martes, 27 de mayo de 2025

El análisis y la división del sujeto: hacia el atravesamiento del fantasma

Un análisis implica ir más allá de los velos del fantasma para situar la división del sujeto como su nudo fundamental. En este recorrido, la escisión subjetiva asume distintos estatutos: desde su dependencia del fading significante hasta lo real de su opacidad.

En Posición del inconsciente, Lacan plantea una serie de tesis sobre la relación entre el sujeto y el Otro. Allí, el inconsciente se define como un corte en acto entre ambos campos, lo que permite pensar su estructura en términos topológicos. Esto lleva a considerar tres aspectos cruciales: la relación entre el inconsciente y el cuerpo, los anudamientos que lo sostienen y su vínculo con la pulsión.

Dentro de este marco, el operador transferencial del deseo del analista resulta central en la cura, ya que permite la entrada en juego del objeto a en la transferencia. En un momento lógico posterior, el analista encarna este objeto, haciendo semblante del mismo. Dicho objeto, en la cura, remite a una posición subjetiva dentro del fantasma y se inscribe como consecuencia de un corte fundante en la constitución del sujeto.

La cuestión central que se plantea en este proceso es: ¿cómo se estructura un agujero? Esta pregunta articula la división del sujeto, la caída del objeto y la constitución de la estructura del fantasma. Así, el análisis transcurre a través de una serie de pasos que hacen posible el acceso al fantasma como respuesta al enigma del deseo del Otro, condición necesaria para su atravesamiento.

En este recorrido, la responsabilidad del analista es decisiva: debe acomodarse a la singularidad del sujeto en cada sesión, aún cuando pueda dar la impresión de tratarse del mismo cada vez. Es esta escucha atenta la que posibilita que el análisis conduzca al sujeto hasta el límite donde el deseo y su estructura pueden ser leídos en su dimensión más radical.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario