Mostrando las entradas con la etiqueta tecnología. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta tecnología. Mostrar todas las entradas

martes, 3 de diciembre de 2024

"Fingir que finge": un ejemplo en el cine y el caso de IA

 “Fingir que finge” es una expresión que se refiere a la capacidad de hacer pasar una verdad como un engaño para engañar a otra persona. Jacques Lacan la utilizó en varios de sus escritos. Un animal puede fingir (ejemplo, fingir estar muerto), pero no puede "fingir que finge".

Para Lacan, la capacidad de fingir que se finge es una prueba que permite determinar si existe un sujeto. En su opinión, cuando una máquina pueda fingir que finge, se deberá concluir que también hay un sujeto, que probablemente no tenga buenas intenciones. 

Para ejemplificar esto, hay un ejemplo freudiano de un famoso chiste judío, un ejemplo que permite entender la dimensión del sujeto humano distinta al de cualquier máquina imaginable. Se trata de aquellos dos judíos que van en tren y uno le pregunta al otro: “— ¿Por qué me dices que vas a Lemberg para que yo crea que vas a Cracovia, cuando es a Lemberg realmente a dónde vas?”

Un ejemplo del cine:

En la película "Esperando la Carroza", Nora saluda a Sergio (su cuñado), frente a su familia diciendo:


Lo que descubrimos a lo largo de la película es que efectivamente, Sergio realmente era amante de Nora. Allí ella estaba "fingiendo fingir" frente a su esposo y a su cuñada.

¿Puede la IA fingir que finge?
Esa es una pregunta interesante y compleja que ha sido debatida por filósofos, científicos de la computación y expertos en inteligencia artificial.

En teoría, una inteligencia artificial (IA) puede simular o imitar comportamientos que parecen inteligentes o conscientes, pero la cuestión es si puede "fingir que finge" de manera auténtica.

La capacidad de una IA para fingir que finge implica varios niveles de complejidad:

1. Simulación: La IA efectivamente puede simular un comportamiento o una respuesta que parezca inteligente o consciente.
2. Autoconciencia: La IA necesita tener alguna forma de autoconciencia o conciencia de sí misma para poder fingir que finge.
3. Intencionalidad: La IA necesita tener la capacidad de formar intenciones y planes para fingir que finge de manera convincente.

Actualmente, las IA más avanzadas, como las redes neuronales profundas, pueden simular comportamientos complejos, pero no tienen autoconciencia ni intencionalidad en el sentido humano.

Sin embargo, es posible que en el futuro, las IA más avanzadas puedan desarrollar alguna forma de autoconciencia o conciencia de sí misma, lo que les permitiría fingir que fingen de manera más convincente.

En resumen, aunque las IA actuales pueden simular comportamientos complejos, no pueden fingir que fingen en el sentido de tener autoconciencia y intencionalidad. Sin embargo, es posible que en el futuro, las IA más avanzadas puedan desarrollar estas capacidades.

domingo, 14 de noviembre de 2021

Las intervenciones del analista... ¡Con las redes sociales del paciente!

Parte de la subjetividad de nuestra época tiene que ver con cómo habitamos y nos manejamos en las redes. Lo que acontece en los  mensajes de Whatsapp y otras redes sociales tienen mucha presencia en los análisis. Estos sirven muchísimo para trabajar los fantasmas y las resistencias que el paciente tiene, sumado a la lectura de lo que el paciente hace sobre lo que ocurre del otro lado.


Freud, en Recuerdo, repetición y elaboración, hace al comienzo un pequeño recorrido histórico desde la hipnosis, su abandono para buscar el hecho reprimido para hacer consciente lo inconciente y dice que al día de hoy la técnica analítica implica seguir al paciente en la superficie psíquica, hacia dónde va. En esta tercera etapa ya no se busca perseguir al hecho reprimido, sino seguirlo en la superficie de su discurso, idea fuertemente tomada por Lacan posteriormente. La repetición hace que el sujeto, al preguntarse por lo que le pasa, por qué se choca con la misma piedra. A partir de ahí se busca el recuerdo.

El tema de la realidad cotidiana importa mucho en Freud. Él veía a sus pacientes todos los días, porque no quería perder la cotidianeidad de cómo se desarrollaban las cosas en la vida diaria del paciente. Lo que a nosotros nos importa es cómo el aparato psíquico lee esa realidad mediante su fantasma. En los ámbitos psicoanalíticos, no está bien visto que el analista vaya a la realidad material. Esto le ha valido severas críticas al psicoanálisis por parte de otras corrientes, porque así se están dejando por fuera realidades. Un paciente puede decir, por ejemplo, "soy buen padre" y concretamente no saber cuál es la comida favorita de su hijo ó siquiera por qué llora. El ideal del bien, del que Lacan habla todo un año, termina haciendo que muchas veces uno tome por obvio cuando alguien dice que es bueno en algo. Puede ser que el paciente se vea como buen padre ó madre, pero esa es la distinción entre el yo (je) y el yo (moi), lo que yo pienso de mí y lo que la estructura me hace posible pensar de mí.

Al analista le importa la realidad psíquica del paciente, pero lo simbólico no alcanza a cubrir lo real del paciente. No todo lo que el sujeto piensa de sí es tan definitivo. Lo real sobre un determinado hecho puede cambiar todo el relato. Es interesante, entonces, la distinción entre lo real y la realidad. Este último concepto tiene que ver con lo que el sujeto ve desde su fantasma. El das ding como lo real es lo más familiar, pero a la vez lo más ajeno que tenemos, por eso es un punto de siniestro de la madre. 

Trabajar con las comunicaciones del paciente nos permite ver aspectos que ellos no ven de sí mismos. Es una oportunidad de verse allí donde no se ven. El fantasma puede aparecer a través del texto y los comportamientos del paciente en la red. 

En el esquema L del seminario 2  de Lacan vemos que hay 4 elementos que se relacionan entre sí:
A esta altura del seminario de Lacan, no existe el concepto del Otro barrado, concepto que empieza a aparecer en el seminario 5. En este seminario, Lacan está trabajando la determinación que el símbolo tiene sobre la realidad imaginada. Recordemos que Lacan en el Seminario 1 ya había trabajado el esquema del florero invertido y la constitución de lo imaginario. Lo simbólico, dira Lacan, determina el modo en que nosotros vemos esa realidad. El ser humano no tiene un acceso directo a la realidad, sino que lo hace a partir de su fantasma. En el fantasma está, más adelante en la obra, tanto lo simbólico como lo real. 

