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sábado, 9 de agosto de 2025

Cómo evaluar aptitudes parentales (en Argentina)

Existen técnicas y cuestionarios específicos para evaluar aptitudes parentales y competencias parentales, y algunos de ellos han sido validados en Argentina o se utilizan con frecuencia en contextos periciales y clínicos del país. Estos son algunos de los más relevantes:

1. Inventario de Estilos de Crianza (IECI)
Autores: Musitu, García y Gutiérrez (adaptado en Argentina por diferentes autores)
Qué evalúa: Cuatro estilos parentales (autoritativo, autoritario, indulgente y negligente).
Validez en Argentina: Se ha utilizado en investigaciones y tesis universitarias argentinas, con buena adaptación cultural.
Uso: Permite evaluar cómo los progenitores ejercen su rol, especialmente en cuanto a afecto y control.

2. Cuestionario de Evaluación de la Parentalidad Positiva (CEP)
Autores: Rodrigo et al. (España), pero ha sido adaptado en Argentina por investigadoras como Florencia Luna y grupos de la UBA.
Qué evalúa: Dimensiones de la parentalidad positiva: afecto, comunicación, supervisión, disciplina positiva, promoción de la autonomía.
Ventajas: Focalizado en la evaluación de prácticas saludables, con base en los modelos de protección infantil.
Disponibilidad: En publicaciones de la UBA y CONICET.

3. Cuestionario de Evaluación de la Competencia Parental (CECP)
Qué evalúa: Percepción de autoeficacia y satisfacción en el rol parental.
Validez: Usado en varios países hispanoparlantes; en Argentina ha sido empleado en contextos clínicos, aunque con menor validación formal que el IECI o el CEP.
Útil en: Casos de intervención psicoeducativa o pericias para evaluar seguridad subjetiva en el rol materno/paterno.

4. Escala de Clima Familiar (FES de Moos) – Versión Argentina
Qué evalúa: Dinámicas familiares, incluyendo relación, desarrollo personal y control.
Uso en parentalidad: Aunque no evalúa "aptitudes parentales" directamente, permite ver el impacto del estilo parental en la estructura familiar.
Validación: Existe versión adaptada y validada en Argentina por la Facultad de Psicología de la UBA.

5. Técnicas Proyectivas (uso complementario)
Si bien no son cuestionarios, muchas veces se utilizan:
Test de la Familia
Test del Dibujo de la Figura Humana
Test de Vínculos (Berenstein y Puget)
Test Desiderativo, Rorschach, etc.
Estos pueden contribuir a evaluar representaciones internas del rol parental, modelos de crianza internalizados, etc. No sustituyen a los cuestionarios, pero sí los complementan en pericias.

Recomendaciones bibliográficas:
"Evaluación de la Competencia Parental", Rodrigo, B., Máiquez, M.L. (España) — hay adaptaciones usadas en Argentina.
Tesis de la UBA (Psicología o Trabajo Social) — donde suelen aparecer adaptaciones y validaciones nacionales.
Revistas como Interdisciplinaria o Anuario de Investigaciones (UBA) — tienen artículos con pruebas validadas.

sábado, 7 de junio de 2025

La evaluación de los aspectos cognitivos en la neurosis obsesiva

 En este material nos gustaría hacer un recorte e hincapié particular en los indicadores cognitivos característicos de las estructuras obsesivas.

