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viernes, 27 de junio de 2025

De la neurosis de angustia al ataque de pánico... ¿Cómo ocurrió?

La definición de la neurosis de angustia aparece en 1895 en Freud, cuando las aborda en "Las neuropsicosis de defensa". Notablemente, este cuadro es casi idéntico a lo que hoy se llama ataque de pánico, ¿Pero cómo se llegó a ese nombre?

La conceptualización del ataque de pánico ha evolucionado significativamente a lo largo de las distintas ediciones del DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), reflejando los cambios en la psiquiatría contemporánea y su relación con la psicología, la farmacología y los modelos médicos hegemónicos. A continuación te presento un recorrido histórico por su teorización en las distintas versiones del DSM:

En el DSM-I (1952) no aparece la categoría “ataque de pánico” como tal. Los síntomas que hoy asociaríamos con el ataque de pánico se encontraban en categorías generales como “reacciones de ansiedad” dentro de los trastornos neuróticos. Se entendía desde un enfoque más psicodinámico, con referencia a conflictos intrapsíquicos.

En la edición del DSM-II (1968) tampoco aparece explícitamente el “ataque de pánico”. Se conservan las categorías de neurosis de ansiedad, donde se describen síntomas como palpitaciones, disnea, mareos, etc., aunque sin constituir una entidad clínica independiente. Predomina todavía una mirada influenciada por la psiquiatría dinámica. 

Es recién en el DSM-III (1980) que aparece por primera vez el Trastorno de Pánico (Panic Disorder) como entidad diagnóstica separada de la neurosis de ansiedad. El ataque de pánico aquí se definió como un episodio súbito de miedo intenso acompañado de síntomas físicos y cognitivos (palpitaciones, sudoración, miedo a morir, etc.). En esta edición, se rompe con la tradición psicodinámica y se promueve una nosología más categorial y biologicista. Además, se diferencia por primera vez el trastorno de pánico del trastorno de ansiedad generalizada (TAG), antes englobados en la neurosis de ansiedad.

En la edición DSM-III-R (1987) se afinaron los criterios diagnósticos del Trastorno de Pánico, incluyendo una definición más clara del “ataque de pánico inesperado”. Se introdujo la noción de ataques de pánico con o sin agorafobia, destacando la relación entre ambos cuadros. Además, se acentuó la idea de que el ataque de pánico podía ser un evento “espontáneo”, lo cual tiene implicancias en la conceptualización médica-biológica del trastorno. 

Los DSM-IV (1994) y DSM-IV-TR (2000) formalizaron el concepto de “ataque de pánico” como un especificador que puede aparecer en diferentes trastornos, no sólo en el trastorno de pánico. de esta manera, podía haber ataque de pánico inesperado (sin desencadenante claro), situacionales ( ocurren frente a un estímulo específico), ó situacionalmente predispuestos (no siempre, pero más probables ante ciertos estímulos). En estas ediciones se mantuvo la estructura diagnóstica del trastorno de pánico con o sin agorafobia. Además, se vinculó el ataque de pánico con trastornos de ansiedad, fobias, y también con trastornos depresivos. 

La última edición, el DSM-5 (2013), se realizó un cambio significativo: el “ataque de pánico” ya no es un diagnóstico en sí, sino un especificador transversal que puede aplicarse a cualquier diagnóstico (por ejemplo: trastorno depresivo mayor con ataques de pánico). Por otra parte, se ceró una categoría separada: Trastorno de Pánico, diferenciada de la Agorafobia, que ya no se diagnostica sólo en comorbilidad. Y en contraste con su versión anterior, se eliminaron los subtipos de ataque de pánico (inesperado, situacional, etc.), pero se mantuvo su descripción clínica.

Actualmente, siguiendo la línea del DSM III, el enfoque sigue siendo cognitivo-conductual y biomédico, aunque se da cierto espacio al malestar subjetivo en distintos contextos culturales.

lunes, 16 de octubre de 2023

Intervenciones Clínicas frente al Ataque de Pánico ¿Qué hacer y qué no hacer?

El terror en el Ataque de Pánico
El Ataque de Pánico se manifiesta en un sujeto como un episodio agudo (que dura entre 15 y 30 minutos) y que no se halla desencadenado por ningún hecho externo. Genera terror, en tanto la vivencia está protagonizada por un cuerpo sin control.

Irrumpen de repente: palpitaciones, falta de aire, opresión en el pecho, sudoración. Junto a un vivenciar psíquico del orden de lo que S. Freud denominara: “lo siniestro”. Nos referimos, con ello, al sentimiento de despersonalización (sentir la impresión de no ser uno mismo) y a la desrealización del mundo exterior (tener la vivencia de que la realidad se evapora).

Cuando el sujeto se desarma

El Ataque de Pánico deja al sujeto desvalido, desamparado y agotado. No dispone del conjunto de sus recursos psíquicos -durante ese breve lapso, que se vivencia como una eternidad-.

Frente a la imposibilidad de darse una explicación de lo que sucede, el sujeto construye una modalidad de lectura a partir de la poca letra de la que dispone, que es la que le ofrece su propio cuerpo. Escuchamos, así, afirmaciones (a modo de certeza subjetiva) tales como: “me estoy muriendo de un ataque cardíaco”, “me estoy volviendo loco”, “mi cuerpo va a explotar”.

El Ataque de Pánico: una acción violenta contra el aparato psíquico

Si nos atenemos estrictamente a la caracterización clínica, nos daremos cuenta que el Ataque de Pánico es el nombre que da la época actual a lo que S. Freud denominara: “Ataque de Angustia”. El Ataque de Pánico podría considerarse un equivalente del desarrollo de una “angustia masiva”, traumática, que implica un exceso pulsional que la psiquis no es capaz de procesar. Razón por la cual, el sujeto no puede asignarle una significación a aquello que le ocurre, menos que menos, traducirla en palabras (presencia pura del cuerpo).

El Ataque de pánico, como experiencia, le hace retomar nuevamente al sujeto el estado de indefensión y desamparo absoluto con el que se nace, a causa de la dependencia radical del Otro de los primeros cuidados.

El Ataque de Pánico: una parálisis de la angustia señal

La angustia señal, propia de cualquier formación del inconsciente (síntomas, sueños, lapsus) se paraliza en el Ataque de Pánico.

La angustia señal tiene una función protectora del psiquismo, como es poner en marcha las defensas -por ejemplo: la represión-, frente al empuje sin freno de las pulsiones del Ello, que desconocen la castración.

El Ataque de Pánico: una suspensión de la Función Paterna

Es la eficacia de la Función Paterna (Nombre del Padre) quien pone limite a las pulsiones del Ello, que tienden a invadir sin freno al aparato psíquico, porque desconocen la castración. La comprobación en acto de que opera con eficacia el Nombre del Padre es la presencia de la angustia señal (angustia no invasiva).

En el Ataque de Pánico queda suspendido el accionar de la Función Paterna -en el tiempo en que transcurre el episodio de pánico, que al sujeto le parece eterno-. Queda anulada, en consecuencia, la angustia señal y, a cambio, sobreviene la angustia masiva.

Las pulsiones del Ello terminan por invadir y desmoronar al aparato psíquico del sujeto.

El peligro de no consultar a tiempo

De no realizar una consulta temprana con un psicoterapeuta*, lo que ocurre -así la clínica nos lo demuestra- es que el sujeto intenta impedir (muchas veces con automedicación ansiolítica) que vuelva a ocurrir el Ataque de Pánico.

Utiliza además todo tipo de conductas evitativas que, en ocasiones, provocan un retraimiento libidinal y un aislamiento severo.

El intento recurrente de evitar un nuevo Ataque de Pánico, sin hallar la causa psíquica que lo desencadenó y la posterior elaboración subjetiva, lleva en la mayoría de los casos -de manera inexorable- a autoengendrar otros Ataques de Pánico, creándose así un círculo infernal de padecimiento subjetivo.

*En muchas oportunidades, tenemos que descartar sintomatología orgánica a través de una interconsulta médica.

Intervenciones Clínicas frente al Ataque de Pánico ¿Qué hacer y qué no hacer?

El Ataque de Pánico es un desafío para la técnica clásica del psicoanálisis. ¿Por qué?

Cuando el sujeto atraviesa un Ataque de Pánico no resulta clínicamente eficaz, menos que menos pertinente, el pedido de asociación libre ni el uso de la interpretación clásica. ¿Por qué motivo?:

Porque el Ataque de Pánico surge en el sujeto como producto de un puro estallido pulsional. La angustia se desata de manera masiva y no encuentra vías hacia la ligazón psíquica. Impacta directamente en el cuerpo.

No tenemos ningún texto cifrado para interpretar, como ocurre -por ejemplo- con los síntomas y/o las fantasías.

Clave Clínica (1) ¿Cuáles son las intervenciones que NO podremos hacer con un sujeto atravesado por un Ataque de Pánico?

No tenemos que:

· Actuar bajo la ilusión de que, en el momento del Ataque de Pánico, el paciente nos atribuye algún saber.

· Pedirle al paciente que asocie libremente y/o realizar algún tipo de interpretación.

· Tratar que el paciente construya una temporalidad (ejemplo: un pasado).