En el esquema L, hay flechas salen del Otro (A). Una de ellas se dirige al sujeto (S), el sujeto sujetado al símbolo. Otra flecha sale y llega al yo "moi" (a), esa parte imaginaria del yo. En el camino del Otro al sujeto, vemos lo inconsciente. Ahora, esa flecha se cruza con el eje imaginario que une al yo (a) con el otro imaginario (a'). Eso que se interpone es el muro del lenguaje. La relación imaginaria invierte, retarda, interrumpe e impide que el sujeto tome contacto con la realidad. Es por eso que para estar cerca de la realidad del paciente hay que intervenir sobre las cuetiones que hacen a esa realidad, utilizándolas para ponerlo a trabajar y a disposición del análisis del fantasma.

Lo imaginario, en esta época, tiene una vertiente muy importante y que va a hacer que este registro determine, respecto a lo simbólico, la forma en que el sujeto lea la realidad. El trabajo que el analista haga sobre lo simbólico va a hacer que el sujeto lea a la realidad de otro modo. 

Lacan dice, por estos años (55-56), que la resistencia es del analista. Esto ocurre cuando el analista no se mete en determinados temas o no pregunta de lo otro. También Lacan dice que el psicoanálisis tiene que mirar de frente a lo real. En ese punto, lo real como das ding, como siniestro que aparece en la realidad del objeto material, es lo que hay que dilucidar. Se trata de un encastre entre lo real, lo simbólico e imaginario, que en la clínica se traduce en qué puntos lo imaginario hace de obstáculo, o en qué punto las marcas del discurso de Otro, o el fantasma en lo real hace que el sujeto vea allí algo que no está y que tiene que ver con él.

El aparato psíquico es defensivo, ¿pero es defensa frente a qué? La perspectiva de lo traumático del encuentro con la realidad es necesaria en el análisis, para que el sujeto funcione en distintos ámbitos como el amor y el trabajo.

martes, 23 de febrero de 2021

Lo ominoso: el autómata

Los autómatas son aparatos inanimados que sin embargo tienen movimiento, vida propios[1]. Están investidos de un carácter siniestro. Están presentes en forma abundante en los cuentos, leyendas y novelas del romanticismo: Frankenstein, El hombre de la arena, etc. Los escritos de E.T.A. Hoffmann son una muestra clara de ello.
El autómata[2]es un objeto creado por el hombre que se hace dueño de su propio movimiento. Es decir que está dotado de un ánimo propio, de su propia alma, independiente de la nuestra. En los tiempos modernos han incrementado su presencia en la vida cotidiana: desde el reloj a cuerda a la radio, el cine, la televisión, los distintos aparatos de comunicación y las computadoras. Y el sentimiento de vida de estos aparatos se incrementa cuando hay una fuente de energía que los independiza como pueden ser las cuerdas, pilas y baterías. Mientras las máquinas están enchufadas para recibir la corriente eléctrica que les dará fuerza mantienen algo de la mecánica de la palanca: se hace evidente aún que la fuerza proviene del exterior de la máquina. Pero cuando la fuente está introducida en la propia máquina, se nos aparece más y más como un ser que tiene una vida propia lo que está próximo al aparato de influencia de la esquizofrenia cuyo origen y desarrollo describió tan bien Víctor Tausk[3].
Es habitual sorprender a la gente reaccionando ante la rebelión de los ‘aparatos’ como si estos tuvieran una vida propia, luchando por sus caprichos, golpeándoles para que funcionen bien, sintiendo que el aparato tiene algo personal con el que lo está utilizando. Los expertos en manejar las máquinas y aparatos tienen un halo propio del que tiene un arma o un lenguaje que puede influir sobre ese ‘maldito aparato’. Son mediums, sacerdotes que nos comunicarán con esos ‘dioses’.
Todos los aparatos automáticos tienen algo de las funciones del cuerpo humano, las reemplazan, las mejoran, las incrementan. Y llegamos al hecho de que los mismos órganos de los muertos se mantienen vivos como órganos sustitutos de los cuerpos de los supervivientes, lo que llegaría a representar una aproximación a la esencia del autómata: es un muerto vivo en el pleno sentido literal de la palabra. La promoción que se lleva a cabo para que los individuos donen sus órganos luego de su muerte se basa en el hecho de la creencia en la supervivencia después de la muerte, deseo que parece constituir, según el psicoanálisis, una de las fuentes psicológicas de la existencia del doble[4]. El donante del órgano es el doble del receptor y éste vivirá pendiente de - como ocurre en una gran cantidad de creaciones literarias que se ocupan del tema como El estudiante de Praga, estudiado por Otto Rank - que su doble decida el momento en que se cobrará la deuda. El órgano transplantado difícilmente puede ser integrado en el psiquismo del receptor y adquiere esa autonomía que le otorgamos a los autómatas y al destino.
La función de doble de la máquina se extiende en la era industrial hasta transformarse en una nueva clase social (o profesional, como pueden ser la policía y el ejército, la religión) que responde a intereses de una clase en contra de una tercera y que sutilmente, traidoramente, se volverá contra su amo, como buena máquina automática que se precie de tal[5]. El taylorismo es un paso intermedio entre el trabajo humano y el del aparato automático, muestra de lo cual es la película Tiempos Modernos de Charles Chaplin. Porque después de todo requeriría una cierta explicación, al estilo de Arnold Hauser en Historia Social de la Literatura y el Arte,el hecho de que la gran difusión de la literatura de lo siniestro, del doble, de los autómatas haya explotado con la revolución industrial. En las grandes revoluciones sociales llevadas a cabo junto con el desarrollo de la revolución industrial ¿cuanto hay de rebelión contra la injusticia social y cuanto de rebelión contra la máquina siniestra que desaloja y condena al trabajador?.
Pero aunque la automatización pueda acercarse en forma muy ajustada a la función del cuerpo humano (como los brazos ortopédicos que mueven sus dedos por impulsos nerviosos o los aparatos electrónicos para ver de los ciegos) lo siniestro de la automatización pasa por la condición previa de la disociación cuerpo-alma. Es el alma del aparato lo más temido, es su intención, su resentimiento, su capricho, su dolor, su furia vengativa (como en el film ‘2001 Odisea del espacio’). Es el estar animado, el movimiento que tiene y que buscamos en la aplicación a la construcción de los aparatos que requieran menos aportes de energía de parte nuestra, que sean más económicos en gasto energético, es decir, que tengan energía propia. Hasta el encuentro, por ahora utópico, de la máquina con movimiento perpetuo, es decir, que tenga vida propia. Un retorno al primum movens.
La presencia del autómata o del doble convocan a la religiosidad y por eso las religiones han hecho uso desde la antigüedad de <<misterios>> que muestran la vida que encierran los objetos o, de otro modo, el héroe renacido. Es que es una veta donde se puede manifestar el panteísmo, la animación de los objetos por un ser todopoderoso.
Los autómatas del adulto son descendientes de los juguetes infantiles, de los títeres y marionetas[6]: son objetos inanimados a los que se les atribuía vida.
[1]Jean Claude Beaune, Impresiones sobre el automatismo clásico. (S XVI - XIX), en Fragmentos para una historia del cuerpo humano, Parte Primera, 447.
[2]Rabelais introduce el término en el francés en Gargantúa y Pantagruel.
[3]Victor Tausk, Sobre el origen del ‘aparato de influencia’ en la esquizofrenia, Revista de Psicoanálisis, año II, N°3, 490.
[4]Como en la película ‘Jesús de Montreal’.
[5]La automatización industrial es un nuevo ejército al servicio del propietario que abaratará costos compitiendo con la clase trabajadora la cual perderá su empleo y su capacidad de consumo lo que redundará en un suicidio, según el economista John Gallbraith, de la poderosa clase propietaria.
[6]Roman Paska, Lo inanimado encarnado, 427. Heinrich von Kleist, Sobre el teatro de marionetas, 431. Jean Claude Beaune, Impresiones sobre el automatismo clásico (siglos XVI-XIX), 447. Fragmentos para una historia del cuerpo humano, Primera parte.