En términos generales la personalidad emergente en cada sujeto puede tener como base un tipo específico de estructura psicológica a saber: estructura normal, neurótica, psicótica, narcisista. Cada una de estas estructuras en su funcionamiento y dinámica tendrá una forma de relacionarse y percibir la realidad, de vincularse con los demás, de percibir e interpretar las circunstancias y tendrá efectos tanto en la calidad de vida como en la adaptación del sujeto a su entorno.
Dentro de las estructuras psicopatológicas se encuentra la neurótica, que a la vez presenta tres configuraciones especiales: la neurótica obsesiva, la histeria y la fobia.
En términos generales dentro de los trastornos psicológicos, las neurosis conservan más allá de sus conflictivas y angustias su criterio de realidad conservado.
La neurosis como trastorno psicológico, se caracterizan por una intensa conflictividad interior en el sujeto, acompañada según el tipo de neurosis de que se trate de un conjunto de síntomas que afectan en mayor o menor medida la vida de relación, el grado de satisfacción y bienestar personal, la capacidad de lograr sus objetivos.
La personalidad neurótica es aquella en que el sujeto frente a sus conflictivas establece rígidos mecanismos de defensa (con la represión como mecanismo base) que le evitan conectarse con sus verdaderos sentimientos, emociones, pensamientos, o instancias de la realidad (tanto interna como externa) que le resultan amenazantes, por lo tanto utiliza sin darse cuenta, pese a que en alguna medida es consciente de que hay algo en su interior que no está bien, estos mecanismos rígidos que le impiden y dificultan desarrollar una vida más plena y satisfactoria .
En la neurosis no hay una pérdida de realidad, como se presenta en estructuras psicóticas en el sentido de que el neurótico no sufre alucinaciones, la concepción de lo que es real se adecua a lo que la sociedad categoriza como tal. Pero lo que si sucede es que en algunos aspectos la subjetividad, la realidad psíquica (en términos psicoanalíticos) se sobreimprime a la realidad, con lo cual metafóricamente el cristal con el que mira y evalúa lo que le pasa tiene cierta distorsión y pierde objetividad.
Desde el punto de vista cognitivo se observa en las personalidades obsesivas una intelectualidad rígida, el pensamiento puede ser obstinado a dogmático, se sobrevalora la capacidad intelectual y es desde el enfoque racional donde se entabla la relación con la realidad. Se observa una acentuación del criterio lógico-formal excesivo que deja fuera toda conexión más profunda con el aspecto emocional presente en la situación evaluada como en lo que respecta a su propio sentir.
El obsesivo busca encontrar la explicación justa y racional a las cosas, evita todo aquello que implique descontrol, desorganización, inutilidad. Se teme como fantasía inconsciente que si no se puede tener ese entendimiento racional pro sobre todo lo que le rodea lo invada el descontrol y quedara a merced de impulsos y emociones. El sentido de lo que debe ser se impone sobre lo que se desea y necesita realmente. Podríamos decir que en la dinámica entre instancias predomina el cumplimiento de las exigencias superyoícas por sobre la satisfacción de necesidades yoícas e instintuales (YO- Ello).
También forman parte de su idiosincrasia cognitiva la observación y preocupación por los detalles, la capacidad para lograr un rendimiento de atención-concentración destacada. Necesita de la estructura, lo estable y constante en las cosas. Por ello su esfuerzo mental es a procurarse un modo de actuar y pensar que garantice esas seguridades. El exceso de mecanismos de defensa obsesivo-compulsivos trae como consecuencia lógica una limitación en el potencial creativo y la imaginación. El pensamiento se vuelve estereotipado huye de lo nuevo y lo que pueda implicar un cambio sustancial a los enfoques que se ha forjado.
Para finalizar este material de hoy, acompañamos al presente el protocolo del Test del Árbol, realizado por una persona adulta joven de sexo femenino donde pueden evidenciarse muchos de las características que hemos mencionado respecto a los procesos del pensar y procesamientos cognitivos característicos de estructuras obsesivas y obsesiva-compulsivas.