· Intentar que el paciente hable de otro tema que no sea su sensación certera de que se va a morir.


Clave Clínica (2) ¿Cuáles son las intervenciones que SI podremos hacer con un sujeto atravesado por un Ataque de Pánico?

tenemos que:

· Estar-ahí con el paciente, otorgándole nuestra presencia, firme y consistente.

· Permanecer junto al sujeto durante la escena de “terror” que inundó, de manera súbita, su experiencia.

· Transmitirle con convicción que “no se va a morir”, porque lo que está atravesando es un “Ataque de Pánico”.

· Comunicar al paciente que tomamos en cuenta todos sus síntomas somáticos, y que por este motivo, si es necesario, haremos una interconsulta con un médico clínico.

· Explicar al sujeto el motivo por el cual puede calmarse: “el Ataque de Pánico le ocurre a muchas personas y sabemos por nuestra experiencia que todas ellas sienten los mismos síntomas”. Se los describiremos con nuestras palabras: palpitaciones, ahogo, sensaciones raras en el cuerpo, la convicción de la muerte como hecho presente.

· Expresar al paciente que -aunque en este momento él no lo sienta así-, tiene una historia que no se reduce a este “puro presente”.

· Comunicar al sujeto que, si su angustia resultara tan invasiva para impedirle hablar, interconsultaremos con un psiquiatra que le pueda ofrecer una medicación transitoria, como soporte para aliviar sus síntomas somáticos. Hecho que, además, aunque no lo pueda dimensionar ahora, le permitirá hablar.

“Otro tiempo”

Cuando nuestra presencia firme y consistente, junto a nuestras explicaciones, vayan calmando al paciente -esto es lo que generalmente ocurre-, avanzaremos lentamente hacia otras explicaciones más generales, tales como: “Los Ataques de Pánico tienen un origen psicológico, porque la psiquis acumuló una enorme cantidad de tensión, a consecuencia de la cual produjo un gran estallido que impactó en el cuerpo”.

Un puerto de arribo: “Del cuerpo a la palabra”

Sólo si llegamos a calmar al paciente que sufre un Ataque de Pánico, después de desarrollar con nuestra presencia, firmeza y comunicaciones esta tarea preliminar, podremos -junto con el paciente- cruzar el puente que va desde su cuerpo hasta sus palabras.

Serán los decires -hasta aquí paralizados por la experiencia del Ataque de Pánico- los que le permitirán: empezar a ligar cargas que se manifestaron de manera traumática, reordenarse nuevamente en tiempo y espacio, y comenzar -poco a poco- el armado de su fantasma. En el Ataque de Pánico el fantasma -literalmente- se desarma y desaparece.

Sólo cuando el paciente reconstruya su fantasma (su realidad psíquica) tendremos la oportunidad de invitarlo a encontrar juntos la causalidad y el sentido psíquico del estallido pulsional que provocó el Ataque de Pánico.

lunes, 17 de abril de 2023

Los síntomas de la angustia ¿Cómo abordarlos?

Notas de la conferencia Los síntomas de la angustia ¿Cómo abordarlos? - Carlos Eduardo Tkach el 24 de mayo de 2021

Por un lado, la angustia es un afecto. Los síntomas de la angustia, por otro lado, refiere a ciertos estados que tienen una permanencia y fijeza en la vida psíquica y que implica padecimiento.

Cuando Freud describió a las neurosis de angustia en 1895, lo separó de la neurastenia y le dio su especifidad, ubicándola como neurosis actual. Freud nunca se desdijo de esta clasificación. Freud define a la neurosis de angustia como un conjunto de síntomas que presenta una variedad de síntomas, pero en donde el síntoma central es la expectativa angustiada. En las neurosis de angustia, la angustia se encuentra en la superficie de diversos modos.

Por otro lado, los síntomas psiconeuróticos son una forma de arreglárselas con la angustia para cancelarla. En las psiconeurosis, los síntomas no forman parte de la angustia, sino que acompañan a los síntomas, excepto en la fobia, donde la angustia se liga a un objeto, generando miedo.

Ninguna psiconeurosis es pura y siempre está combinada con una neurosis actual.

La expectativa angustiada, que es uno de los síntomas que aparece como forma de la angustia, puede aparecer también en cualquier psiconeurosis.  La expectativa angustiada es un estado de angustia flotante y latente, que tiene la particularidad de estar propensa a cualquier situación actual de la vida y a desencadenar un estado de desesperación. En las neurosis de angustia, estos estados no tienen un contenido representacional específico. También es un estado de angustia que se toma de cualquier representación psíquica o de la realidad para desencadenar un estado de angustia. 

La angustia flotante, que se parece a la expectativa angustiada, es un estado de inquietud general, displacentero, que genera molestia y que a veces puede no tener representación.

Otro aspecto de los síntomas de angustia es el ataque de angustia, que Freud ya lo precisa en 1895, donde la excitación se incrementa; el sujeto ya no tiene dominio de sí porque está embargado por la invasión del sentimiento de quedar desbordado y caer en la locura o la muerte.

En Análisis terminable e interminable, Freud hace un comentario interesante de que en los estados de crisis aguda, el psicoanálisis es poco menos que impracticable porque el yo está tomado e invadido por el estado agudo y no puede poner distancia con el estado en el que está para analizarlo. Para hacer análisis, el yo debe estar a distancia de los síntomas que lo aquejan. En el estado de crisis, hay un estado de fractura del yo, de descompensación global y el análisis es impracticable.

Otra forma de la angustia es la angustia señal. Se trata de la angustia que aparece como anticipación a un peligro que va a acontecer. En este caso la angustia tiene una representación, que es la del peligro que puede ocurrir. En la psiconeurosis, el peligro va a ser el de la castración, que va a organizar los estados de angustia. No es el único peligro del que se trata.

Otra forma de la angustia que aparece como síntoma de la angustia son los equivalentes del ataque de angustia. Allí hay un desplazamiento de la angustia hacia lo somático. Pueden ser las disneas, los síntomas digestivos, cutáneos o actuaciones. Incluso ataques de bulimia, según Freud. Se trata de equivalentes de la angustia, donde el paciente queda alienado del ataque de angustia y justamente sirve para que el sujeto desconozca el estado de angustia, al desconocerla al haberla descargado somáticamente. El paciente acá no vive el estado de angustia. Toda la psicosomática francesa de los últimos 30 años buscan en esta modalidad de fijar la angustia.

La angustia realista es ante un peligro real que va a aparecer y genera una reacción preparatoria. Un estado de alerta que implica cambios somáticos.

La angustia, en la teoría de Inhibición, síntoma y angustia, es una vivencia de peligro que sacude al yo y su existencia, cosa que fue materia de estudio de la filosofía y también de Lacan. En Freud no se trata de la angustia existencial a la que se dedicó la filosofía, como dice Élizabeth Roudinesco. La angustia en Freud es un peligro ante algo que va a venir, una alerta, una preparación para el peligro parecida a la angustia realista, pero en este caso lo que va a advenir es la situación traumática endógena. La situación traumática en Freud es caer en un estado de indefensión, desamparo, desvalimiento o impotencia. La angustia prepara para caer en esto, que es lo peor. Si la angustia se liga puede transformarse en miedo (fobia) y si aumenta puede desbordarse en el espanto o el horror. Subjetivamente, es lo más hondo que se puede caer.

Los peligros que Freud menciona son varios: peligro a perder una parte de sí, en el caso de la castración, perder el amor del objeto y caer en el desamparo o peligro de aniquilamiento, que la estudia Melanie Klein como una de las angustias tempranas. Winnicott estudia las vivencias de derrumbe, el terror sin nombre que toma de Bion, la vivencia de desintegración, la de caer profundamente y no tener sostén... Todas angustias tempranas que tienen que ver con el lazo con la madre. Todas estas formas de angustia pueden ser síntomas de angustia.

La angustia no está en la superficie, sino los síntomas fóbicos, obsesivos, histéricos. Lo que nos importa en este caso son los síntomas donde el paciente está invadido por la angustia. En los cuadros limítrofes hay estados de angustia, pero aparecen actings, pasajes al acto, inhibiciones importantes del yo. 

En un proceso analítico, uno se va a ir topando con ciertos montos de angustia al tramitar aquello que la cancela. Esperamos que en el proceso analítico aparezcan picos de angustia como consecuencia del mismo, al aparecer el develamiento de los sentidos inconscientes. También puede aparecer al comienzo del análisis, donde la angustia está en primer plano.

Abordar a los síntomas de angustia vía la asociación libre es poco menos que un mal camino. Si bien la asociación libre descompone lo que se sintetiza en los síntomas (mediante condensación y desplazamiento), en los estados de angustia el paciente está en una asociación dispersa, porque la angustia lo invade y no le permite tener un dominio de sí. Frente a un estado de angustia (expectativa angustiada, de angustia traumática o de ataques de angustia) poner a un paciente a asociar libremente es ponerlo a expensas de su desbordamiento. La angustia es una amenaza de desligazón psíquica y efectivamente un desbordamiento.