jueves, 14 de enero de 2021

La viralización de un delirio

La categoría de psicosis ordinaria propuesta por Jacques-Alain Miller ha demostrado una fecundidad no solo clínica sino también útil para el análisis del estado actual de la civilización. Las redes sociales son sin duda patrimonio de todos, pero constituyen un espacio particularmente propicio para alojar el discurso del psicótico ordinario. 

Como sabemos, la psicosis ordinaria es una variante clínica que gracias a un anudamiento supletorio logra una funcionalidad bastante adaptada al discurso corriente. No falta en ella el núcleo delirante, por lo general perfectamente localizable por la escucha analítica, y que permanece latente, sin expansiones notables. En muchos de esos casos, la ausencia de un desarrollo ideativo estructurado les permite establecer un lazo social entre ellos que se organiza alrededor de un contenido delirante compartido. 

El ejemplo de los terraplanistas es bien elocuente. La creencia delirante no funciona de modo individual, sino que actúa como amalgama que reúne a los sujetos en una comunidad donde se reconocen mutuamente, conquistan una suerte de insignia que los nomina y con la cual consiguen encontrar un modo de colectivizar el síntoma de suplencia. La clínica no recoge casos de delirios individuales sobre la tierra plana. Aunque un psicótico puede haberse constituido como el “caso cero” -el “inventor” del delirio- resulta más interesante formular una secuencia lógica en la que el delirio antecede a sus seguidores. Se trata de una construcción narrativa hecha conforme a las leyes de la paranoia, las que permiten reenviar al campo del Otro el goce que retorna por el agujero de la forclusión. Dicha construcción tiene un estatuto semejante al mito, que logra dar sentido a lo real primario, posee una virtud explicativa que permite localizar el mal, o procura despertar las conciencias adormecidas o hipnotizadas por la acción de fuerzas manipuladoras. 

A partir de la circulación social del delirio, actualmente favorecida por el efecto multiplicador de las redes, los sujetos psicóticos -y en particular aquellos que responden clínicamente a la forma ordinaria- enlazan la singularidad de su posición subjetiva a la universalidad de la creencia delirante que ya está “editada” en el discurso que corre por la aletósfera. Dicho enlace posee la ventaja de dar mayor credibilidad a la idea nuclear, reforzada por el sentimiento de pertenencia a una “religio”, en el sentido originario del término latino “religare”, unir fuertemente. Las “religio” delirantes han existido siempre, pero es indudable que el paradigma contemporáneo baumaniano de licuefacción del Nombre del Padre las ha pluralizado de forma notoria. 

Vale la pena aclarar que las teorías delirantes encuentran además un número incalculable de fieles que no podrían ser considerados clínicamente psicóticos, habida cuenta de que la condición delirante no es un rasgo intrínsecamente mórbido, o en todo caso responde a la locura esencial de la lengua y sus efectos en el cuerpo.

Dessal Gustavo (2020) Publicado originalmente en Revista Enlaces N° 26, "Clínica y política en lanpandemia" Grama, Buenos Aires, Año 2020.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Aburrimiento, ¿Camino de descubrimiento?

Nunca tanto como hoy, el mundo se ha organizado para evitar el aburrimiento. ¿Es posible estar todo el tiempo activo y conectado? ¿Cómo entender lo que está pasando cuando los chicos se aburren?

El aburrirse ha pasado a ser como una especie de monstruo temido por padres y educadores que sienten que tienen que ser como una computadora prendida que responde a las demandas de los niños con presteza y que muchas veces se la utiliza para eso. Pero este tipo de respuestas no dejan espacio para poder diferenciar los distintos tipos de aburrimiento, desde el necesario para procesar duelos, pérdidas tanto vitales como accidentales y dar paso a la creatividad en sus diferentes manifestaciones, hasta el que podríamos denominar aburrimiento extremo o patológico.

Porque detrás de esa supuesta “asistencia” inmediata para que no se aburran, muchas veces existe un objetivo no declarado que es: ”no me molestes, “arréglate solo”. Esto último nos habla de los déficits parentales que por diferentes razones, ya sea culturales, sociales y también económicas no disponen del tiempo para una necesaria interacción que habilite identificaciones sostenedoras de identidades sólidas.

Utilizando los desarrollos del Psicoanálisis en este campo, podemos observar que tras el aburrimiento que en algunos casos se presenta como inhibición intelectual y vital que se da en niños físicamente sanos, operan por el contrario, procesos inconscientes muy activos, cuya finalidad es mantener al niño aislado, tanto de la comprensión de la realidad objetiva, como de la de su propio mundo interior. Donde aburrirse suele ser un trabajo psíquico agotador, trabajo que si accede a un tratamiento en los casos de aburrimiento patológico podría abrirnos el camino a las representaciones mentales necesarias para que se produzcan los conflictos psíquicos encubiertos debajo de ese aburrimiento.

En estos casos se constituye en un trabajo psíquico agotador, tanto para el niño como para los que lo rodean, donde el vincularse podría devenir en la posibilidad de encontrarse con un pensamiento que atacaría el frágil equilibrio obtenido tanto en el plano del aprendizaje como en el de las relaciones con los otros.

Vemos de esta manera, niños y adolescentes en los que la percepción inteligente de ambos mundos, el interno y el externo les causaría tanto dolor y conflictos, tanta ansiedad y sufrimiento psíquico que tratan por todos los medios de evitarlos. Es el típico chico que en clase y en la casa perturba a los otros, provocando malestar a su alrededor o por el contrario permanece ensimismado y retraído, precipitando diagnósticos sombríos sobre sus posibilidades de evolución y aprendizaje.