En el test del Árbol es en la naturaleza y tratamiento de la copa donde podemos explorar el equilibrio entre fantasía-realidad, preocupaciones y focos de tensión mental, procesamientos cognitivos.
El análisis de la copa incluye el contorno de la misma, el follaje interno, las ramas y todos los elementos o factores especiales que puedan sumarse: animales (ejemplo aves), frutos, hojas, flores). Por supuesto según el grado de inteligencia, situación psíquica del evaluado en ese momento y con ello el tipo de elaboración presente en la copa algunos procesos se verán más marcadamente que otros.
El tipo de follaje que puede dar lugar a inferir presencia de mecanismos de defensa obsesivo a obsesivo compulsivos se ponen de manifiesto en el dibujo que acompañamos.
Podemos realizar en el las siguientes observaciones gráficas formales y de contenido:
1- Altura del follaje muy superior a la del tronco.
2- Presencia de trazos de calibre, entre normal a ancho (1/2 milímetro y más).
3- Estilo de contorno externo arcadas estrechas y de número elevado.
4- Exceso de detalle interno en el follaje también realizado en forma de arcadas que la evaluada dice se trata de hojas que cubren las ramas.
5- El estilo de dibujo en la copa es estereotipado.
La copa tiene vacios a izquierda (lado inferior de la copa) y del lado derecho (particularmente en la zona derecha superior).
6- Presencia de ennegrecimientos en el follaje (hay un encimamiento y ennegrecimiento de las hojas en el sector izquierdo, como una mancha).
Otros detalles: tronco semicurvo de trazo firme, de buena tensión y coloración, corteza intensa de movimientos curvos –rectos, y numerosos nudos (núcleos traumáticos).
Haciendo hincapié en el aspecto cognitivo que hemos propuesto en este material podemos ver evidencia de un exceso de actividad mental. El estilo de pensamiento hipercontrolado, rígido, preocupaciones mentales, y focos de tensión mental y angustia, intensa actividad mental pero falta de dinamismo y creatividad, bloqueo de la fantasía. En el aspecto emocional tronco, hay evidencia de sufrimiento emocional situaciones traumáticas vividas y una hipersensibilidad actual, no obstante el yo tiene buen nivel e integración y recursos, y trata de adaptarse (tipo de contorno y de corteza).
Podemos pensar que las defensas obsesivas aquí son un intento de mantener a control las emociones y el sufrimiento emocional de alguna de esas experiencias que no han sido positivas para el sujeto.
Es interesante el breve pero concreto relato que la evaluada hizo sobre su dibujo, que evidencia los mismos indicadores que el dibujo correlacionando con él.
Finalizamos este material con su transcripción y un breve análisis del relato a continuación.
“El árbol que dibuje es muy viejo, por eso tantas marcas en su tronco, es un árbol fuerte podría resistir cualquier viento, es grande, robusto, tiene todas sus ramas cubiertas de hojas en cualquier momento podría florecer. Ha pasado por miles de inviernos y miles de primaveras, pero siempre sigue erguido y siempre tan alto como pudo llegar para poder sentir el viento, la lluvia y el sol cada vez que sea posible”
Podemos ver un discurso coherente, buen vocabulario muy lógico en sus adjetivaciones pero descriptivo que apunta a un objeto fuerte, resistente y que puede dar frutos (florecer), el ideal del Yo como vara que mide al yo y le exige estar erguido y llegar tan alto como pueda. El aspecto emocional es racionalizado (ha pasado por miles de inviernos y miles de primaveras).
Como siempre nuestro objetivo es articular la teoría en sus diferentes marcos teóricos en este caso el Psicoanálisis con la práctica psicodiagnóstica.

martes, 29 de abril de 2025

¿Qué son las perversiones y cómo la evaluamos psicológicamente?

 Las perversiones, desde una perspectiva psicológica, son formas particulares en que una persona experimenta y organiza su deseo sexual, alejándose del modelo comúnmente aceptado por la cultura dominante, es decir, el acto sexual genital entre adultos con consentimiento mutuo.