Frente a la angustia, el trabajo del analista debe ser activo, en el sentido de ayudarlo a construir la significación de su estado de angustia de aquellos aspectos que no registra. Junto al analista, el paciente debe construir la significación del estado que está atravesando. Incluso, si es pertinente, ayudarlo a construir cuándo se desencadenó el proceso de angustia mediante la historización. La idea es darle recursos al paciente para que tenga pistas, por donde debe conducirse psíquicamente hacia entender qué es este estado de sufrimiento que está padeciendo. Es un trabajo más constructivo que analítico o de descomposición.

En el estado de crisis hay un trabajo para hacer, pero no es analítico en el estilo estándar de descomponer elementos. El paciente necesita palabras, construcciones y elementos que le permitan comprender su padecimiento.

Winnicott estudió el miedo al derrumbe. El miedo al derrumbe es un concepto introducido por el psicoanalista británico Donald Winnicott en su obra "El temor al derrumbe" (Fear of Breakdown), que se refiere a una ansiedad profunda y primordial experimentada por los seres humanos en relación con la pérdida de la integridad y el colapso del sentido de uno mismo.

Según Winnicott, el miedo al derrumbe se origina en la infancia temprana, durante el proceso de desarrollo del self (el yo) del bebé. Durante los primeros años de vida, el bebé depende por completo del cuidado y la protección de su cuidador primario, generalmente la madre. El bebé internaliza la presencia del cuidador y su capacidad para proporcionar una sensación de seguridad y continuidad en el mundo. Sin embargo, si esta conexión se ve interrumpida o amenazada, el bebé puede experimentar un profundo temor al derrumbe de su sentido de sí mismo y del mundo que lo rodea.

El miedo al derrumbe puede manifestarse en la vida adulta como ansiedad, angustia, sensación de inseguridad, dificultades para establecer relaciones significativas, baja autoestima y otros problemas psicológicos. Winnicott sugiere que el miedo al derrumbe es una experiencia universal y que todos los seres humanos lo experimentan en mayor o menor medida a lo largo de sus vidas.

Winnicott también sostiene que la capacidad de hacer frente al miedo al derrumbe depende de la calidad de la relación temprana entre el bebé y su cuidador primario. Si el cuidador es capaz de proporcionar una atención suficientemente buena y una sensación de continuidad y seguridad al bebé, este desarrollará una base sólida para enfrentar los desafíos emocionales de la vida adulta. Sin embargo, si la relación con el cuidador primario es deficiente, el miedo al derrumbe puede persistir y tener un impacto duradero en la vida del individuo.

El miedo al derrumbe es más profundo que la vivencia de soledad o desamparo de Freud, implica la destrucción del yo, de sí mismo. Winnicott construyó este concepto al proponerlo como una vivencia que el niño ya experimentó antes de la constitución de un self que lo pudiera vivir.

La vivencia de la angustia es actual, presente. Una vivencia de lo real psíquico que invade al paciente y hay que trabajarlo dándole significaciones e ir construyendo con él. No es sufrimiento de otra escena ni retorno de lo reprimido. Si bien estos estados tienen que ver con la historia del paciente, como vivencia es actual y hay que estar a la altura clínica para poder contener al paciente, sostenerlo y ayudarlo a entender la vivencia.

Las neurosis traumáticas (TEPT) se trata de un paciente que ya atravesó el espanto, el horror, el susto. Las imágenes se le reaparecen, pero ya no es un estado de angustia, sino un cuadro neurótico en sí mismo que puede padecerlo cualquiera. Ahí el analista ayuda a ligar y a simbolizar. 

Para Freud, el yo es el que vive el estado de angustia, de manera que en estos casos hay que trabajar con el yo, con todas las críticas que esto tuvo. En este caso la atención del analista no es flotante, sino focalizada.

Cuando se comienzan a deshacer los síntomas por la asociación libre, producto de esa descomposición, puede aparecer la angustia y como clínicos hay que estar a la altura de las angustias que se han despertado. Ahí el analista tiene más elementos para hacer frente, porque ya tiene toda la historia del paciente. Todo ese material trabajado puede utilizarse para sintetizar el sufrimiento que está aconteciendo. Esta es la diferencia con quien consulta por un síntoma de angustia: no se tiene información de la historia del paciente. Por eso el analista, en este último caso, debe construir la significación que la angustia tiene y ayudarlo a encontrar pistas para entender el origen de este estado. 

domingo, 6 de noviembre de 2022

¿Por qué Freud pasa de la primera tópica a la segunda?

Entrada anterior: La pulsión en Freud y Lacan

A partir de la teorización del narcisismo y sin duda poniendo el acento en la interrogación sobre dolor en el duelo y la melancolía, Freud produce un nuevo reordenamiento del campo de la praxis a través de la oposición neurosis de transferencia - neurosis narcisistas. la capacidad de transferencia se constituye en condición de posibilidad de la práctica analítica.

El amor de transferencia viene al lugar del síntoma como tal y transforma a la neurosis en neurosis de transferencia. Se trata de un nuevo problema en tanto el retorno de lo reprimido se juega ahora no solo en las formaciones del inconsciente, sino también en el escenario privilegiado que ofrece la transferencia.

Esto lo lleva más allá de la primera tópica. En función de esto, Freud pudo ordenar el campo clínico en términos de política del deseo, economía de goce y transferencia.

Las neurosis narcisistas se manifiestan como cuadros en los cuales no resulta posible la transferencia, por lo tanto el análisis. estas, sin embargo, no configuran verdaderamente una estructura clínica. 

Un año antes de la introducción del Más allá, Freud se estaba interrogando sobre nuevos fenómenos que excedían la primera tópica. En 1919 en la Introducción al Simposio sobre las neurosis de guerra se aboca a interrogar las neurosis traumáticas. En el contexto de la posguerra, éstas se presentan como un problema de sumo interés teórico, a la vez que problematizan los términos del conflicto psíquico definido, en la primera tópica, a partir del yo y la pulsión sexual.

Más allá del principio del placer constituye un punto de inflexión en el camino que conduce a las teoprizaciones correspondientes a las nuevas nociones metapsicológicas. La formulación de un más allá del principio del placer permite resignificar el valor de lo traumático en términos de irrupción pulsional sin ligadura. Se recorta entonces una dimensión psíquica heterogénea a la lógica que comanda el retorno de lo reprimido. 

El referente para pensar los fenómenos que remiten al Más allá deja de ser la energía libremente móvil, la oposición será enunciada ahora en términos de ligada o no ligada. Lo no ligado es testimonio del encuentro con lo traumático, es decir con aquello que escapa a las redes del principio del placer y por ende a la posibilidad del cifrado inconsciente. 

El problema económico del masoquismo. La conceptualización del superyó adquiere una nueva consistencia a partir de El problema económico del masoquismo. Luego de recortar el masoquismo del yo, cobra cabal alcance la hipótesis anticipada por Freud en 1923 relativa a la relación entre sadismo, el superyó y la pulsión de muerte.

Desde esta perspectiva, Freud puede abordar la problemática relativa al suicidio y formular los fundamentos de la reacción terapéutica negativa y la melancolía. Se trata de diferentes configuraciones que atentan contra las coordenadas de la escena analítica y dan cuenta del núcleo central del más allá del principio de placer.

La formulación del superyó permite recuperar fenómenos que anteriormente no podían ser explicados con la lógica de la primera tópica: la autocrítica, la culpa, la compulsión del síntoma (1896); los diques pulsionales de la vergüenza y la hipermoral (1905); la melancolía y los duelos patológicos (1917). 

Si hay una referencia a la tristeza en Freud, es bajo la interrogación acerca de la economía del dolor y posiblemente el ensayo "Duelo y melancolía" sea el texto articulador de esta cuestión. Duelo y melancolía es un ensayo que está integrado en una serie de trabajos llamados comúnmente metapsicológicos.

En "Duelo y melancolía" se pone en evidencia una modalidad particular en lo que se refiere a esta última cuestión; tanto es así que Freud propone llamar a la melancolía: neurosis narcisistas. El inconveniente que se pone en relieve en dicho tipo de neurosis es que ofrece un particular problema en los tratamientos analíticos dada por la dificultad en el establecimiento de la transferencia. Por eso, se puede interpretar que el interés de Freud es, también, práctico y por lo tanto ético, en un doble sentido: por un lado, incumbe a la ética de la praxis analítica y por  otro lado, concurre a reformular un interrogante sobre el carácter inquietante en que la instancia moral, que en la melancolía se evidencia en una forma desmesurada y que se presenta correlativa a la expresión de un dolor sin límite que lleva muchas veces a la aniquilación del sujeto.

La pregunta es por qué hay síntomas que pese a ser muy bien analizados no terminan de desaparecer. En Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica, Freud empieza a pensar en la RTN, la pulsión de muerte, en el beneficio primario del síntoma, inquietud que empieza con Duelo y melancolía.

El dolor psíquico surge una y otra vez como problema y la importancia económica del mismo es puesta en evidencia desde los primeros escritos en donde la inquietud se centra sobre sobre le melancolía; esta es promovida como reacción a una pérdida de libido en "la vida pulsional". La comparación con el duelo es inevitable: el "afecto que corresponde a la melancolía" resulta familiar al "duelo" o a la "aflicción".

Desde el punto de vista económico se encuentra la primera operación en la comparación entre melancolía y neurosis de angustia: "La acumulación de tensión sexual física será a las neurosis de angustia como la acumulación de tensión sexual psíquica será a la melancolía". La acumulación de tensión sexual suministra una base primera para pensar en una connotación económica compleja.

