domingo, 24 de agosto de 2025

La Melancolía - Psiconeurosis narcisista y clínica actual

 

La Melancolía es una de las expresiones más dramáticas de las Afecciones Narcisistas, tan frecuentes en la clínica actual, donde el Yo queda atrapado bajo la sombra de un objeto resto, es decir, insignificante, sin una importancia valiosa.
1. Duelo y Melancolía: El mismo inicio, destinos opuestos.

En “Duelo y Melancolía”, S. Freud nos enseña que la reacción del sujeto ante una pérdida significativa puede seguir dos caminos: el Duelo normal o el Duelo patológico.

Ambos procesos tienen el mismo inicio: la pérdida de un ser querido o de aquello que, por la intensa implicación libidinal, adquiere para el sujeto un valor equivalente — el trabajo, un ideal, el lugar de residencia.

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Fue la práctica clínica, y la escucha rigurosa de S. Freud, la que le permitió demostrar que esa coincidencia inicial no asegura el mismo destino: la Melancolía sigue otro derrotero, diferenciándose de manera radical del Duelo.

2. ¿Cómo impacta una pérdida significativa en el sujeto melancólico?

Al sujeto melancólico, la pérdida le produce un quiebre subjetivo de gran profundidad, en tanto su psiquis se ve imposibilitada de encontrar una vía simbólica que le permita elaborar y tramitar dicha pérdida.

De este modo, el sujeto queda escindido e imposibilitado de interrogar lo que esa pérdida pone en juego en su vida. 

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Es este quiebre subjetivo, imposible de elaborar simbólicamente, el que precipita al sujeto melancólico hacia un abismo de gran gravedad clínica.


3. ¿Cómo distinguimos en la práctica clínica un cuadro de Melancolía?

En un Duelo normal, la reacción inicial se manifiesta con una profunda tristeza, desinterés por el mundo exterior, pérdida momentánea de la capacidad de amar e inhibición de las funciones vitales.

En la Melancolía, en cambio, a todo ello se añade un rasgo distintivo, ausente en el duelo normal: Una perturbación severa del sentimiento de sí, dado que el Yo del sujeto se encuentra profundamente afectado.

 
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¿Cómo puede expresarse esta alteración profunda del Yo?
 
- El sujeto se autoincrimina.
- Se considera culpable de lo perdido.
- Puede caer en el delirio de creerse indigno, ruin o despreciable, sintiéndose sin derecho a convivir entre los demás.


4. Un Fracaso del Amor: la Melancolía y las Psiconeurosis Narcisistas.

Para S. Freud, la Melancolía constituye una Psiconeurosis Narcisista.

El Otro de los primeros cuidados —por razones siempre singulares— no pudo otorgarle al sujeto, en los tiempos inaugurales, una identificación narcisista suficiente. 

En “Introducción del Narcisismo” (1914), S. Freud lo llamó “Fracaso del amor” (Versagen der Liebe): el niño no llegó a encarnar para ese Otro la potestad esperada en este primer tramo identificatorio: “Su majestad, el bebé”. 
Así, la sombra de lo que el infante no llegó a ser recae sobre su Yo.

 
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En Duelo y Melancolía, S. Freud expresa esta dramática con una frase que define al cuadro de la Melancolía: “la sombra del objeto recae sobre el Yo”.

5. Manifestaciones Clínicas de la Melancolía

En las psiconeurosis narcisistas, tal como S. Freud considera a la Melancolía, la libido queda fijada en el Yo y no encuentra una vía de tramitación en el campo simbólico, es decir, en el lenguaje. Esto provoca un empobrecimiento y un retraimiento del mundo exterior que se vuelven crónicos y clínicamente graves.
 
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A diferencia de las Neurosis clásicas, donde el sujeto puede prestar su libido al analista y sostener el amor de transferencia, en las Psiconeurosis narcisistas —tales como la Melancolía— la libido queda fijada en el Yo. 

Por este motivo, el analista se encuentra ante un gran desafío clínico para constituir el lazo transferencial y, en consecuencia, deberá intervenir de un modo distinto, dado que se ve imposibilitado de recurrir a la Interpretación Clásica y a la Asociación Libre, propias del campo simbólico.


6. ¿Cuáles son las intervenciones “No Tipo” frente a la Melancolía (Psiconeurosis Narcisistas)? 

En el cuadro clínico d
e la Melancolía, debemos ser muy cuidadosos en la estrategia de intervención, para evitar reforzar el encapsulamiento yoico producto de la retracción libidinal, con su consecuente aislamiento del mundo y de los lazos. Dicho encapsulamiento genera, además, fuertes resistencias frente a toda apelación dirigida de manera directa al sujeto. 

Por eso recurrimos a vías indirectas, que no interpelen de manera explícita al sujeto, sino que abran pequeñas grietas hacia un horizonte deseante. 

Algunos ejemplos de intervenciones “No Tipo” -por alusión indirecta- serían:
“Sabés que este día me recuerda un paisaje que vi cuando viajé a Perú.”
“Vine caminando hasta el consultorio porque descubrí que caminar me alivia la lumbalgia.”
“En estos tiempos de tanta pelea social, qué bueno sería recordar una película como Billy Elliot.”

 
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Con estas intervenciones, el propósito es, muy de a poco, despertar algún hilo deseante que opaque la sentencia que padece el melancólico: “¿para qué la vida, si yo me siento muerto?”

7. ¿Por qué es fundamental trabajar en Interdisciplina? 

El cuadro clínico de la Melancolía puede acompañarse de Ideación Suicida y riesgo de Pasaje al Acto.

Por este motivo, resulta indispensable el trabajo conjunto con un psiquiatra y, en ocasiones, con un acompañante terapéutico. La medicación, lejos de ser un recurso para taponar, debe operar como soporte que habilite la palabra, tantas veces ausente en la Melancolía. 

 
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El propósito del trabajo clínico —y en particular del abordaje interdisciplinario— será siempre que el sujeto logre expresar el padecimiento que su propia psiquis le impone. En esos decires se abre el terreno donde nuestras intervenciones podrán desplegarse, con la apuesta de que adquieran sentido y eficacia.

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