O por el contrario, el aburrimiento puede ser simplemente una necesaria pausa para encontrar-se y encontrar nuevas formas de conexión, si el hecho de aburrirse no se constituye en una defensa contra todo aquello que ligue a la vida. No hay que olvidarse de que grandes creaciones de la humanidad han sido el resultado de ciertos estados de retracción y aislamiento sostenido que fueron fundantes y generadores.

Por otro lado, en la actualidad vemos que la aparición de cualquier debilidad o tristeza se lo vive como un fracaso “en la gestión” de los padres paradójicamente hablando, antes que como un estado propio de la vida misma, momentos de retracción necesarios para elaborar los cambios constantes tanto de los niños como sobretodo de los adolescentes. Estados que pueden llevar al autoconocimiento, y al despliegue de una potencialidad creativa, que de otra manera estaría opacada por una actividad constante que aplanaría esos instantes de estar inmersos en una aparente pasividad y que pueden ser el caldero necesario de una creatividad que busca su cauce. Por el contrario observamos que generalmente el aburrimiento pasa a ser un síntoma que asusta a los padres, en vez de una etapa necesaria, una transición para encontrar y encontrarse, base imprescindible de la creatividad, de esa tan nombrada página en blanco frente a la que todo creador se angustia.

A esto se le suma la exposición excesiva a los aparatos tecnológicos, donde la tecnología como una herramienta útil e imposible de sustraerse a ella, al mismo tiempo puede ir limitando la imprescindible interacción paterno filial. Antes era la televisión el chupete electrónico, ahora es la computadora, el IPad, etc., que en la medida de que se lo ofrezca con esa finalidad, nos encontramos con niños que demandan un entretenimiento permanente y de lo contrario se sumergen en estados de aburrimiento, ansiosos y desesperados.

O sea que nos enfrentamos con las inteligentes y pasivamente activas formas en que puede operar lo que Luzuriaga denominó la “contrainteligencia” tratando de abrir una puerta tanto para los estados necesarios de aburrimiento como para aquellos niños sobre quienes se ha hecho demoledores diagnósticos y que en realidad pueden terminar siendo muy inteligentes para lograr no saber, no conectarse.

Muy capaces y podría decirse activos para aburrirse donde la creatividad es usada en la mayoría de las manifestaciones de aburrimiento, de manera negativa para cortar y atacar la ligazón, que nada ni nadie llame su atención ni despierte su interés. Porque saber significaría en muchos de estos casos, crecer y encontrarse con lo irremediable de situaciones que no se pueden cambiar ni modificar, o sea que la inteligencia se vuelve contra sí misma y ataca la creatividad.

Podemos observar que el ataque sistemático a cualquier esbozo de vinculación es constante porque es vivido como peligroso, produciendo un daño irremediable en todo nuevo vínculo que pueda establecerse, ya sea de aprendizaje, amoroso, de juego, de proceso analítico, etc. Ataque en la mayoría de los casos sostenido por el entorno y los mandatos biopolíticos que propulsan la futilidad de los vínculos y la intolerancia a cualquier tipo de fracaso. La pregunta sería: ¿Y qué hacemos con esto? Tratare de presentar algunos ejemplos de situaciones cotidianas que podrían orientar respecto a la prevención de estos estados que tanto nos preocupan.

Esta propuesta depende también de las edades. Por ejemplo, los más chiquitos, en general cuando salen a la calle se angustian mucho, es algo que las personas grandes desconocen, pero lo podemos ver en los cachorritos, que cuando salen a la calle se asustan, no quieren separarse de su dueño, lo mismo le pasa al “cachorro” humano. Los chiquititos se asustan mucho, y de pronto encuentran que eso de tener objetos en la mano, engañosamente, los tranquiliza. Desde un punto de vista psicológico, esa necesidad desaforada que tienen en algunas ocasiones de que les compren cosas, tienen más que ver con la angustia ante los espacios abiertos y las situaciones nuevas, que con los objetos aparentemente deseados en ese momento. En ese sentido, la posibilidad de que el adulto en cuestión que está con el chico en ese momento, le pueda hablar, le vaya explicando el mundo que lo rodea con palabras sencillas, a manera de cuento, es mucho más tranquilizador que cualquier objeto desechable que le puedan comprar.

Y también seleccionar los espectáculos de acuerdo a las edades, porque es cierto que los chiquitos se conforman con cosas diferentes como inventarles un juego, contarles un cuento, que a su vez es tanto o más valioso que llevarlo a ver un espectáculo que no entiende nada , donde a poco de empezar empieza a llorar.

Un chico a partir de los 9 años puede apreciar más un espectáculo, una película, ocasión donde es preferible establecer un diálogo acerca de lo que se fue a ver, hacer toda una narrativa en torno a una película, que ver muchas películas, salir y no decir una palabra, como si no hubiera pasado nada. De esa forma se trata de ayudar a procesar distintas emociones y sentimientos metabolizados por la función continente de un otro que se disponga a escuchar y a comprender, que le vaya narrando la vida.

También propiciarle estar más distendidos, estar con chicos de su edad, respetar la necesidad de pasarse largo rato mirando el techo sin hacer nada tanto en los niños como en los adolescentes.

El aburrirse puede ser un camino de descubrimientos que no siempre nos habla de inhibiciones que incluye todas las variantes que la creatividad que cada uno encuentre, sin estar bajo la exigencia de un hacer que no tiene nada que ver, la mayoría de las veces con el descubrir nuevos territorios de interés.

Todo lo expuesto lo relaciono con la frase que dijo una niña pequeña: “Mama, me contas cómo es el mundo” y está dirigido a que puedan ir internalizando una narrativa que como una trama hecha de gestos, caricias, miradas y palabras pueda sostener los cambios necesarios, imprevistos e inevitables de la vida. Porque sabemos que la posibilidad de aprender de los niños y de jugar tiene que ver primordialmente con la capacidad vinculante brindada por las interacciones tempranas, que establecen un espacio de transición y de descubrimiento, de “ir contándoles el mundo”, que habilita la evolución y el crecimiento hacia la maduración cognitiva y el desarrollo emocional.

Fuente: Catz, Hilda "Aburrimiento, ¿Camino de descubrimiento?" - LetraUrbana.com

martes, 6 de octubre de 2020

La compulsión ludopática en la clínica psicoanalítica

¿Cómo entender la ludopatía desde la clínica psicoanalítica? Seguimos la clase "Juegos y usos de las pantallas" de Gustavo Dessal del 19/9/2020.