Por otro lado, antes de duelo y melancolía hay un texto "Adición metapsicológica a la teoría de los sueños", en donde aborda el tema de la psicosis alucinatoria de deseo, la amencia de Meynert. Incluso en los duelos normales, alguien puede sufrir alucinaciones del ser querido que le habla. Aunque la amencia de Meynert es un cuadro extremo, a Freud le permite situar que la alucinación se debe a que el deseo se realiza y esto aparece en forma alucinatoria. El objeto, que debería estar perdido, se presentifica. Eso permite leer Duelo y melancolía desde otro ángulo.

El duelo, la melancolía y, por otra parte, la psicosis alucinatoria comportan tres modalidades de tratamiento de un mismo problema: la pérdida de ese objeto en su carácter económico; cuestión que es correlativa al concepto de trabajo de duelo (Trauerarbeit), y por lo tanto definido en relación al mismo. Esta dimensión de trabajo es considerada en dos tiempos: el primero, de desprendimiento y el segundo, de renuncia frente a la prueba que la realidad aporta. El objeto no existe más y exige retirar la libido de sus conexiones con el mismo. Por ese motivo se pone de relevancia un intento de confrontar, por un lado, la constatación de la pérdida del objeto, y por otro lado, la tendencia a la conservación del mismo.

El duelo es el intento por mantener durante un tiempo más ese objeto que se ha perdido. Eso es lo que lleva al dolor: es desasimiento de las investiduras y la reinvestidura es el juego del trabajo de duelo. Por otro lado, está todo el trabajo simbólico que intenta recubrir eso que ya no está, de ahí los ritos.

El trabajo de análisis, para lacan, está homologado al trabajo de duelo, porque el objeto ya está perdido y el duelo hace emergerlo. El trabajo es inconsciente y tiene que ver con la economía política. Ganancia, pérdida, ahorro, beneficio... Todo eso es el trabajo, es interesante leer duelo y melancolía en función de eso. 



Esa dimensión aparece en relación al sentimiento de culpa.

¿Pero de qué se trata esa culpa? hay una culpa de lo social, imaginaria. la culpa que uno siente cuando le piden algo y no puede responder. Pero hay otra cosa que es el sentimiento inconsciente de culpa, que junto con la angustia, son los únicos dos sentimientos que Freud ubica en el inconsciente. La culpa inconsciente, ya tiene que ver con un orden simbólico. 

Lacan dice que el único reconocimiento de la culpa tiene que ver con haber cedido frente al deseo, cuando uno no fue consecuente con su deseo. El ejemplo que da Lacan en La Ética es Antígona, que lleva a cabo su deseo más allá de los honores, de las disposiciones familiares, los bienes, de su patria, su dignidad y su propia muerte... Va adelante en función de su deseo; de no haberlo hecho, dice Lacan, sería un ser melancólico. Pero hay otra dimensión de la culpa, que es la que menciona Freud en Tótem y tabú: la culpa de sangre o trágica, esa culpa que tiene el héroe que mata al proto-padre de la horda primitiva. se trata de una culpa muda, que tiene que ver con ese acto primordial.

lunes, 26 de septiembre de 2022

La encrucijada de la neurosis de angustia

Este trabajo tiene por objetivo cernir el concepto Neurosis de Angustia, y trabajar sus problemas clínicos y psicopatológicos.

Quisiera aclarar que cuando digo concepto me refiero a que este término expresa en sí mismo una serie de problemas en la nosografía psicopatológica , es a su vez una encrucijada de problemas teóricos.

Creo poder afirmar que desde el psicoanálisis tiene la Neurosis de Angustia un lugar marginal dentro de la actualidad de las discusiones clínicas y teóricas.

Sin embargo ha retornado precisamente este tipo de Neurosis en el discurso psiquiátrico actual, en su expresión más acabada en un libro de uso corriente en la práctica clínica de los psiquiatras, me refiero al DSM IV.

Allí figura dentro de los cuadros o trastornos de ansiedad, este manual lo denomina CRISIS DE ANGUSTIA (PANIC ATTACK). Las características diagnósticas de esta crisis es de aparición aislada, lo que los autores llaman crisis de angustia inesperada (no relacionada con estímulos ambientales).

"La característica principal de una crisis de angustia es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso" Este cuadro es acompañado por una serie de síntomas somáticos o cognoscitivos "palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo, opresión o malestar torácicos, náuseas, inestabilidad o mareo Aturdimiento), desrealización o despersonalización, miedo a. perder el control o volverse loco, miedo a morir, parestesias y escalofríos o sofocaciones. (1)

La presencia de crisis de angustia inesperada puede aparecer con síntomas agorafóbicos, que los autores suelen diferenciar de las crisis de angustia situacionales, caracterizadas por fobias sociales y específicas.

Esta breve síntesis de la descripción de este manual de psiquiatría tiene por objetivo cernir tres problemas: El primero es la aparición del cuerpo, y entonces podremos interrogarnos de que cuerpo se trata en la Neurosis de Angustia, segundo alguna consideración acerca de la angustia, y tercero, alguna puntuación acerca de la agorafobia.

Estos tres puntos retornaran a medida que avance el desarrollo del trabajo, a fin de interrogar lo que la psiquiatría describe como apropiándose de una saber que ya estaba presente en Freud, y que en estos textos no está reconocido como tal. Ni siquiera como antecedente teórico se lo menciona, como si esta neurosis no tuviera otra actualidad que los tiempos que corren. De hecho la psiquiatría actual esta muy lejos de ordenarse teórica y clínicamente como lo hacía la Psiquiatría Clásica, ya que en esta psiquiatría habla interlocutores y podía historizarse el conocimiento.

CON FREUD

En principio uno encuentra a lo largo de la obra de Freud puntualizaciones acerca de la Neurosis de Angustia.

Tempranamente Freud tropieza con la Neurosis de Angustia, ya que en el año 1894 escribe un artículo llamado "Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de neurosis de angustia".

Entre el año 1894-1896 se establece una nosología, en la cual Freud se encuentra empeñado en separar por un lado la neurosis de angustia de la neurastenia, y a la vez separarla de la histeria.

Es allí que realiza dos grandes cuadros dentro de las neurosis actuales: neurosis de angustia y neurastenia.

Volveré sobre el término que Freud utiliza, Actual, porque nos puede dar una pista acerca de la temporalidad.

En esta nosología que inaugura Freud las neurosis actuales se distinguen muy claramente del campo de las psiconeurosis.

Es en las psiconeurosis donde aparecerá la histeria, las obsesiones, las fobias la psicosis alucinatoria y la paranoia.

Más tarde las tres grandes psiconeurosis, obsesiones , fobias e histeria quedarán del lado de lo que conocemos marcadamente como neurosis de transferencia.

Y aquí ya tenemos un problema, porque la neurosis de angustia en tanto neurosis actual no es suceptible de mecanismo psíquico, y esto precisamente tiene su importancia porque uno puede preguntarse como operar allí donde no hay mecanismo psíquico. Por otro lado uno podría preguntarse porque Freud incluye entonces esta neurosis, si justamente es el límite de lo interpretable con lo que uno podría toparse.

Cuando Freud hace una hipótesis etiopatológica, en el sentido psicopatológico supone la instauración de un mecanismo psíquico, un mecanismo de formación de síntoma.

El mecanismo de formación de síntoma para lo que Freud llama la psiconeurosis dentro de las neurosis de transferencia, es la represión, y es el modo que nosotros tenemos de leer el retorno de lo reprimido, porque hay represión y tenemos retorno, y leemos en el retorno, en el síntoma neurótico por excelencia, y podemos operar sobre él, por supuesto mediado por el campo de la transferencia, siendo un síntoma en transferencia.

El tema que me parece destacable es en todo caso la forma en que Freud aborda la neurosis de angustia como neurosis actual, es que la trata como una neurosis que se resiste a la transferencia, incluso tomando un término económico se resiste a la ligadura de carga, es lo que Freud llamará en otro momento libido no aplicada.

Primera cuestión a destacar, es que en este articulo del año 1894 Freud define lo que el llama neurosis de angustia, "La neurosis de angustia es un complejo de síntomas porque todos sus componentes se pueden agrupar en derredor del síntoma principal de la angustia", esto es importantísimo, porque parece que el síntoma principal de estas neurosis es la angustia, pero por otro lado uno podría objetar esto porque el síntoma no es la angustia, y en todo caso volveremos sobre esto porque en el caso de la fobia , Freud argumenta algo similar.

Freud en 1925 escribe Inhibición , síntoma y angustia, y se esfuerza por delimitar estos tres términos, sin embargo aquí lo que el llama en derredor del síndrome de la neurosis de angustia el síntoma principal es la angustia. Nuevamente uno podría decir con qué tropieza Freud, en ese sentido donde el síntoma principal es la angustia.