En el DSM-5, las perversiones sexuales, o parafilias, se denominan "Trastornos Parafílicos".
En psicoanálisis, especialmente en la teoría freudiana, el término “perversión” no implica juicio moral, sino una estructura psíquica o una modalidad de relación con el deseo y la ley. Freud observó que las perversiones no son ajenas al desarrollo humano: de hecho, en la infancia todos atravesamos momentos donde el placer está ligado a zonas no genitales, y la sexualidad aún no está regulada por la norma social de la reproducción.
Ahora bien, cuando esa forma de obtener placer —que pudo haber sido parte del desarrollo infantil— se instala de forma fija y excluye otras maneras de vincularse afectiva y sexualmente, hablamos de perversión como una estructura. Lo importante no es el acto en sí mismo, sino cómo se relaciona esa conducta con el deseo, con la ley simbólica (es decir, con los límites), y con el Otro.
En la perversión, el sujeto no reprime su deseo como ocurre en la neurosis, sino que lo escenifica constantemente, muchas veces transgrediendo el límite, intentando colocarse como excepción frente a la norma. Esto puede adoptar distintas formas: voyeurismo, exhibicionismo, masoquismo, sadismo, entre otras. En todas ellas, hay una escena donde el sujeto busca sostener su deseo desafiando la castración simbólica, es decir, ese límite necesario que nos humaniza y nos ubica frente al deseo del Otro.
Por supuesto, hoy el uso del término está en discusión. Desde un enfoque más contemporáneo, muchas prácticas antes consideradas perversas no lo son en términos clínicos, si no hay sufrimiento psíquico, si hay consentimiento, y si no hay daño a otros. Por eso, como psicólogos, nos alejamos de visiones moralistas y ponemos el foco en el sufrimiento subjetivo y en el modo en que la persona se vincula con su deseo y con los demás.
En definitiva, las perversiones no son simplemente “conductas raras” o “desviaciones sexuales”, como a veces se cree, sino formas complejas —y estructuradas— de habitar el deseo. Y como todo en psicología, merecen ser entendidas en su contexto, sin prejuicios y con escucha clínica.
Evaluación psicología de la Perversión.
Desde la evaluación psicológica, identificar una estructura perversa implica una lectura clínica profunda que va más allá de la conducta manifiesta.
Se exploran aspectos centrales como la relación del sujeto con la ley, el deseo, los límites y el Otro. En la perversión, el deseo no se reprime, sino que se escenifica. El sujeto se coloca como excepción a la norma, buscando sostener su goce más allá de la ley simbólica. La desmentida es un mecanismo frecuente: el sujeto sabe que hay una prohibición, pero actúa como si no existiera. El Otro es frecuentemente objetalizado y se establece una relación utilitaria con él. Suele haber una ausencia de culpa o conflicto psíquico en torno a la conducta.
Para evaluar esta estructura administramos una batería completa y además se utilizan entrevistas clínicas estructurales y técnicas proyectivas como el Cuestionario Desiderativo, el TAT y el TRO. En el Desiderativo, se observan defensas como la escisión o la desmentida, sexualización descontextualizada, pobre empatía o relaciones de dominio.
El TRO permite visualizar modalidades vinculares donde el otro es reducido a objeto de goce.
El TAT revela escenas repetitivas donde el deseo se sostiene en la transgresión. Los dibujos pueden mostrar figuras rígidas o agresivas. Las técnicas objetivas como el MMPI o el 16PF complementan el perfil, aunque no son determinantes.
El psicodiagnóstico debe distinguir entre prácticas y estructuras. No se diagnostica por una conducta aislada, sino por la lógica psíquica que la sostiene. La evaluación busca comprender el sufrimiento y orientar la intervención, sin patologizar la diversidad.

viernes, 25 de abril de 2025

Test de persona con arma: un caso no neurótico

 El Test de la Persona con Arma es una técnica proyectiva poco convencional y no tan ampliamente difundida como otros tests proyectivos clásicos (como el HTP o el Test de la Figura Humana), pero que se ha utilizado en ciertos contextos clínicos o forenses para explorar aspectos defensivos, agresivos y de control del impulso en la estructura psíquica de un sujeto.

Se le pide al evaluado que dibuje una persona con un arma (puede ser libre o bajo ciertas consignas específicas). La interpretación se centra en:

  • La elección del tipo de arma (cuchillo, pistola, etc.)

  • El modo en que la persona la sostiene o se vincula con ella

  • El contexto emocional que se desprende del dibujo (amenaza, protección, ataque, miedo)

  • El lugar del cuerpo donde se dirige el arma (hacia otros, hacia sí mismo, ausente, etc.)

Un caso:

Hombre, de 64 años.

El estilo de dibujo y la fragmentacion de la cabeza con respecto al resto del cuerpo nos da cuenta que la estructura de personalidad no es neurótica sino que hay un trastorno de personalidad que puede tener algunos núcleos psicóticos, ya que no solo esta disociado el pensar del sentir y de los impulsos sino que tambien es bizarra la forma de elaborar el tronco y la inserción de los brazos. Las características de la cabeza, el arma apuntando, la falta de discriminación piernas pies tambien dan cuenta de la presencia actual de una posible desregulación de impulsos ya que por un lado hay signos de impulsividad y agresividad y por otro lado de bloqueos (piernas juntas) Por supuesto esto debe ser corroborado con la administración de una batería completa.

viernes, 28 de febrero de 2025

Esquizofrenia residual y psicodiagnóstico.

