martes, 13 de mayo de 2025

El Padre como antecedente lógico: de Freud a Lacan

En el seminario 17, Lacan lleva a cabo un trabajo decisivo sobre el Nombre del Padre, lo que le permite repensar las diferencias en la conceptualización freudiana del Padre a lo largo de distintos momentos de su obra. Así, establece una distancia entre el Padre edípico, el Padre en el mito de la horda primitiva (Tótem y Tabú) y el Padre en "Moisés y la religión monoteísta".

Si bien la diferencia entre el Padre edípico y los otros dos es evidente, lo más interesante es la distinción que Lacan traza entre el Padre en Tótem y Tabú y el Padre en Moisés y la religión monoteísta.

Moisés y el problema del lenguaje en Freud

Uno de los aspectos más sugerentes del texto freudiano es el modo en que introduce nociones que tocan los límites del lenguaje. A lo largo de su elaboración, Freud trabaja con conceptos como lo arcaico, lo filogenético, lo originario, lo primitivo y lo prehistórico, aunque sin llegar a delimitar con claridad su relación con la estructura del sujeto.

A partir de esta observación, se puede formular una hipótesis:

  • Moisés y la religión monoteísta representa un punto de llegada en la obra de Freud, en el que se apoya en el Padre mítico de la horda primitiva para delinear lo que más tarde Lacan conceptualizará como un antecedente lógico.
El Padre como ordinal: La lógica del sucesor

En el seminario de los cuatro discursos, Lacan introduce una definición clave: "el niño es el padre del hombre". Aunque aparentemente simple, esta afirmación pone en juego una lógica que encuentra su fundamento en el planteo fregeano.

Desde esta perspectiva:

  1. El "niño" es el soporte gramatical de la función del Padre como antecedente lógico.
  2. Como agente de la castración, el Padre no es solo un significante, sino el término que condiciona la serie.
  3. Esto permite pensar su función desde una lógica ordinal, en la que el Padre se inscribe en la sucesión numérica.

Siguiendo esta línea, el Padre opera en la estructura como un ordinal en la serie de las dinastías, cuya lógica es impensable sin la función axiomática del 0. En otras palabras, su función solo adquiere consistencia si se inscribe dentro de un orden en el que el siguiente solo existe en relación con un primero que no deja de ser una falta estructural.

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