Después dice "lo que llamo neurosis de angustia se observa en plasmación más completa, más rudimentaria, en forma aislada", parece entonces que la neurosis de angustia puede estar según Freud, en forma aislada o en combinación con otras neurosis, porque la cita termina agregando "0 en combinación con otras neurosis".(2)

Siguiendo este párrafo también aparece esta cita para destacar: "La tarea consiste en espigar y separar, de un complejo de síntomas correspondientes a una neurosis mixta, aquellos que no pertenecen a la histeria, a la neurastenia, sino a la neurosis de angustia." Por un lado Freud habla de separar esta neurosis, y por otro lleva a pensar que las neurosis , lo son en tanto que neurosis mixtas.

He pensado que por un lado Freud está hablando de dos vertientes del síntoma, una parte del síntoma que es susceptible de interpretación, que en todo caso tiene que ver con un retorno de lo reprimido en lo simbólico, y por otro lado un núcleo real, inasimilable a lo simbólico, pero por otro lado uno tiene la sospecha de que la neurosis de angustia es la presentación de la angustia que hegemoniza el padecer del sujeto.

Ahora bien , relata en este artículo una cantidad de síntomas que se agrupan de la siguiente forma: Por un lado la IRRITABILIDAD GENERAL, una especie de hipersensibilidad a los ruidos, síntoma que Freud explica por el intimo vinculo congénito entre impresiones auditivas y el terror, incluso la Hiperestesia se encuentra como causa del insomnio EXPECTATIVA ANGUSTIADA , "abarcando todo cuanto de ordinario se designa como estado de angustia, por ejemplo una inclinación a una concepción pesimista de las cosas, y los pacientes lo disciernen como una suerte de compulsión."

Freud claramente dice que la expectativa angustiada es el síntoma nuclear de la neurosis. "Acaso pueda decirse que aquí está presente un quantum de angustia libremente flotante. "La idea de Freud, y esto después será retomado, es que este quantum, en términos económicos es la transformación de libido en angustia libremente flotante, esta es por supuesto una de las primeras concepciones de la angustia en Freud. Por otro lado destaca lo que él llama ATAQUE DE ANGUSTIA, " un ataque tal puede consistir en el sentimiento de angustia solo sin ninguna representación asociada, o bien mezclarse con la interpretación más espontánea como la aniquilación de la vida , caer fulminado por un síncope, o la amenaza de volverse loco", casi esto parece contradictorio porque una cosa es la angustia flotante y otra cosa es que se una a una representación. Porque en Freud esto es una especie de contradicción porque si se une a una representación como esta, como estos ejemplos que el pone, (caer fulminado de un síncope, o la amenaza de volverse loco), ya supone una cierta ligadura con una cierta representación. Estas ideas al igual que en la descripción de la expectativa angustiada tienen el matiz de la compulsión, entonces esta aparente contradicción antes mencionada , puede volverse aparente al poder pensar a la compulsión, en las cuales Freud ha trabajado en el campo de la neurosis obsesiva, como un elemento disruptivo , la imposición de una idea que comanda al sujeto, pero a la vez presentarse con la posibilidad de concatenarlas con otras representaciones, y tratar a la compulsión como un texto susceptible de ser leído Existen ataques de angustia rudimentarios, y EQUIVALENTES DEL ATAQUE DE ANGUSTIA, que podríamos llamar equivalentes somáticos de la angustia, Freud los enumera " perturbaciones de la actividad cardíaca, perturbaciones de la respiración, ataques de oleadas de sudor, temblores y estremecimientos, hambre insaciable a veces conectados con vértigo, ataque de vértigo locomotor."

Agrega también temores nocturnos acompañados de angustia, disnea y sudor.

Sutilmente Freud aclara que el vértigo en la neurosis de angustia, que en su modo más simple puede llamarse mareo, no es un vértigo giratorio sino que se clasifica dentro de lo que 61 llama vértigo locomotor o de coordinación, dicho de otra manera el piso comienza a oscilar, sensación de que las piernas desfallecen, combinadas estas con perturbaciones cardíacas y respiratorias.

Destacar el tema del vértigo, en tanto el vértigo locomotor es paradigma de la neurosis de angustia nos lleva a pensar cierto desprendimiento del ataque de angustia con vértigo que aparece en el campo de la FOBIA, en especial Freud destaca la AGORAFOBIA la fobia a los espacios abiertos, con todas sus variedades colaterales caracterizadas en su conjunto por su referencia a la locomoción, donde ahí acentúa el tema de este tipo de vértigo.

Lo que Freud destaca en las fobias de la neurosis de angustia, no es el mecanismo de la traslación del afecto sino que este afecto, recordemos que la angustia es en afecto, la angustia no es susceptible de represión, un afecto cuya sede es el yo este afecto es siempre el de la angustia, o sea, es un afecto monótono el de estas agorafobias como fobia de la neurosis de angustia, y no proviene de una representación reprimida, no sien do susceptible de ulterior reducción. Nuevamente vuelve aparecer la temática de algo que no se puede reducir a la interpretación, sino que ya esta reducida, es como si la neurosis de angustia fuera en todo caso idéntica a si misma. Algo que es idéntico a sí mismo no es plausible de ser desdoblado, en el sentido que le podríamos dar con Lacan al grafo del deseo respecto al desdoblamiento que se produce, entre la cadena del enunciado y la enunciación, o en lo que Freud llamaba la otra escena. Entonces , ¿dónde está la otra escena en la neurosis de angustia? Esta pregunta viene vectorizada porque la angustia de la agorafobia, dice Freud " no proviene de una representación reprimida, no siendo susceptible de ulterior reducción, así como no es atacable mediante Psicoterapia. POR TANTO, EL MECANISMO DE LA SUSTITUCION NO VALE PARA LAS FOBIAS DE LA NEUROSIS DE ANGUSTIA".

Hay un articulo de Freud que se llama "Psicoterapia de la histeria", en este artículo hay algo que cambia sustancialmente, porque allí sí puede haber psicoterapia, y una de las acepciones de la histeria es llamarla histeria de defensa, hay una defensa en juego, dicho de otra manera hay un mecanismo. Por lo tanto, el mecanismo de la sustitución no vale para la fobia de la neurosis de angustia. Freud entonces empieza a tratar de realizar una hipótesis de tipo económica, dice que se trate de una acumulación de excitación, y que la angustia que está en la base no admite ninguna derivación psíquica, es que si no admite ninguna derivación psíquica es homologable a que no admite ninguna sustitución posible. Pensemos que si hay algo que el síntoma lleva consigo es un sentido, hay una conferencia de Freud que se titula El sentido de los síntomas, y entonces en tanto tal el síntoma ya viene con un sentido que hay que hacer equívoco, equivocando ese sentido es que puede haber una apertura hacia el inicio del tratamiento. En otro texto del año siguiente 1895, Freud escribe el siguiente articulo "A propósito de las críticas a la neurosis de angustia" allí pone de relieve que la neurosis de angustia no admite ninguna derivación psíquica, tiene una polémica con Lowenfeld en relación a la etiología no siempre sabida de estos casos, y pasa Freud a relatar una serie de casos donde se destaca el cuadro de la neurosis de angustia con la agorafobia. Dice lo siguiente: lo que la angustia de la fobia obedezca a otras condiciones no es muy asombroso, las fobias tienen una ensambladura más complicada que los ataques de angustia simplemente somáticos, en ella la angustia se enlaza con un contenido de representación o de percepción'' (3)

Es allí donde Freud plantea que el despertar de ese contenido psíquico es la condición capital para que aflore la angustia.

Se puede entonces pensar que cuando la angustia se une a una representación como por ejemplo en el caso Hans, se une a la representación caballo, y Freud aclara que no le teme al padre sino que le teme al caballo , sustituto del padre, allí opera una sustitución, es una fobia que anda por los carriles de la sustitución , y en todo caso pertenece a lo que Freud en su primera nosología llama psiconeurosis.

A lo que arribamos es a una interrogación donde justamente la AGORAFOBIA no sigue el camino del enlace con la representación.

Por otro lado no parece nada casual que Freud complique esto en el terreno de la comparación de la neurosis de angustia con el tema de la fobia. Porqué ?

Porque por otro lado hay toda una discusión en relación a la fobia, y Lacan dio un término muy interesante, en el Seminario 16 (De un Otro al otro ), donde argumenta que a la fobia hay que considerarla como una PLACA GIRATORIA , placa que gira hacia algunas de las neurosis tradicionales. Por otro lado Freud nos dice que la fobia es el paradigma de la neurosis infantil. La idea que retorna aquí en todo caso , es aquello que puntuamos anteriormente, la idea de lo MIXTO.

Es cierto que clínicamente uno encuentra que en las fobias constituidas como tal, quiero decir con los momentos que describe Freud en la Epicrisis del articulo " Análisis de la fobia de un niño de cinco años". (4)

Allí Freud relata que en un primer momento " Hans enferma de angustia: aún no puede decir de qué tiene miedo, pero al comienzo de su estado de angustia deja traslucir al padre el motivo de su condición de enfermo, la ganancia de enfermedad."

En un segundo momento aparece aquello ante lo cual se fijará la libido, dice Freud " Entretanto recogemos indicios de aquello en lo cual se ha fijado la libido devenida angustia. Exterioriza el miedo, totalmente especializado, de que un caballo blanco lo morderá."

