Mostrando las entradas con la etiqueta síncopa. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta síncopa. Mostrar todas las entradas

miércoles, 26 de marzo de 2025

La causa en psicoanálisis: entre la síncopa y lo inaprehensible

En psicoanálisis, la noción de causa se introduce a través de una síncopa, un corte que afecta la posición del objeto. María Moliner, en su diccionario, señala que el término "síncopa" proviene de una raíz etimológica asociada al acortamiento, al acto de cortar. En gramática, esto se vincula con el apócope, una reducción que modifica la estructura de una palabra.

Lacan, al abordar la causa, la vincula al “corte significante” que marca el cuerpo, refiriéndose a ella como una "tripa causal", una metáfora que resalta su relación con lo vivo, con lo que escapa a la mortificación impuesta por el significante. Esta idea subraya que la causa es, en esencia, inaprehensible, ya que se sostiene en la pérdida del objeto.

Aunque ciertos entramados discursivos permiten situar la causa, esta permanece fuera del alcance tanto de la razón simbólica como del conocimiento imaginario. Lacan la diferencia del "Nous anaxagórico", el principio filosófico griego que concebía la causa como un elemento elevado y organizador del universo. Mientras que en el pensamiento mítico la causa final estructura el sentido, en psicoanálisis la causa del deseo se liga a la estructura en términos de una necesariedad no garantizada, una formulación aparentemente paradójica.

El deseo se estructura en el fantasma, proceso que implica una síncopa del objeto, haciéndolo desaparecer u ocultándose tras la trama significante. Ante la falta de una causa final, el sujeto se posiciona desde la certeza: el "sujeto de la certeza" es aquel dividido por la causa, un punto en el que no hay vacilación subjetiva, lo que permite su abordaje. Esta certeza, sin embargo, no es la de la causa final mítica, sino el índice de lo real en juego, diferenciándose de la sombra de certeza que aquella ofrece.

miércoles, 22 de enero de 2025

El objeto como producto del corte

El punto donde el deseo se pone en acto y la nominación demuestra su límite revela la paradoja estructural del sujeto en psicoanálisis. Este límite, que Lacan denomina lo imposible de nombrar, define al sujeto como un punto de falta significante que afecta al Otro y, al mismo tiempo, señala la imposibilidad de que el sujeto se aloje completamente en la cadena significante.

El sujeto en el intervalo: lugar del corte

El sujeto, al no poder nombrarse, queda situado en lo que Lacan describe como el intervalo, el espacio del corte. Este intervalo no es simplemente un vacío o una ausencia; es el lugar donde el sujeto "habita" debido a su naturaleza evanescente, o fading, como efecto de la estructura significante. El intento del sujeto de ubicarse en la cadena es siempre fallido, ya que sólo está presente en los cortes de ésta, en los espacios donde el significante no logra fijar completamente su posición.

En el Seminario 6, Lacan describe este fenómeno de manera precisa: "Cada vez que quiere apresarse, nunca está allí más que en un intervalo". Esta frase subraya cómo el sujeto no tiene una consistencia ontológica propia; su ser está siempre en suspenso, sostenido únicamente en su relación con los significantes que lo representan.

El objeto a como soporte del sujeto

Para Lacan, el sujeto requiere de un anclaje que lo rescate de su evanescencia. Este anclaje se encuentra en el objeto a, una creación de la operación de corte. Este objeto, alojado en el fantasma, actúa como un soporte privilegiado que permite al sujeto sostenerse frente a la síncopa significante.

El objeto a, aunque inicialmente ubicado en lo imaginario, no se reduce a una cosa del mundo. En "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano," Lacan establece que este objeto es el resultado de una operación de corte que lo separa de la realidad circundante. Es el residuo, el resto, aquello que no puede ser asimilado completamente por el significante, y precisamente por ello se convierte en el pivote del deseo.

Nominación, corte y el borde de lo imposible

La nominación introduce un corte fundamental que define el borde entre lo posible y lo imposible de decir. Este borde no sólo delimita al sujeto como un vacío en la cadena significante, sino que también señala el límite del lenguaje mismo. La imposibilidad de nombrar al sujeto no es una falla, sino una característica estructural que define su relación con el Otro y con su propio deseo.

Al final, el sujeto no puede estar en la cadena, sólo en los intervalos; y lo que lo salva de esta condición evanescente es el objeto a, un soporte que emerge de la operación de corte y que constituye el eje alrededor del cual gira su relación con el deseo y el fantasma. Este planteo, desarrollado extensamente en Lacan, establece la base para diferenciar al objeto a de cualquier cosa del mundo, configurándolo como un elemento único en la economía del deseo.