Es un hecho de estructura privilegiar el orden significante como creador de la ficción de cada uno. En la medida de que el hábitat de todo sujeto es la ficción, todo el mundo delira. No obstante, no todo el mundo delira de la misma manera. El principio de realidad es controvertido, en especial en el psicoanálisis lacaniano, aunque solemos utilizarlo y quizá no necesitemos desprendernos del todo de él. "Principio de realidad" es casi una mala palabra. Lacan no prescinde de esta noción, pero la trabaja de una manera muy particular siguiendo a Freud. El principio de realidad es la continuación del principio del placer, pero por otros medios. 

A partir de la condición delirante universal, hay que introducir lo singular, el modo en que un sujeto va a consentir a una pérdida de goce. Es un consentimiento que implica un duelo. Lo que llamamos efectivamente principio de ralidad, quizá se pueda traducir como el pasaje del principio del placer al duelo por la pérdida de goce. El jugador es alguien que ha sufrido un traspié en ese duelo, en esa pérdida estructural de goce. 

La vida del jugador, como idea general, es algo que gira alrededor de una renegación de esa pérdida y lleva a que el sujeto se identifique con la pérdida misma. Lo que se repite en el jugador es una elaboración maníaca de triunfar sobre la castración, con el consecuente retorno de la derrota. El sujeto queda enganchado a la producción de una ganancia de goce y su pérdida inmediata

¿Qué hacemos en la clínica? Tratamos de indagar si esa secuencia ganancia-pérdida se sitúa del lado del sujeto o del lado del Otro. Hay dos vertientes principales en el juego. Una, vinculada al autoerotismo. La otra, vinculada al Otro, a lo edípico. En el fondo de esta compulsión, encontramos la voluntad del sujeto de desmentir la falta en el Otro, ¿Pero hasta que punto está cautivo en el deseo del Otro? También puede ser que ese juego ganancia-pérdida esté del lado del sujeto, se trata de jugar con su propia pérdida, no con lo que debe restituírle al Otro.

Lacan, utiliza el apólogo de Aquiles y la tortuga para mostrar que el goce fálico nunca alcanza a realizar el goce del Otro, La verdadera apuesta en el juego patológico es desafiar la imposibilidad que funciona como límite.

En Dostoievski hay una cuestión muy interesante, quien tenía una relación fundamental con una mujer. Freud dice que él juega no solamente por el placer de jugar, sino que también juega para llevarle dinero a ella. La mujer habpia aprendido a maniobrar con el alcoholismo de Dostoviesky y sabía lo que tenía que hacer para que él escribiera. Es Dostoievski, la pasión por el goce es desenfrenado. El dinero, en él, era para entregárselo a la mujer. En muchos casos como en este, la compulsión ludopática se conecta con la alienación al deseo del Otro: es un jugar para el Otro. 

Hay una dimensión del goce del apostador a triunfar sobre la castración. En el momento que el sujeto apuesta, se sitúa momentáneamente en el lugar del amo. Acto seguido, se precipita como desecho. La apuesta es un juego sobre el más y el menos del goce.

La ludopatía es transclínica, aparece en cualquier estructura clínica. Lo escencial es la relación con la castración en estos sujetos, que da la impresión de estar vinculada con una forma de renegación, aunque no se trata de la renegación estructurante de la perversión. El ludópata no forcluye la castración: la admite, pero al mismo tiempo la burla. Por eso hace este juego con el más y con el menos. 

El ludópata hace en su apuesta un cálculo donde el goce falla. Esto es típico de los apostadores "Esta es mi ultima apuesta" y siempre es la última, claramente. Una partida más, una mano más... En el punto que está perdiendo, cree que va a recuperarlo todo. O cuando estando a un paso de realizar su deseo, la caga. Esto del desecho es muy importante, no olvidemos que la relación del dinero con el excremento es una equivalencia clásica.

Toda la vida del jugador gira alrdedor del punto de la admisión de la castración, pero con este rodeo renegatorio que dijimos. En muchas situaciones el sujeto la admite; el sujeto neurótico que juega tiene una especie de doble vida. Entra en una escena, normalmente acompañada de cierta ritualización, como vestirse de determinada manera, ciertas comidas o cigarros. Hay otro momento en que el sujeto sale despedido de la escena. 

El juego como tal es ininterpretable. Cuando el juego tiene que ver con lo edípico del sujeto, con su relación con el Otro, pareciera que son casos con pronósticos más benignos que los casos donde el juego está por fuera de toda significación, donde aparece de manera compulsiva y ahistórica. En este segundo caso se dificulta separar al sujeto de su goce que cuando el juego se vincula a la historia del sujeto. 

Hay episodios de ludopatía que aparecen luego de un duelo no tramitado. Se trata de un período acotado de la vida, articulado a un otro. Hay ahí una trama, un a historicidad. 

Juego y pantallas. Evidentemente, casi todos actualmente estamos vinculados a las pantallas. El celular es hoy el dispositivo por excelencia. Con ese objeto, el sujeto establece una relación muy particular. Ningún objeto tecnológico ha llegado antes a constituírse como un condensador de goce como el smartphone. Podemos privarnos de estar sin alguien, pero es muy difícil soportar un día sin consultar el móvil. Perder el celular o que se lo roben son acontecimientos casi traumáticos. La angustia es incocomparable, pese a ser un objeto sustituible. El modo en que nuestras vidas han sido apresadas -con nuestro consentimiento- demuestran que la tecnología no responde a cuestiones prácticas de la vida, aunque es indiscutible sus comodidades. 

Los psicoanalistas hemos cometido un gran error al desentendernos de los estudios cognitivo-conductuales. La terapia cognitivo conductua es una cosa; los estudios en psicología cognitiva son otra. Independientemente de cómo se utilicen esos estudios, tenemos que rescatar que saben lo que están buscando. Por ejemplo, muchos de esos descubrimientos se utilizan para la programación y el diseño de ciertas tecnologías y aplicaciones. Las personas que fueron las cabezas más importantes de estos cambios, han confesado públicamente que han diseñado todo para producir un efecto de adicción. 

En las redes sociales y sus aplicaciones, hay un miedo a perderse algo. La posibilidad de ser privado de un goce. Los padres, que les sacan los celulares a sus hijos, ponen en juego este fantasma de que el chico en ese momento se está perdiendo algo.

Los ingenieros ya saben que no todo se resuelve de un modo semántico. La significancia no agota el campo del sujeto, y todos los algoritmos de la era digital dan cuenta de eso. Evidentemente, hay algo más: un obstáculo imposible que la tecnología no cuenta. Para la tecnología y la investigación tecnocientífica, no existe la dimensión de lo imposible. Para ese discurso, lo imposible es pasajero: lo imposible hoy, puede ser posible mañana.