"Llamamos fobia a un estado patológico como este, y podríamos incluir el caso de nuestro pequeño en la agorafobia si esta Ultima afección no se singularizara por el hecho de que la compañía de cierta persona escogida al efecto, el médico en el caso extremo, vuelve fácilmente posible la operación en el espacio donde ella es de ordinario imposible. La fobia de Hans no obedece a tal condición, pronto prescinde del ESPACIO y toma, cada vez con mayor claridad, AL CABALLO COMO OBJETO; en los primeros días exterioriza, en el apogeo del estado de angustia, el temor "El caballo entrará en la pieza".

Es en el tercer momento de la fobia donde delimita lo siguiente: "Es sencillo poner de relieve un carácter esencial de las histerias de angustia. Se desarrollan cada vez más como una fobia y, al final, el enfermo puede quedar liberado de angustia pero sólo a costa de unas inhibiciones y limitaciones a que se ha visto forzado a someterse. En la histeria de angustia hay un trabajo psíquico, que es incesante desde el comienzo de ella para volver a ligar psíquicamente la angustia liberada. No le queda más alternativa que bloquear cada una de las ocasiones posibles para el desarrollo de angustia mediante unos PARAPETOS (VORBAU) psíquicos de la índole de una precaución, una inhibición, una prohibición; y son estas construcciones protectoras las que se nos aparecen como fobias y constituyen para nuestra percepción la esencia de la enfermedad." (4) Son muy instructivas estos momentos que describe Freud porque nos acerca a nuestro tema en relación a la angustia, es claro que en la fobia, la maniobra es inhibir el desarrollo de angustia, pero es claro que la angustia siempre se encuentra presente, y que la fobia misma se constituye en su estado de ligadura. Una primera hipótesis podría ser que en la cita (Pag. 12) donde se aclara que Hans no padece de AGORAFOBIA, pues toma al caballo como objeto, se invierte la relación y en la sustitución el sujeto deja la posición de objeto respecto del DESEO DEL OTRO. (será nuevamente desarrollado cuando trabajemos Lacan). En este sentido se puede homologar con la neurosis de angustia donde la prevalencia de esta posición la vimos aparecer por su rehusamiento a la sustitución, y donde se acentuaba el carácter AGORAFOBICO de dichas neurosis.

Por otro lado quisiera destacar que en esta Epicrisis Freud llega a decir que "La posición de las "fobias" dentro del sistema de las neurosis sigue indeterminada hasta hoy"., con lo cual parece ser que en las fobias Freud se topa con algunos problemas nosográficos, puesto que parece "seguro que corresponda ver en ellas meros síndromes que pueden pertenecer a diversas neurosis..." (4)

Una de las ideas que me había llevado a interrogarme este tema era como concebir al síntoma en la neurosis de angustia, por un lado una descripción de pluralidad de síntomas, pero de lo que se trata es cernir el estatuto del síntoma. En la conferencia que dicta Freud "El estado neurótico común", años 1916-1917 encontramos lo siguiente: "No obstante era justa la expectativa de ustedes en el sentido de que prestaríamos algún interés a las neurosis actuales. Ya su íntimo nexo clínico con las Psiconeurosis nos fuerza a ello.

Les informaré, entonces, que distinguimos tres formas puras de neurosis actuales : LA NEURASTENIA, LA NEUROSIS DE ANGUSTIA Y LA HIPOCONDRIA." (5)

Es interesante porque en INTRODUCCION DEL NARCISISMO, en 1914, diferencia la hipocondría de la enfermedad orgánica, y si bien nos dice que se exterioriza en sensaciones corporales penosas y dolorosas, dice coincidir " también con ella por su efecto sola distribución de la libido. El hipocondríaco retira interés y libido- esta última de manera particularmente nítida- de los objetos del mundo exterior y los concentra sobre el órgano que le atarea. Ahora bien, hay una diferencia patente entre hipocondría y enfermedad orgánica: en el segundo caso las sensaciones penosas tienen su fundamento en alteraciones (orgánicas) comprobables, en el primero no."(6)

Más adelante dice lo siguiente: "Podemos decidirnos a considerar la erogeneidad como una propiedad general de todos los órganos, y ello nos autorizaría a hablar de su aumento o su disminución en una determinada parte del cuerpo. A cada una de estas alteraciones de la erogeneidad en el interior de los órganos podría serle paralela una alteración de la investidura libidinal dentro del yo. En tales factores habríamos de buscar aquello que está en la base de la hipocondría y puede ejercer, sobre la distribución de la libido, idéntico efecto que la contracción de una enfermedad material de los órganos.'' Es aquí donde Freud compara una determinada alteración de la erogeneidad en el interior de un órgano con una alteración yoica, con lo cual uno puede acercar desde Freud una cierta explicación del efecto "despersonalizante" de la neurosis de angustia, en relación a distribución de la libido.

"Advertimos que, prosiguiendo esta ilación de pensamiento, tropezamos no sólo con el problema de la hipocondría, sino con el de las otras neurosis actuales, la neurastenia y la neurosis de angustia. Por eso queremos detenernos en este punto; no está en el propósito de una indagación puramente psicológica traspasar tanto la frontera hacia el ámbito de la investigación fisiológica. Limitémonos a consignar lo que desde este punto puede conjeturarse: LA HIPOCONDRIA ES A LA PARAFRENIA, APROXIMADAMENTE, LO QUE LAS OTRAS NEUROSIS ACTUALES SON A LA HISTERIA Y A LA NEUROSIS OBSESIVA; VALE DECIR DEPENDEN DE LA LIBIDO YOICA, así como las otras dependen de la libido de objeto, la angustia hipocondríaca sería, del lado de la libido yoica, el correspondiente de la angustia neurótica."(6)

Vale decir que en la hipocondría la angustia quedaría en el yo, en el sentido de una angustia somática, que no puede tener derivación, en el sentido en que Freud dice que el sujeto hipocondríaco se encuentra atareado en su ORGANO.

Volviendo a la conferencia "El estado neurótico común', Freud, hace una afirmación fuertísima, dice lo siguiente: "Un notable nexo existente entre los síntomas de las neurosis actuales y de las psiconeurosis nos brinda todavía una importante contribución al conocimiento de la formación de síntoma en estas últimas, a saber: EL SINTOMA DE LA NEUROSIS ACTUAL SUELE SER EL NUCLEO Y LA ETAPA PREVIA DEL SINTOMA PSICONEUROTICO. Esa relación se observa de la manera más nítida entre la neurastenia y la neurosis de transferencia llamada "histeria de conversión", entre la neurosis de angustia y la histeria de angustia, pero también entre la hipocondría y las formas que después citaremos como parafrenias (dementia praecox y paranoia)." (5)

Entonces por un lado aparecen ciertos pares entre la neurosis de angustia y la histeria de angustia (Fobia) pero también entre la hipocondría y las parafrenias ( demencia precoz y paranoia). Es decir que la hipocondría sería ese núcleo previo, y en especial respecto de la paranoia donde Freud en el caso Schreber intenta explicar el valor restitutivo del delirio, haciendo una hipótesis psicopatol6gica, en el sentido de proponer un mecanismo psíquico de formación de síntoma. Algo distinto es este núcleo previo, que no puede transferirse en la transferencia. Quisiera entonces realizar un breve recorrido por algunos pasajes de un artículo de Freud llamado : "Fragmento de análisis de un caso de histeria", artículo publicado en 1905. Más allá de los avatares clínicos de esta neurosis histérica, y de la conducción del tratamiento por parte de Freud, creo que podemos desglosar del historial mismo la noción de síntoma. Freud se hace una pregunta casi al inicio del historial:(7)" Son los síntomas de la histeria de origen psíquico o somático? En principio hay que aclarar que dice somático y no cuerpo, o corporal, pensemos que Freud viene de la neurología, y que algunos años antes había separado en un articulo deslumbrante, las parálisis orgánicas del campo de la histeria, en el sentido en que el cuerpo en la histeria no respetaba las vías somáticas, respeta si las vías de la representación. continúo entonces con la cita: "O, si se admite lo primero, tienen todos necesariamente un condicionamiento psíquico ? Uno entonces podría preguntarse cómo es que Freud que en sus artículos anteriores polemizó acerca del estatuto de la histeria, respecto de considerar a la histeria, como una histeria de defensa, en el sentido de un mecanismo en juego, y considerando que es un caso fragmentario en el sentido de la represión, que fragmenta el material, retorna en este texto un cierto origen somático del síntoma.

Entonces dice Freud , que "todo síntoma histérico requiere de la contribución de las dos partes. No puede producirse sin cierta solicitación somática brindada por un proceso normal o patológico en el interior de un órgano del cuerpo, o relativo a ese órgano." (7)

Entonces podemos distinguir que cuando Freud habla de solicitación somática es muy distinto del síntoma conversivo como tal.

Sería algo as! como la aptitud somática para que se monte sobre él la conversión, en el sentido en que la conversión es el retorno en el cuerpo, no de lo somático en bruto, supone allí el mecanismo de formación de síntoma de la represión.