 Cualquier enfermedad tiene siempre en mayor o menor medida un aspecto negativo, en tanto genera algún tipo de dolor o sufrimiento, pero en la enfermedad mental se suma un elemento más, la alteración del equilibrio entre el sujeto y el mundo que lo rodea, que a la vez también obstaculiza el proceso de crecimiento personal natural que la persona tendría de no padecer esta psicopatología.

En esencia, lo que sucede en la psicosis es que progresivamente se va deteriorando el criterio de evaluación que de la realidad hace un sujeto, lo que este percibe ya no es lo mismo que para una persona con un estado psicológico “normal”.
Cotidianamente, percibimos e interpretamos la realidad, Por ejemplo al ver un semáforo en rojo nos detenemos porque nuestro criterio de realidad y el conocimiento previo que hemos incorporado nos alerta que ya no deberíamos cruzar, puesto que sino un auto podría atropellarnos.
Pensemos que sucede cuando una persona ya no interpreta las señales que su cultura le ha trasmitido, si perdiera la habilidad para entenderlas; es como si de pronto no supiéramos entender ni hablar el idioma que es afín a nosotros, entonces por supuesto ya no entenderíamos ni comprenderíamos igual esas señales externas, ese semáforo rojo no necesariamente implicara detención, podríamos pensar que es para avanzar.
Realmente la relación de una persona que padece esquizofrenia con la realidad se vuelve trágica, peligrosa y amenazante, esto es en términos simples lo que experimenta un psicótico ante una realidad que ya no reconoce ni entiende, la que ya no puede apropiarse, una realidad que por momentos le es hostil y amenaza su existencia. Esto último particularmente, sucede cuando la persona que padece alguna forma de psicosis[1]está en lo que se llama una fase o etapa de brote (descompensación psicótica).
Un paciente con diagnostico de esquizofrenia atraviesa distintas etapas desde el inicio de su enfermedad. Su primer brote, etapa que se puede considerar de síntomas positivos en donde el mismo se encuentra descompensado y en donde el deterioro de sus funciones mentales y cognitivas interfiere significativamente en su capacidad para mantener un contacto adecuado con su entorno personal, laboral; así como las cuestiones básicas que implican la vida cotidiana, sus rutinas y exigencias. Hay incoherencias, desconexiones significativas.
Como síntomas positivos podemos mencionar por ejemplo:
-Presencia de alucinaciones, estas pueden definirse como percepciones sin objeto, puesto que no se trata de percepciones verdaderas porque no son reales, no existe ningún estimulo externo concreto que pueda generarlas. Es por ello que se consideran seudopercepciones que solo existen en la mente del paciente; solo él las experimenta. Pueden ser auditivas, visuales, táctiles, olfativas o gustativas.
-Ideas delirantes: consisten en alteraciones del pensamiento, ideas falsas e irreductibles sobre la realidad basadas en inferencias incorrectas siendo el sujeto poco refractario a aceptar que no es real su percepción mas allá de argumentos que se le den, se aferra a ellas, las sostiene. Podemos mencionar como las más frecuentes ideas de persecución, de grandeza, religiosas, de celos e hipocondríacas).
-Lenguaje desorganizado e incoherente.
-Comportamiento gravemente desorganizado (agitación, incapacidad de organizarse y de mantener la higiene personal) o catatónico (disminución de la actividad psíquica y motora hasta llegar a una falta total de atención y rigidez postural).
En este trabajo compartiremos un material grafico, el dibujo de la figura humana -DFH- realizado por un paciente con una esquizofrenia de tipo residual.
El termino de esquizofrenia residual se aplica a aquel paciente que ha tenido al menos un episodio de esquizofrenia, pero en el cuadro clínico actual no es acusada la existencia de ideas delirantes, alucinaciones, comportamiento o un lenguaje desorganizados, síntomas que hemos mencionado como positivos anteriormente, sino que al momento de la Evaluación principalmente lo que se observa son los que se denominan síntomas negativos.
Estos en general dan cuenta de una disminución o pérdida de las funciones normales siendo sumamente restrictivos de estas ya que alteran la capacidad de funcionar en la vida diaria de los pacientes. Pueden mencionarse principalmente:
§ Embotamiento afectivo: no reacción ante estímulos emocionales, aislamiento emocional, social, aplanamiento de los afectos.
§ Pobreza del habla.
§ Abulia o apatía: falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una actividad.
§ Anhedonia: incapacidad para disfrutar de los placeres.
El curso de la enfermedad se caracteriza por fases de agudización y fases de remisión de los síntomas, aunque algunos enfermos presentan un curso estable. A medida que pasa el tiempo, los síntomas negativos se acentúan más, mientras que los positivos van remitiendo.


