Algunas anormalidades neuroanatómicas revelan la posibilidad de una
disposición biológica constitucional para la psicosis, por ejemplo, datos estadísticos
recientes muestran en pacientes diagnosticados con esquizofrenia la frecuencia de
anomalías en ciertas estructuras encefálicas, como ensanchamiento del sistema
ventricular, alteraciones en la corteza prefrontal y temporal así como en varias zonas del
sistema limbico. El tamaño relativo del ventrículo resulta ser de más del doble en
muchos de estos pacientes comparados con sujetos no psicóticos, lo que demuestra la
existencia de un déficit de tejido cerebral: volúmenes disminuidos de sustancia gris en
el hipocampo, la amígdala y la corteza temporal. El síntoma principal de la
esquizofrenia es el desorden en los pensamientos y el lenguaje, y el grado de
disminución de la corteza temporal del hemisferio izquierdo se correlaciona con el
grado de trastorno en el pensamiento y el lenguaje. Algunos sujetos esquizofrénicos
tienen un flujo sanguíneo cerebral anormal o una anormal utilización de la glucosa en
áreas específicas del cerebro. Los hallazgos de laboratorio han detectado irregularidades
metabólicas de los neurotransmisores implicados en la fisiopatología de las psicosis.
Los neurotransmisores son sustancias químicas segregadas por ciertas agrupaciones
neuronales y actúan sobre proteínas receptoras con el fin de alterar la membrana de la
neurona en la sinapsis, excitándola, inhibiéndola o modificando su sensibilidad de
alguna otra manera en la propagación del impulso nervio más de 100 tipos de sustancias neurotransmisoras, neuromoduladoras y receptoras. Los
neurotransmisores implicados en la fisiopatología de las psicosis son las del tipo de las
monoaminas. Las monoaminas son dopamina, norepinefrina, epinefrina y serotonina, y
se sabe que la dopamina (DA) está relacionada con la esquizofrenia así como la
norepinefrina (NE) y la serotonina (5- HT) lo están con los trastornos afectivos,
incluyendo la depresión y las psicosis maniaco depresivas.
La hipótesis de la dopamina sostiene que los síntomas positivos o visibles de la
esquizofrenia son ocasionadas por una hiperactividad de las sinapsis dopamínérgicas
(que contienen dopamína), principalmente en el sistema límbico, debido a la excesiva
concentración de receptores para la dopamina, y cuyas causas se ignoran. Se les
concede una participación especial a los receptores para la dopamina tipo D2 y D4; la
densidad de los receptores a dopamina D4 se ha encontrado elevada hasta en 600%, y
ha sido visualizada elevada concentración de dopamina D2 en ciertas estructuras
cerebrales en estos pacientes usando la tomografía por emisión de positrones (PET) -
estos resultados varían en los pacientes sometidos a medicación antipsicótica-. Por
ejemplo, una liberación aumentada de dopamina en el cerebro produce los síntomas
característicos de la fase activa de la esquizofrenia:
a) Sensación de persecución desde fuentes externas.
b) Percepción alucinatoria de voces.
c) Habla desorganizada, incoherente o incomprensible.
d) Secuencias de pensamiento anormales y disociación de ideas.
e) En ocasiones, posturas disforzadas, rigideces o movimientos catatónicos.