Respecto de esta solicitación somática dice, siguiendo la cita: "Pero no se produce más que una sola vez -y está en el carácter del síntoma histérico la capacidad de repetirse- si no posee un significado (valor, intencionalidad) psíquico, un sentido. El síntoma histérico no trae consigo este sentido, sino que le es prestado, es soldado con él, por así decir, y en cada caso puede ser diverso de acuerdo con la naturaleza de los pensamientos sofocados que pugnan por expresarse." (7)

Justamente lo interesante del síntoma histérico es que se repite, Lacan en el Seminario 14 La lógica del fantasma, hablará de el doble bucle de la repetición, y es en la repetición donde tenemos la chance de operar, y por otro lado, esta es una idea freudiana debe articularse a la neurosis infantil. Freud lo de muestra en el caso Dora, el síntoma de la disnea que aparece a los 8 años, y efectivamente hay dos momentos para el síntoma neurótico, pero lo interesante es que esta solicitación somática se produce una sola vez.

Para la clínica psicoanalítica las destinaciones dadas dentro del material psíquico accidental son lo más importante, justamente Freud preguntaba siempre en que momento había aparecido el síntoma, y todo aquello que rodeaba la aparición del mismo, cito entonces lo siguiente : "el síntoma se soluciona en la medida en que se explora su intencionalidad psíquica."

Con Freud uno podría decir que la solicitación somática es lo Real del síntoma que queda a la espera de la identificación. Y en este caso la identificación con el padre, porque el síntoma que Freud deduce como histérico es la tos de la cual se deducen las distintas cadena asociativas.

Por lo tanto Freud distingue lo que es plausible de intencionalidad psíquica, de aquello que llama solicitación somática.

Otra cita de Freud del mismo texto: "El síntoma es, primero, en la vida psíquica un huésped mal recibido; lo tiene todo en contra y por eso se desvanece tan fácilmente, en apariencia por sí solo, bajo la influencia del tiempo. Al COMIENZO NO CUMPLE NINGUN COMETIDO UTIL DENTRO DE LA ECONOMIA PSIQUICA, PERO MUY A MENUDO LO OBTIENE SECUNDARIAMENTE; una corriente psíquica cual quiera halla cómodo servirse del síntoma, y entonces este alcanza una FUNCION SECUNDARIA y queda como anclado en la vida anímica." (7)

"un síntoma corresponde con toda regularidad a varios significados SIMULTANEAMENTE "(7)

"Hay como un rasgo conservador en el carácter de la neurosis; el hecho de que el síntoma ya constituido se preserva en lo posible por más que el pensamiento inconsciente que en 61 se expresó haya perdido significado."(7)

"el síntoma se asemeja, según la expresión del Evangelio, a UN ODRE VIEJO QUE ES LLENADO CON VINO NUEVO. Por más que siguiendo estas elucidaciones la parte somática del síntoma histérico aparezca como el elemento MAS PERMANENTE, DE MAS DIFICIL SUSTITUCION, Y LA PSIQUICA COMO EL MAS MUDABLE, EL MAS FACIL DE SUBROGAR, NO SE INFIERA DE ESA RELACION UNA JERARQUIA ENTRE AMBOS.-, Por lo tanto si uno quisiera darle jerarquía , estaría obviando aquello con lo que tropezó Freud en su clínica. De manera tal que una hipótesis que se podría hacer es que este carácter no sustituible del síntoma nos evoca la no traducción psíquica del síntoma de la neurosis de angustia, pero por otro lado nos, da Freud las coordenadas para que pensemos las relaciones traumáticas de la constitución del síntoma y del sujeto en tanto tal.

Y concluyo este tema con una cita de Freud de un artículo 1893-1895 Estudios sobre la histeria, en especial el apartado IV llamado Sobre la psicoterapia de la histeria , donde dice lo siguiente: "El caso 4, el de "Katharina", es lisa y llanamente el arquetipo de lo que yo he llamado "angustia virginal"; es una combinación de NEUROSIS DE ANGUSTIA E HISTERIA; LA PRIMERA CREA LOS SINTOMAS, LA SEGUNDA LOS REPITE Y TRABAJA CON ELLOS." (8)

Quisiera entonces realizar un recorrido para poder delimitar esta neurosis en relación a la ANGUSTIA.

Freud en la conferencia 25, titulada "La Angustia", se pregunta acerca de las nuevas formas de manifestación que presenta la angustia en los neuróticos. Por una lado dice hallar un estado general de angustia, que la denomina ANGUSTIA LIBREMENTE FLOTANTE.(9)

"Las personas aquejadas de esta clase de angustia prevén, entre todas las posibilidades, siempre la más terrible, interpretan cada hecho accidental como indicio de una desgracia, explotan en el peor sentido cualquier incertidumbre."(9)

Califica Freud a esta angustia de expectante y dice que corresponde a la neurosis de angustia como neurosis actual.

Ahora bien: "Una segunda forma de la angustia, a diferencia de la que acabamos de describir, está más bien psíquicamente LIGADA y anudada a ciertos objetos o situaciones. Es la angustia de las fobias, de enorme diversidad y a menudo muy extrañas" (9)

En 1925 , en Inhibición , síntoma y angustia encontramos el siguiente contrapunto: "La angustia es en estado afectivo que, desde luego, sólo puede ser registrado por el yo. El ello, no puede tener angustia como el yo: no es una organización, no puede apreciar situaciones de peligro." (10)

"Aquí distinguimos de nuevo, con buen fundamento, entre dos casos que en el ello suceda algo que active una de las situaciones de peligro para el yo y lo mueva a dar la señal de angustia a fin de inhibirlo, o que en el ello se produzca la situación análoga al trauma de nacimiento, en que la reacción de angustia sobre viene de manera automática. " (10)

Freud allí distingue lo que es el campo de la angustia señal cuya sede es el yo, de lo que es la angustia automática análoga a lo que el llama el trauma de nacimiento.

Continúa la cita: "Ambos casos pueden aproximarse si se pone de relieve que el segundo corresponde a la situación de peligro primera y originaria, en tanto que el primero obedece a una de las condiciones de angustia que derivan después de aquella. 0, para atenernos a las afecciones que se presentan en la realidad: el, segundo caso se realiza en la etiología de las neurosis actuales, en tanto que el primero sigue siendo característico de la psiconeurosis." (10)

Freud había discutido la inconveniencia del término trauma de nacimiento con Otto Rank, al decir que si admitiéramos dicho trauma, desalojarla el Complejo de Edipo, unido esto al complejo de castración, como elementos nodulares de la neurosis.

CON LACAN

He pensado en varias oportunidades esta división que Freud realiza entre la angustia señal y la angustia automática análoga al trauma de nacimiento.

En principio siguiendo una lectura que Lacan realiza de Freud en el seminario de " La Angustia puede decirse que la angustia automática es homologable a la constitución subjetiva en el campo del Otro, esa constitución deja un resto irreductible, que Lacan denomina objeto a.

La traducción subjetiva del objeto a, es la angustia, o como lo dice Lacan, " la angustia es su única traducción subjetiva ".

Ahora bien no podríamos decir que en el momento en que convenimos en que hay traducción subjetiva , es en todo caso operable para el análisis, en el sentido de la angustia señal.

Cito a Lacan (Seminario de la Angustia): "Tratemos de seguir paso a paso la estructura de indicar donde pretendemos fijar, localizar ese rasgo, sobre el cual finalmente Freud se detuvo como ante el más adecuado para indicarnos, a nosotros analistas, el uso que podemos hacer de la función de la angustia." (11)

"Sólo la noción de real, en la opaca función de la que saben que parto para oponerle la del significante, permite orientarnos y decir ya que ese ETWAS ante el cual la angustia opera como SEÑAL es para el hombre algo - digamos entre comillas- "necesario", es del orden de lo irreductible de ese real. En este sentido fue que aventuré ante ustedes la fórmula de que, de todas las señales, la angustia es aquella que no engaña" (11)

"De lo real, por lo tanto, y - les he dicho- de un modo irreductible bajo el cual ese real se presenta en la experiencia, tal es aquello de que la angustia es la señal..

Por supuesto que no planteo una división tajante entre estas modalidades de la angustia, ya que llegaremos en ambos casos a la formulación del DESEO DEL OTRO.

Pero si me parece destacar que la forma de presentación de la neurosis de angustia, no es similar a la presentación de las psiconeurosis, y para poder operar en análisis necesitamos una reducción de la angustia que sea orientable.

En este sentido si bien como plantea Lacan en este mismo seminario , la señal de la intervención del OBJETO a, es la angustia, también nos da una pista en relación a la función sujeto: dice lo siguiente " Ello no equivale a decir que el objeto a es sólo el revés de la angustia, que sólo interviene, que sólo funciona en correlación con la angustia. La angustia, nos ha enseñado Freud, cumple, con relación a algo, la función de señal.

Yo digo : es una señal en relación con lo que sucede en lo referente a la relación de un sujeto, de un sujeto que además no podría entrar en dicha relación sino en la vacilación de cierto fading, la que designa la notación de sujeto por una $, la relación de dicho sujeto, en ese momento vacilante, con aquel objeto en toda su generalidad."(11)

Vale decir que es señal respecto del fading del sujeto, y de la relación de dicho sujeto, en el momento vacilante, con aquel objeto, pero haría hincapié que cuando Lacan habla de la señal de angustia conserva el carácter de traducción subjetiva, y en todo caso podríamos decir que en el caso de la angustia automática, esta traducción no está presente y el sujeto se encuentra ante aquello que Freud llamó el desamparo, nombre freudiano de la de la HILFLOSIGKEIT , al cual Lacan le da el nombre de DESEO DEL OTRO.