¿Cómo hacen los investigadores para indagar en el campo del goce? Los rastreos de los algoritmos de Facebook sobre las interracciones de los usuarios a lo largo de un período de tiempo hace que ellos puedan recrear rápidamente el estado de ánimo que ha tenido el sujeto en cada momento. El sistema aprende cuáles son los mecanismos que tiene que utilizar para intervenir en ese momento, en ese estado de ánimo determinado. Las sugerencias de Youtube tampoco son azarosas: están en función del estado de ánimo que captaron. Que se equivoquen o no es otra cuestión, lo que a nosotros nos importa es no bajar la guardia en estos temas, que son parte de los síntomas de la época.

La atmósfera de la forma de jugar en la época de Dostoievki es muy diferente a cómo se juega hoy, sobre todo en la forma del lazo social. ¿Cómo poner un límite al mercado de las apuestas?

lunes, 29 de junio de 2020

El trabajo docente y los problemas de salud mental relacionados a la gestión educativa: tensiones dentro y fuera del aula.


Introducción
El trabajo docente en el Siglo XXI, además de enseñar y transmitir conocimientos, requiere gestionar en el aula diversos factores que exceden a lo académico. Esto en realidad no se trata de algo novedoso, sino que siempre ocurrió así. Lo diferente en esta era post-moderna cibernética, es que las tensiones a las que están expuestos los docentes tienen componentes no observados anteriormente. Dichas tensiones pueden generar en estos profesionales de la enseñanza problemáticas de salud que interfieren con su posibilidad de dar clase y requieren en muchos casos la utilización de licencias médicas, que a su vez, suelen estar cuestionadas por la sociedad.
El presente ensayo surgió en relación a una problemática de salud de índole laboral del autor y tiene como objetivo realizar una reflexión y un análisis de los factores que pueden afectar la salud de los docentes. En este sentido, se plantean unos interrogantes a desarrollar en el ensayo: ¿Qué tensiones existen entre el docente y su trabajo con los diferentes actores de la comunidad educativa? Y también, ¿Cuáles son las psicopatologías más comunes en relación con este tipo de trabajo?

Trabajo docente y carga laboral
En la actualidad, las condiciones del trabajo docente son afectadas por múltiples factores, muchos de ellos no observados anteriormente. La principal diferencia entre el trabajo docente del siglo XX y el del siglo XXI es la tecnología, y principalmente el acceso a Internet, a las redes sociales y a las comunicaciones en general, tanto por parte de los estudiantes como por parte de los profesores. Antes de la masividad del acceso a la información y a las comunicaciones, el aula era un lugar cerrado, “sagrado” y nada trascendía de ella, más allá de los comentarios entre las personas que formaban parte de la misma. Hoy en día, y creemos que cada vez en mayor magnitud, el aula dejó de ser un ámbito cerrado en el que sólo se encontraban docentes y alumnos. Los teléfonos celulares, las cámaras de fotos y video, el WhatsApp, Facebook, Instagram y otros programas (además de los que aparecerán en el futuro) abrieron definitivamente las puertas del aula transparentando absolutamente todo lo que allí dentro ocurre. Esto no necesariamente es algo negativo, sino que el cambio de paradigma afecta al trabajo docente.

De acuerdo a un estudio realizado por el Taller de Estudios Laborales del sindicato ADEMYS, se define a la carga laboral como: “las tareas que forman parte del trabajo y tiene componentes físicos, mentales y psíquicos.” Si bien estos tres componentes son de suma relevancia en relación con el trabajo docente, nos referiremos al componente psíquico de la carga laboral, haciendo hincapié en la salud mental y las patologías asociadas del personal docente. Entre las dificultades que se presentan en este sentido, las tensiones en las relaciones interpersonales suelen ser un factor que puede desencadenar situaciones de enfermedad para los profesores en ejercicio. A su vez, la falta de espacios, tiempos y recursos provoca mayor autoexigencia, la falta de reconocimiento al trabajo (más allá de lo salarial) y la exigencia de sumar puntaje por el hecho de conseguir los puntos y no movilizado por la búsqueda de capacitación, suele ser frustrante.

La desvalorización del trabajo docente, así como la autoexigencia de aquellos profesionales de la enseñanza que intentan sobreponer las dificultades para intentar brindar su mejor trabajo y que los alumnos logren aprender más, tienen consecuencias en la salud de los profesores. Frente a un sistema educativo con la cantidad de problemas que presenta, una sola persona no podrá, por más que ponga todo su empeño, combatir tales situaciones. Ese precio se paga con la salud, tanto física como psíquica.

La desvalorización puede darse cuando se menoscaba la autoridad docente, cuando hay presiones para ocultar problemas, para que los padres no se quejen, para que no haya reprobados o repitentes, cuando cualquier decisión que tome el docente es cuestionada por los padres (incluso las pedagógicas) y no existe respaldo por parte de las autoridades e incluso, como explicitamos anteriormente, debido a la formación anacrónica de los maestros, desactualizada respecto a los avances tecnológicos que manejan los estudiantes.
En este contexto, los docentes deben gestionar el trabajo en el aula, donde además de gestionar el proceso de enseñanza-aprendizaje, tienen que lidiar con las relaciones interpersonales complejas tanto con los estudiantes, como con los directivos y con las familias. En muchas oportunidades, tales tensiones afectan la salud mental de los profesores por lo que deben pedir licencias, que a su vez son cuestionadas por la sociedad debido a la desconfianza que generan respecto de su veracidad.

martes, 24 de septiembre de 2019

Llamadas spam y el impacto sobre la salud.


Está muy extendida la costumbre de dormir junto al celular, a la mano o en la mesa de noche. Cada vez que suena el teléfono, vibra o se enciende porque ingresa algún mensaje, se afecta la calidad de sueño, que puede implicar el despertar completo. La privación de sueño aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y depresión.

Desde hace algún tiempo, muchos usuarios de telefonía celular denunciaron haber recibido molestas llamadas telefónicas de números con característica de diferentes provincias argentinas. Lo cierto es que no solo han causado incertidumbre en la sociedad, sino que se trata de llamadas realizadas a cualquier hora del día, inclusive a la madrugada. 

Las llamadas spam siguen son un método para acercarse a un posible cliente o votante (ya que muchas veces se trata de marketing o propaganda política). El procedimiento es el siguiente: cuando uno atiende alguno de esos números, del otro lado comienza a sonar un tono de espera como si fuese justamente quien atiende el que está realizado la llamada. Luego de algunos segundos, la llamada se corta. En otras ocasiones, la llamda simplemente no conecta y se cuelga al instante.