El protocolo que acompañamos corresponde a un paciente de 37 años con un diagnostico de esquizofrenia residual, hacia dos años que no tenía una descompensación, no obstante en su producción pueden observarse un estilo de dibujo con signos gráficos asociados a estructuras psicóticas. A lo largo de su vida había tenido 3 crisis o brotes uno en la adolescencia alrededor de los 16 años, otro a los 27 y el último hacia dos años.
Como observaciones destacadas en el dibujo pueden mencionarse:
1- Cuerpo desnudo, costillas marcadas, genitales y transparencia en ellos.
2- Alteración en la forma de los brazos, piernas, manos.
3. Dedos de pie bizarros.
4- Intención fallida de movimiento (la pierna derecha, el pie en punta como para avanzar.
5 -Línea de suelo larga pero figura en parte suspendida, no toca el suelo
6- Expresión autística, en este caso los ojos con dirección superior derecha (mirando hacia arriba).

viernes, 21 de febrero de 2025

Grafología: Las necesidades afectivas, su equilibrio y los espacios entre las letras

 Dentro de las necesidades primarias, las necesidades afectivas y su satisfacción ocupan un lugar significativo en el sentimiento de bienestar en las personas.

Considerarlas primarias implica que su función y su existencia son tan importantes como otras necesidades vitales como la alimentación, el aire que respiramos... Podríamos decir que la nutrición afectiva es tan importante como la nutrición alimenticia.
Estas necesidades y la intensidad con las que se requieren, son amplias y complejas, ya que si bien son necesidades compartidas por todos los seres humanos, cada uno en función de su historia vincular, personal, su estructura de personalidad y por supuesto psicopatológica de estar presente, las vivirá y las requerirá de diferente manera. En las Neurosis las demandas afectivas suelen ser muy intensas sobre todo en las neurosis histéricas, en cambio en estructuras psicopáticas el afecto se utiliza como medio de manipulación afectiva del otro y en la Psicosis el afecto se desconoce, metafóricamente es como si las necesidades afectivas se inhibieran y no buscaran satisfacción por estar negadas y extraviadas en el mundo interno del sujeto. En las depresiones el afecto positivo y esperanzado en relación a otro se experimenta como imposible, se suplanta por sentimientos de abandono, de perdida, de soledad en donde la persona en los cuadros más graves no cree encontrar en su entorno la satisfacción a sus necesidades afectivas.
Desde una mirada psicoanalítica la relación comida-afecto se pone en evidencia en las temáticas subyacentes a los tratornos alimentarios (anorexia- bulimia).
En los trastornos coronarios las emociones y los afectos en las llamadas personalidades tipo A cobran una gran envergadura.
Por supuesto en cada trastorno y en cada modalidad de vivir y necesitar de los afectos del entorno se ponen en juego distintos componentes relacionados con estas necesidades. Así entre las necesidades afectivas más destacadas tenemos por ejemplo la de sentirse querido, aceptado, respetado, comprendido, escuchado, reconocido, mirado, tocado por el otro y por otro lado la forma de vivir esos afectos podrá ser con mayor o menor dependencia o independencia afectiva vincular.
Pasando ahora a la mirada grafológica es decir considerando cuales de los numerosos signos grafológicos que se analizan en una escritura, nos remiten a pensar en qué medida, con que intensidad y de que forma la persona experimenta y se maneja en sus vínculos afectivo-emocionales con los demás, tenemos principalmente dos: la evaluación de los espacios entre letras y la valoración de los espacios entre palabras.
De estos dos tipos los espacios entre letras nos da cuenta específicamente de las necesidades afectivas que la persona necesita en sus relaciones íntimas, a la vez del grado de dependencia – autonomía con la que se maneja en estas, así como su capacidad de discriminación vincular.
En cambio los espacios entre palabras entre otras cosas dan cuenta de la modalidad vincular entre el sujeto y su ambiente cotidiano no intimo y el ajuste interpersonal.
En este material reflexionaremos particularmente en los espacios entre letras, es decir que valoraremos en la escritura que analizamos:
· Intensidad de la presencia y contacto con el otro en su vida intima
· El manejo, y expectativas afectivas en relaciona este
· El grado de dependencia autonomía.
· y el grado de discriminación, indiscriminación vincular
Por supuesto nunca se interpreta un signo aislado sino que además del valor fijo específico de ese signo, en este caso espacios entre letras le sumamos su lectura en relación al contexto grafico que lo rodea, al menos cuando se trata de un tema puntual como el que estamos desarrollando, en sus aspectos más destacados.
Comencemos.
Básicamente lo esperable es que entre letra y letra exista una moderada luz (espacio). Ahora bien técnicamente para determinar cuál es el espacio normal entre letra y letra debemos considerar el 70% aproximadamente de lo que mide en ancho una letra “a” u “o” del escritor.