En este sentido hay toda una conceptualización que Lacan realiza entorno a la angustia, por ejemplo señal de caducidad yoica, definiéndolo como un fenómeno de borde, es ahí donde se presentifica el objeto a, limite de la imagen especular, el carácter temporal de la angustia, su instantaneidad ( golpe de angustia), y el enmarcamiento, cuyo paradigma Lacan localiza en el historial del Hombre de los Lobos.

Estas características no me parecen homogéneas en la clínica de las neurosis de angustia.

En especial en relación al enmarcamiento, cito a Diana Rabinovich, su libro "La Angustia y el Deseo del Otro" : "la angustia primordial, esa angustia que rompe todas las defensas, la barrera protectora ante los estímulos, para decirlo en términos freudianos. Cuál es , entonces, para Lacan, la invasión de estímulos, la invasión económica que describe Freud, esa invasión que supera la barrera protectora ? El deseo del Otro, es el nombre que recibe en Lacan el exceso económico. Tengan presente que no se trata del deseo del Otro virando hacia el goce del Otro. El goce del Otro es ya una defensa, una solución, frente al estar a merced del deseo, una forma de rodear el problema del deseo del Otro."(12)

Entonces cuando se produce esa invasión económica, esa angustia que rompe todas las defensas, podríamos pensar que el yo siendo una defensa en cuya sede se aloja la angustia, no es entonces la angustia señal, pues para Freud la señal es yoica, y para Lacan es señal respecto de la función sujeto, es entonces la descripción de la angustia automática.

Esto no quiere decir que en el caso de las neurosis tradicionales no encontremos la angustia primordial, sino que la idea es acentuar las formas de presentación clínica, ya que no es lo mismo por ejemplo la modalidad de la angustia (Primordial, Automática) esté al inicio de la cura, o como producto del recorrido en un análisis.

Lacan en el seminario de la angustia, en la clase del 12/12/62, casi en el comienzo de esta clase habla de una experiencia masiva y dice lo siguiente: "a las que presuntamente habíamos escapado, de una necesidad, que sigue siendo actual y que curiosamente ya no hablamos sino rara vez : La pesadilla. Nos preguntamos por qué desde hace cierto tiempo los analistas se interesan tan poco por la pesadilla ?"

Refiriéndose a un texto de Ernest Jones sobre la pesadilla, dice que la angustia de la pesadilla es experimentada como la del goce del Otro.

"El correlativo de la pesadilla es el incube o el súcube, ese ser que hace sentir todo su opaco peso de extraño goce sobre nuestro pecho, que nos aplasta sobre su goce."(11)

"Y bien, para introducirnos por ese sesgo capital en lo que la temática de la pesadilla habrá de entregarnos, en todo caso lo primero que aparece en el mito pero también en la fenomenología de la pesadilla, de la pesadilla de lo vivido, es que ese ser que pesa por su goce es también un ser cuestionador y que inclusive, hablando con propiedad, se manifiesta, se despliega en esa dimensión completa, desarrollada, de la cuestión como tal llamada el enigma." (11)

"La esfinge, cuya entrada en juego - no lo olviden - precede a todo el drama de Edipo, es una figura de pesadilla y al mismo tiempo un figura cuestionadora." (11)

Por un lado pensemos lo que hablamos puntuado en relación al rodeo del goce del Otro, en relación al deseo del Otro, en el sentido de considerarlo como una defensa, cito entonces a D. Rabinovich del mismo libro antes citado, dice lo siguiente: "El goce entonces cuando aparece como el goce supuesto al Otro, cuando éste es el Otro del Otro sexo, no es la causa de la pesadilla, lo que causa la pesadilla es el estar en posición del objeto utilizado en ese goce, consumido por ese goce, podríamos decir, sin que importe demasiado quién es como sujeto. Pero Lacan no se queda en esta definición del goce del Otro: "en la fenomenología de la pesadilla vivida, ese ser que pesa por su goce, es también un ser preguntón e incluso un ser que se manifiesta, hablando estrictamente, en esa dimensión completa y desarrollada de esa pregunta cuya forma se denomina el enigma ". Espero que les resulte claro que se está refiriendo al Che vuoi ? del grafo. Lo que aparece como más allá del goce del otro como inquietante, es el enigma de su deseo. La aparición del goce del Otro no basta como respuesta al enigma que se le propone a todo sujeto como deseo del Otro."(12)

Aquí aparece algo sutil en relación al enigma, puesto que el enigma que encontramos en la esfinge, es aquella dice Lacan que precede toda la tragedia de Edipo.

Con lo cual me formulaba el siguiente interrogante, una cuestión es el enigma que el sujeto por ejemplo puede tener respecto de su síntoma, y otra cosa es este enigma que se realiza en la esfinge. En tal caso si se realiza ya no es más un enigma.

Tomemos entonces el Diccionario de Pierre Grimal, sobre Mitología Griega y Romana, donde dice lo siguiente: "La esfinge se relaciona sobre todo con la leyenda de Edipo y con el ciclo tebano. Este monstruo fue enviado por Hera contra Tebas para castigar a la ciudad por el crimen de Layo..." (13)

"Se estableció en una montaña situada al oeste de Tebas, muy cerca de la ciudad. Desde allí asolaba el país, devorando a los seres humanos que pasaban a su alcance. Sobre todo planteaba a los viajeros enigmas que no podían resolver, y entonces los mataba. Sólo Edipo logró responder, y el monstruo, despechado se arrojó desde lo alto de la roca y se mató." (13)

Entonces si la esfinge le pregunta a un viajero y éste no responde se lo devora, quiere decir que no hay enigma, y en caso de que Edipo conteste tampoco habría enigma porque este se realizaría. Es similar a la dialéctica del amo y el esclavo, si se aboliera algunos de los términos no habría dialéctica posible.

Con lo cual podríamos tomar las dos vertientes por una lado la realización del enigma como Goce del Otro y por otro lado el sesgo cuestionador del Deseo del Otro, como la aparición del Che vuoi? tal como lo encontramos en el grato del deseo.

Para concluir este trabajo quisiera referirme al término ACTUAL tal como aparece descripto en la nosología Freudiana, la neurosis de angustia como una de las neurosis actuales.

Es evidente que el término actual , hace referencia a una dimensión temporal. En el Diccionario de la Real Academia "Actual" quiere decir presente, en el mismo momento.

Volvemos entonces a pensar en los límites en cuanto a un tratamiento posible de la neurosis de angustia, ya que si es actual, es susceptible de ser analizado ?

Es cierto que es una teoría histérica aquella que sostiene que hay cura por el recuerdo, pero es necesario el campo del recuerdo más precisamente el campo de la rememoración , su entramado simbólico y articulado a la neurosis infantil, al ser actual se estaría aboliendo también el campo mismo de la repetición. Si hay temporalidad actual, habrá temporalidad de la retroacción?

Paul Virilio en su libro LA MAQUINA DE VISION, plantea refiriéndose al estatuto de la imagen en la sociedad, el pasaje del espacio público a la imagen pública y entonces dice que el problema del tiempo actual es que lo virtual y lo actual se confunden en lo que él llama el tiempo REAL. De manera tal que el tiempo real no es el tiempo diferido, no es el tiempo de la retroacción, sino que se transforma en lo ACTUAL. le El desplazamiento del centro de interés de la cosa a su imagen y, sobre todo, del espacio al tiempo y al instante." (14)

Augusto David Farb

BIBLIOGRAFIA

1- DSM IV

2 - Freud S. "Sobre la justificación de separar de la neurastenia un determinado síndrome en calidad de neurosis de angustia (1894) ed. Amorrortu

3 - Freud S. "A propósito de las críticas a la neurosis de angustia" (1895) ed. Amrrortu

4 - Freud S. "Análisis de la fobia de un niño de cinco años'' ed. Amorrortu

5 - Freud S. Conferencia "El estado neurótico común" 1916-1917 ed. Amorrortu

6 - Freud S. "Introducción del narcisismo" (1914) ed. Amorrortu

7 - Freud S. "Fragmento de análisis de un caso de histeria" (1905) ed. Amorrortu

8 - Freud S. "Estudios sobre la histeria. Apartado IV - Sobre la psicoterapia de la histeria" (1893-1895) ed. Amorrortu

9 - Freud S. Conferencia 25 "La Angustia" ed. Amorrortu

10 - Freud S. "Inhibición, Síntoma y Angustia" (1925) ed. Amorrortu

11 - Lacan J. Seminario 10 "La Angustia" 1962-1963

12 - Rabinovich D. La angustia y el deseo del Otro. ed. Manantial

13 - Grimal Pierre Diccionario de Mitología Griega y Romana ed. Paidós

14 - Virilio Paul La máquina de visión. ed. Cátedra

OTRAS REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Lacan J. Seminario 14 "La lógica del fantasma".

Lacan J. Seminario 16 "De un Otro al otro".

Diccionario de la Real Academia Española - 1993.

Fuente: Augusto Farb La encrucijada de la neurosis de angustia - Revista de Psicoanálisis y Cultura Número 8 - Diciembre 1998