger en relación al encuadre  y  Kaës  en sus teorizaciones acerca de la función de apuntalamiento psíquico de las instituciones, las formaciones intermediarias, el sufrimiento institucional, el pacto de negación, el contrato narcisista, los organizadores socioculturales, etc.


PROBLEMÁTICAS CONEXAS

Las instituciones básicas de toda sociedad,  y las singulares formas organizacionales específicas tal como la familia, la escuela, la empresa, etc.) constituyen el macro contexto moldeador de los psiquismos desde la incidencia histórico-cultural.

Los temas conectados íntimamente provienen del psicoanálisis (identidad, procesos de identificación, ideal del yo, sublimación, sufrimiento institucional,entre tantos otros) y de disciplinas del campo social tales como la antropología (cultura, mitos, ritos); la historia (historia oral y vida cotidiana, historia de vida); ecología (intercambios con el medio ambiente); economía (asignación y distribución de recursos); sociología (agrupamientos humanos);  psicología del trabajo (división técnica y jerárquica, condiciones de trabajo); entre otras.


Fuente: DICCIONARIO PSICOANÁLISIS DE LAS CONFIGURACIONES VINCULARES - En PSICOLOGÍA INSTITUCIONAL por Alicia Corvalán de Mezzano p.355 a 362

jueves, 28 de octubre de 2021

Psicología Institucional Psicoanalítica: en la senda de Malfé.

La práctica de la psicología institucional psicoanalítica consiste en una intervención esencialmente discursiva en ámbitos psico-sociales de la vida cotidiana. Procura instaurar en dichos ámbitos una situación en la que se haga posible la escucha analítica y, a partir de ella, un trabajo interpretativo y reconstructivo que ayude a hacer conciente y elaborar aquello inconsciente cuyo retorno estuviere determinando las fallas y rupturas en la racionalidad (coherencia discursiva) allí instituida; en esa situación también se hace necesario señalar aquello inconsciente (constitutivo) que preside formalmente toda institución. 

Lo que hacen los que procuran atenerse a la regla de analítica fundamental más que asociar libremente es DISCURRIR más o menos libres de las ataduras convencionales. Discurren libremente quienes, a la deriva de una conversación excepcionalmente distendida, pueden hilar recuerdos y conjeturas, relatar lo sucedido o lo imaginado o argumentar sin objetivo práctico preciso.

El análisis de situaciones colectivas es posible en tanto existe un deseo compartido que puede verificarse de distintas maneras: 

En tanto deseo insatisfecho de una estructura libidinosa en una formación colectiva. 

Como líder, excepcionalmente de una masa o de una formación colectiva. 

En tanto ha incorporado la estructura fantasmática que sustenta el discurso, solidariamente con la función 1. Las distintas formas de manifestaciones discursivas concretas están montadas en su integridad sobre variantes retóricas y anecdóticas de las formaciones fantasmáticas, vástagos o retoños del sistema Icc. que “presentan un alto grado de organización, se hallan exentos de contradicción, han utilizado todas las adquisiciones del sistema cc. y apenas se diferencian de los productos de este sistema. Suelen estas ser compartidos también, en un momento dado. 

Deseos no compatibles con la integridad de una forma fantasmática dominante, vale decir, deseos específicos reprimidos, de la índole de aquello que retorna para manifestarse, de forma abrupta o no. 

En la formación colectiva sui generis que se instituye a los fines del análisis, el psicólogo institucional ocupa un lugar que le permite operar en reemplazo provisorio del ideal que sujeta a los miembros del grupo, por otro, sugerente de una conciliación mejor lograda entre las fuerzas en pugna; los deseos no compatibles con la figura dominante tendrán mayores posibilidades de ser tomados en cuenta.

Este aspecto de la ilusión grupal favorece el análisis. Pueden así producirse momentos privilegiados, en que las ocurrencias reverberan y provocan otras nuevas hasta cristalizar en un descubrimiento colectivo. Pero ese discurso polifónico se encamina en general hacia lo que importa a todos los allí reunidos.