Lejos de disminuir, se trata de una actividad en crecimiento en Argentina, España, Reino Unido, Italia, Francia, y los Estados Unidos, donde ha crecido la cantidad de llamadas spam y fraudulentas —quienes se quieren hacer pasar por agentes de banco, extorsión o raptos, fraudes con tarjetas de crédito, entre otras.

¿Qué se puede hacer?
• Algunos celulares permiten bloquear números telefónicos. Una vez que ingrese alguna de estas llamadas, agregarlas en las opciones de bloqueo.
• Existen aplicaciones destinadas a bloquear llamadas telefónicas, varias de ellas gratuitas. La instalás y agregás la lista de números que te molestan.
• Registrar tu número de teléfono en la página oficial del Registro Nacional “No Llame”. Allí, luego de una serie de confirmaciones mediante correo electrónico y llamado telefónico (con característica de Buenos Aires), el registro se hará efectivo y en un lapso de 30 días ninguna llamada catalogada como spam publicitario podrá ingresar a tu celular.
• Todos los sistemas de mensajería, llamadas, luz, sonidos, alarmas, deberían estar desactivados durante la noche.
• La falta de sueño aumenta el riesgo de diversos problemas de salud, por lo que se recomienda apagar el teléfono al menos una hora antes de acostarse.

martes, 17 de septiembre de 2019

El humor de Tute



lunes, 24 de junio de 2019

El psicoanálisis ¿algo nuevo en el amor?


Fuente: Benito, Eduardo (2008) "El psicoanálisis ¿algo nuevo en el amor?" - Escuela de Orientación Lacaniana (EOL)

Ocurre que el Dr. Lacan ha dicho: "No hay progreso; lo que se gana por un lado se pierde por otro, y como no se sabe lo que se perdió se cree que se ha ganado."

Algo se gana, sí, pero por otro lado algo se pierde, y lo peor es que se lo olvida. Retengamos el final de su frase. Debido a tal olvido "se cree que se ha ganado". ¿Hay progreso de la humanidad a partir de la ciencia moderna y sus maravillosos inventos o creemos que lo hay?

Un solo ejemplo para ilustrar el punto. Tomemos el caso paradigmático del invento de la televisión. Dejemos los riesgos de constituir al teleidiota como una suerte de nuevo adicto. Pensemos que ya hace tiempo podemos ver imágenes y sonido a distancia, lo que incluye conexiones satelitales como para cubrir el planeta, etcétera, etcétera. "Maravilloso", diremos.

¿Es ello un progreso o sólo creemos que hemos ganado porque olvidamos lo perdido?
Y en el caso ¿qué cosas se perdieron?

Mencionaremos sólo dos entre otras. Es fácil constatar que desde su aparición el televisor ha ido gradualmente reemplazando al padre en la cabecera de la mesa familiar. Es un ejemplo gráfico y no tanto.

Sin duda ganamos la TV, pero tal vez olvidamos que perdimos al padre que antaño conquistaba su lugar arriesgando el ejercicio de un NO sostenido pura y exclusivamente en un deseo de ubicar al hijo en la ley.

Cuántos, cada vez menos, recuerdan que una mirada de desaprobación era suficiente para que no se escuchara "ni el volido de una mosca", como graciosamente mencionaba el Jefe de familia de la recordada serie Los Campanellis. Luego de lo cual se celebraba aquello de "la familia unita". ¿Qué los unía finalmente? El problema a no descuidar es que tal éxito televisivo era visto por familias donde el padre sentado en un costado reía con el resto. ¿De qué?, podríamos preguntarnos.

jueves, 23 de mayo de 2019

Revolución digital: los cambios de los últimos 20 años.


por Lucas Vazquez Topssian.
El inicio del 2019 llegó con la propuesta del #10yearchallenge, en la cual el usuario debía compartir en las redes sociales dos fotografías: una del 2009 y otra del 2019. Los que participaron del desafío daban cuenta de cómo había cambiado su aspecto, y uno podría preguntarse qué más ha cambiado desde ese entonces. Vivimos día a día sin percatarnos de los pequeños cambios que se acumulan y hacen a nuestra vida y -por supuesto- a nuestra profesión. 

La propuesta de hoy es hacer un recorrido por los últimos 20 años de Internet. No hay razón para ese número y definitivamente nada tiene que ver con el comienzo de la revolución digital, que se sitúa 10 años antes, a partir de la caída del muro de Berlín en 1989. Digamos, sencillamente, que desde aquel acontecimiento, los muros no han dejado de caer y podemos situar Internet como un decantado de todo este fenómeno.

Comencemos por el año 1999. Estamos exactamente a 4 años después de que Microsoft integrara en su Windows 95 a Internet Explorer. Desde esos años se ha venido popularizando la posibilidad de surcar la red y escribir las direcciones web. Por supuesto, de a una ventana por vez, porque las pestañas no aparecerán hasta dentro de unos años. 

¿Vamos de compras? En 1999 cada vez más gente se estaba animando a comprar por Amazon, empresa surgida hacía 4 años, y de a poco se impuso una gran novedad: el comercio electrónico. La aparición de Amazon fue la antesala del comercio virtual  en la que vivimos ahora. Entre los artículos de venta, encontramos desde hace un año las primeras cámaras fotográficas digitales, ¡de un megapixel!. Se trataba de cámaras fotográficas de baja resolución, dedicadas al público en general.

En 1999 también disponíamos del correo gratuito Hotmail, lanzado 2 años antes. Esta tecnología ya existía en la incipiente red de los años ‘60. En los años ‘70 se había inventado la arroba (@) para separar el usuario del dominio que aloja los mensajes. Además de que las cuentas de Hotmail eran gratuitas, sus usuarios no necesitaban tener un dominio para mandar mensajes. Millones de usuarios se registraron, masificando la comunicación. Además, durante este año Microsoft lanzó el MSN Messenger, que rápidamente comenzó a socavar el mercado de ICQ, cediéndole el liderazgo.

En 1999 Google cumplía apenas un año desde su lanzamiento. Se trata de un sistema creado por dos estudiantes de la U. de Stanford, Larry Page y Sergey Brin, que analiza los enlaces que conectan los sitios de Internet para hallar información de manera más efectiva. A partir de ahora, Google se posicionará, por su sencillez y utilidad, como el buscador más exitoso de Internet.

Finalmente, en 1999 se crea Napster, la primera red P2P de intercambio gratuito de archivos. Aunque Napster duró solamente 2 años, su influencia fue decisiva para cambiar radicalmente la industria de la música, víctima de la piratería, y sumirla en una crisis que duró más de 20 años.