De esta forma podremos valorar si el espacio entre letra y letra en cada palabra que conforma la muestra básica de análisis de la escritura, es normal, espaciado, apretado (espacio presente pero muy insuficiente), luego ver si se presentan alteraciones o síntomas gráficos particulares como espacios adosados que se caracterizan porque las letras se pegan y apoyan una con otras perdiendo su enlace natural o bien incluso se presentan superposiciones que es cuando una letra invade a la otra.
Psicológicamente el espacio apretado (insuficiente) entre letra y letra da cuenta de que a la persona le cuesta exteriorizar adecuada y espontáneamente lo que siente. Puede asociarse a estados de angustia y falta de comodidad en las relaciones intimas. Si el espacio es normal da cuenta de que están en alguna medida funcionando adecuadamente los mecanismos de discriminación y cierta autonomía o al menos vinculación afectiva con más autocontrol del propio sentir y de las expectativas respecto al otro intimo. Si el espacio entre letras es muy exagerado implica una dificultad para conectarse emocionalmente, y a la vez tendencia al aislamiento.
Cuando los espacios son adosados o inexistentes por decirlo de otra forma como en el caso de muchas palabras que presenta el texto que acompañamos para ilustrar en forma práctica este tema podemos observar la presencia en general de espacios insuficientes y muchos adosados y con superposiciones sutiles, es decir el trazo final de una letra choca y atraviesa aunque sea un milímetro la letra siguiente. Estos adosados que señalamos con flechitas y una curva (tipo diptongo) dan cuenta de los numerosas veces en que se presentan.
Psicológicamente dan cuenta de que la persona tiene fuertes necesidades afectivas que tiende a establecer vínculos de mucho apego y dependencia en sus relaciones intimas. La superposición o invasión entre letras y sus partes dan cuenta de tendencias muy invasivas y demandantes del otro.
Paradójicamente este comportamiento se da en la intimidad porque en la vida social o ante posibles relaciones nuevas, la persona se muestra distante y desconfiada experimentado dificultades de integración social significativas (margen derecho muy amplio y letra con tendencia hacia la izquierda aunque irregular en la dirección.
El tamaño grande, la redondez excesiva, la falta de mayúsculas sobre la base de una escritura en imprenta redonda da cuenta de algunos déficit en el sentimiento autoestimativo en la capacidad de afirmarse en su propio deseo hay aun una importante inmadurez emocional y un apego a lo vivido, a la infancia (margen izquierdo ausente, pese a que siempre se solicita la firma al final del texto, en este texto la persona omitió firmar. Esto en otras palabras implica justamente las dificultades para identificarse con lo que se es, la evasión respecto a los verdaderos sentimientos. Es por ello que probablemente esa dependencia hacia el otro íntimo sea una forma de buscar seguridad y reaseguro.
El escrito corresponde a la letra de una adolescente de 19 años. Por lo cual estas dificultades, la construcción del propio proyecto de vida, la autonomía y una mayor individualidad serían uno de los trabajos psíquicos a consolidar como camino a una mayor madurez y realización personal. Aunque lo expuesto da cuenta de un estado actual sintomático a nivel emocional e interpersonal, sin embargo podemos decir que esta temática a nivel evolutivo esta dentro de las dificultades y como expresamos trabajo psíquico propios de la adolescencia.