Para que puedan desplegarse con libertad las fantasías que tienen vigencia en el ámbito colectivo donde se lleva a cabo el análisis, tendremos que transitar, en sentido inverso al que aquellas siguieron para su constitución, las sendas que les están marcadas por las leyes de funcionamiento del aparato psíquico. Hay que prever que primero se presentarán las formas de superficie, que controlan o dominan a todas las otras; vale decir que en una organización determinada, por ejemplo, se allegará primero a nuestra escucha la fantasía que oficial o legítimamente ha convocado y mantiene unidos a los miembros. A su tiempo, vendrán a ser oídas e interpretadas también las que están condenadas allí. Muchas veces se trata de la contradicción puntual de la fantasía dominante.

La transferencia debe avanzar hacia la disolución, para eso es necesario que por un lado se pongan en juego las fantasías concretas y por otro, que el analista se coloque en el lugar que le corresponde, el de quien conoce y puede dar testimonio de aquellas historias.

viernes, 24 de septiembre de 2021

José Bleger y Psicohigiene: ¿Cómo trabaja un psicólogo dentro de una institución?

 Al hablar de psicología institucional, Bleger, en el capítulo 2 de Psicohigiene, confiesa que él es nuevo en esto, porque siempre se dedicó a la clínica. Dice que la psicología institucional está integrada a la psicología, no es una rama de la psicología aplicada, sino un diferente campo de aplicación. La psicología fue avanzando, sus estudios del hombre fueron:

  1. Estudio de partes abstractas del ser humano (memoria, atención, percepción, etc).

  2. Estudio del ser humano como totalidad pero abstraído del nivel social.

  3. El ser humano como totalidad relacionado con otros: ámbito psicosocial y socidinámico (grupos)

  4. Ambito institucional.

  5. Ambito comunitario.

Modelo de psicología individual

Modelos de psicología social.

Se parte del individuo aislado para explicar las agrupaciones humanas. Las características de los individuos explican la comunidad.

Se usan categorías sobre las que aún falta indagar, como la comunicación, interacción, identificación, etc.


Se estudia a las instituciones desde:

Su estructura y su dinámica.

La psicología de las instituciones.

Estrategia de trabajo en psicología institucional. Se estudia la estrategia general del psicólogo en el trabajo institucional.

Encuadre de la tarea: Es la fijación de ciertas constantes dentro de las cuales se pueden controlar las variables del fenómeno. En este encuadre, es muy importante 2 cosas:

  • La relación del psicólogo con la institución que lo contrató.

  • Los criterios que sustentan dicha relación.

Definición de institución: Bleger toma la definición de institución de Fairchild: “Organización de carácter público o semipúblico, que supone un cuerpo directivo, generalmente con un establecimiento físico de alguna índole, destinada a servir a un fin socialmente reconocido y autorizado.

Entonces, psicología institucional abarca el conjunto de organismos de existencia física concreta, que tienen alguna permanencia en algún sector de la vida humana, para estudiar en ellos todos los fenómenos humanos que se dan en relación con la estructura, la dinámica, los objetivos y funciones de la institución.

Tipos de institución:

  1. Instituciones Culturales básicas.

  2. Instituciones Comerciales.

  3. Instituciones Recreativas.

  4. Instituciones De control social.

  5. Instituciones Sanitarias.

  6. Instituciones de Comunicación.


Información mínima de la institución que hay que tener:

  • Objetivo o finalidad.

  • Instalaciones y procedimientos para cumplir objetivos.

  • Ubicación geográfica y relaciones con la comunidad.

  • Relaciones con otras instituciones.

  • Origen y formación.

  • Evolución, historia, crecimiento, cambios, tradiciones.

  • Normas que la rigen. Organización.

  • Estratificación social y de tareas de los humanos que allí intervienen.

  • Evaluación de los resultados: para la institución y para quienes la integran.

El encuadre que hagamos debe contar con 2 principios relacionados:

  • Las tareas se emprenden y comprenden en pos de la unidad y totalidad de la institución.

  • Diferenciar entre psicología institucional (realiza sus tareas en base a su diagnóstico, es un asesor con libertad) y trabajo psicológico en una institución (funciones designadas por directivos, es un empleado y depende de la institución económicamente). Para Bleger, el segundo caso vicia totalmente el encuadre.

Nos interesa la institución como totalidad, aunque nos dediquemos a una parte de ella.