¡Feliz año 2000! La humanidad sobrevivió al Y2K, aunque lamentamos que en 2 estados de Australia las máquinas validadoras de billetes de autobús no pudieran funcionar el 1° de enero. Pero no todo fue catástrofe: este año tenemos el primer teléfono móvil en integrar una cámara fotográfica, por parte de la compañía japonesa Sharp y J-Phone. Este teléfono-cámara es capaz de tomar fotografías con una resolución de 0.1 megapixeles para un display de 256 colores. Otra empresa, Sanyo, exporta esta novedad a Estados Unidos. En este año, se lanza la Playstation 2 (consola de juegos). 

En el el año 2001 salió a la luz Wikipedia, una enciclopedia virtual que a diario se alimenta y corrige de los aportes de sus usuarios. Nacen las “wikis”, el modelo de creación comunitaria de contenido. La información trasciende de la elite de las editoriales y enciclopedias, pero a su vez queda sujeta al vandalismo y a los errores de contenido y de referencia.

A partir del año 2003, empezó el fenómeno de las redes sociales: Fotolog (2003), MySpace (2003), Facebook (2004) y LinkedIn (2006) y el novedoso sistema de comunicación con mensajes cortos, Twitter (2006). Todas estas plataformas permiten crear perfiles con información personal, fotos, videos, enlaces, gustos y hasta aplicaciones. Las relaciones sociales se reacomodarán progresivamente a este nuevo ágora y con ellas se actualizarán también distintas modalidades de acoso: aparece el cyberbulling, el grooming (pedofilia) y el acoso sexual por imágenes entre adultos.

En el 2004, apareció Firefox, el navegador de Mozilla que ofrecí­a una gran novedad: navegar por pestañas. 

Youtube apareció en el 2005 y un año después es comprado por Google. Alimentado por la velocidad de la banda ancha, llega el auge lo de los videos por Internet. Progresivamente, esta plataforma fue ganándole terreno a la omnipotente y unidireccional televisión. Los jóvenes nacidos en esta época preferirán Youtube, que permite la interacción y los comentarios, dejando al televisor en segundo lugar. La fama también sufre un cambio: las celebridades se eligen democráticamente a gusto de la audiencia, como los casos de Justin Bieber y Lana Del Rey.

También en 2005 se creó Google Earth, un mapa con imágenes satelitales de alta resolución. Introduciendo el nombre de un lugar, se puede obtener la dirección exacta, un plano o vista del lugar.

El primer Iphone apareió en enero de 2007. Se trataba de un teléfono pura pantalla y sin botones, lo cual fue una verdadera revolución para la época. Durante ese año también aparece masivamente la conexión 3G para los móviles, como gran diferencia frente a la anterior tecnologí­a. Con la llegada de Internet a los móviles, empezó la era smartphone.

En el 2008 apareció Chrome, el buscador de Google, que rápidamente se coronarí­a como rey de los navegadores, hasta el dí­a de hoy.

A mediados de 2009 la empresa IPLAN comenzó a ofrecer FTTH a clientes particulares en Argentina, en respuesta a la demanda de soluciones nuevas para los usuarios, cuyos hábitos de usos ya habían cambiado. Las conexiones de fibra o FTTH nos permitieron hacer un uso más exigente de internet gracias a sus mayores velocidades. Esto posibilitó que los miembros de una familia pudieran estar conectados a internet simultáneamente, ya sea mediante juegos on-line, mirar series, etc.

El año 2009 también fue cuando la georreferenciación se volvió masiva. Esto implicó que a las dinámicas de las redes sociales se les sumara la interacción basada en el lugar geográfico donde se encuentra el usuario. Un ejemplo es Foursquare de Google.

El concepto de tableta ya existía en la ficción: en la serie Star Treck de los años 60, se podía ver a sus personajes utilizándolas. En 2010, la empresa Apple presentó el iPad (tableta), la cual alcanzó el éxito comercial. A partir de esta fecha, diversos fabricantes de equipos electrónicos han incursionado en la producción de este tipo de tecnología. Las tablets son computadoras portátiles, tienen pantalla táctil, y se las puede encontrar de diferentes tamaños. Durante este año también se desarrollaron dos sistemas operativos clave y funcionales: Apple y Android, destacados mundialmente hasta la actualidad.

En el año 2011 se estimaba que hay 2.100 millones de usuarios de Internet en todo el mundo. Al año siguiente, la estimación de usuarios aumentó a 2.400 millones. En 2011, América Latina y el Caribe obtuvieron las ventas más altas de la historia de teléfonos BlackBerry, cuya popularidad se debía a su aplicación BlackBerry Messenger (BBM), un sistema de mensajería instantánea.

La cultura del cortejo y las citas cambó con la aparición de Tinder en el 2012. Se trata de una aplicación geosocial que permite a los usuarios comunicarse con otras personas con base a segmentar sus preferencias para charlar y concretar citas o encuentros. Utiliza el GPS de los celulares y a partir de un simple deslizamiento de un dedo sobre la pantalla, se puede aceptar o rechazar el encuentro con una potencial pareja.

2012 también nos trajo Glass, el lanzamiento de Google de unas gafas que creó la primera realidad aumentada comercializada.

En cuanto a lo que en realidad aumentada se refiere, en 2016 Niantic lanza Pokémon Go, un juego de RA para móviles que alcanza un éxito sin precedentes en el género. Para jugar, hay que desplazarse físicamente por las calles, donde los pókemon están, e interactuar con otros jugadores.

Durante el 2016 los drones, surgidos del ámbito militar, invadieron el mercado. Se trata de vehículos aéreos no tripulados que en la actualidad logran evitar obstáculos y rastrear y fotografiar de forma inteligente personas, animales u objetos. Durante el 2018 en Argentina, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) debió lanzar una campaña de difusión para recordar dónde se puede (y dónde no) volar drones.

El boom de las bocinas inteligentes (smart speakers) se dio en el 2017. Se trata de parlantes inalámbricos y comando de voz con un asistente virtual integrado que ofrece acciones interactivas y activación de manos libres con la ayuda de palabras clave (ej. “Hey Google” para Google Home). Además de la reproducción de audio, permite controlar los dispositivos automatizados del hogar (termostatos, televisores, bombillos de luz inteligentes).

Por supuesto, este listado de datos históricos resulta incompleta y el lector seguramente podrá dar cuenta de otros hitos que le permitan pensar la subjetividad de esta época. El objetivo de esta recopilación no es otra más que situar pequeños cambios con grandes efectos, frecuentemente catalogados en términos de progreso. Sabemos que ni Freud ni Lacan eran progresistas, y ambos nos llevan a preguntarnos qué se pierde toda vez que creemos ganar. Lacan lo dijo así: "No hay progreso; lo que se gana por un lado se pierde por otro, y como no se sabe lo que se perdió se cree que se ha ganado".

lunes, 22 de abril de 2019

El humor de Tute