En el encuadre también se encuentran los objetivos, que deben ser considerados cuidadosamente.

Objetivos de la institución y objetivos del psicólogo:

Las instituciones tienen fines específicos, que se concretan mediante medios que el psicólogo debe conocer.

Hay objetivos manifiestos y latentes, que se evalúan de forma separada. Los objetivos manifiestos y latentos pueden coexistir o estar en contradicción. Un objetivo latente puede tomar fuerza y pasar a ser manifiesto.

El psicólogo debe saber que el motivo de consulta no siempre coincide con el síntoma. También, que encontrará ansiedades y resistencias, con las que trabaja.

Es necesario que la institución llegue a un insight de sus problemas y conflictos para que la institución solicite el asesoramiento del psicólogo.

En cuanto a los objetivos del psicólogo también forman parte del encuadre. Éste debe demarcar los objetivos generales de su tarea. Debe aceptar o no los objetivos de la institución para alcanzarlos. Debe hacer un diagnóstico de los objetivos inmediatos o específicos.

El objetivo del psicólogo es un objetivo de psicohigiene: promover la salud y el bienestar de los integrantes de la institución. Jamás promover la explotación, la alienación, el sometimiento, la deshumanización, etc. Si eso ocurre, el psicólogo no debe aceptar el trabajo.

El psicólogo no decide, no resuelve ni ejecuta. Tiene que mantener su rol de asesor. La institución es la que soluciona sus problemas.

 Método de trabajo institucional:

Implica una investigación profunda y configurar las técnicas a emplear. El método clínico consiste en una observación detallada, cuidadosa y completa realizada en un encuadre riguroso.

Hay que indagar operativamente y esto consiste en:

  1. Los sucesos y los detalles, cada cuánto se dan.

  2. El significado de los sucesos y cómo interactúan entre ellos.

  3. En el momento oportuno, hacer una interpretación e introducirla mediante señalamientos y reflexión.

  4. El paso anterior es una variable más, porque fue emitida. Hay que hacer una hipótesis de eso y ver qué sucede, volviendo al paso n° 1.

Aparte de aclarar y solucionar problemas, gradualmente se llega al meta aprendizaje, donde los miembros aprenden a observar y reflexionar sobre los sucesos.

La investigación modifica tanto al objeto de estudio como al investigador.

Técnicas de encuadre:

Es el conjunto de operaciones y condiciones wue conducen a establecer el encuadre y que también forma parte del mismo.

  • El psicólogo tiene que tener actitud clínica: cierto grado de disociación instrumental, manteniendo una distancia para no implicarse personalmente, pero también identificarse con las personas y sucesos. Es parte de su rol y lo debe mantener.

  • Establecerá relaciones explícitas en relación a su función, el tiempo que dedicará a la tarea, sus honorarios, etc.

  • Deberá esclarecer su tarea profesional y solo intervenir cuando el grupo lo acepte. No es tiempo perdido, ya se está cumpliendo parte de la tarea y el psicólogo ya está recogiendo información.

  • Para suministrar información de los resultados, hay que ser claros, ver a quién va dirigido y en qué situación se hará. La única forma de operar es a través de la administración de información. No se trata de informar, sino de hacer comprender los factores en juego, la toma del insight.

  • Respetar el secreto profesional.

  • Limitar los contactos extra profesionales al mínimo posible. Manejar la información cuidadosamente, respetando la ética y la técnica que ello implica.

  • No tomar partido por ninguna posición.

  • Limitarse a lo profesional. El psicólogo no dirige, no educa, no decide. No tratar problemas personales de manera individual o grupal.

  • No formar estructuras que desplacen a la autoridad de la institución.

  • No fomentar la dependencia psicológica, sino ayudar a resolverla.

  • El índice de progreso es el nivel de insight de los problemas, no que la institución cumpla objetivos.

  • Contar con la presencia de resistencias, explíticas o encubiertas. Investigar la resistencia es fundamental, por eso el psicólogo es un agente de cambio.

  • Ninguna institución es sana o normal si no tiene conflictos. Lo es cuando puede explicitarlos y poder buscar una solución.

  • No aceptar plazos fijos ni soluciones urgentes.