sábado, 17 de mayo de 2025

Del no-todo a la negación discordancial: existencia, falla y lógica en Lacan

Lacan introduce una separación radical entre existencia y esencia. Mientras la esencia remite a una identidad plena que falta estructuralmente en el sujeto hablante, la existencia se presenta como inscripción modal, efecto de un decir. Allí donde la esencia no está, se inscribe una existencia contingente, inaugural, ligada al acto y a la imposibilidad. En palabras del propio Lacan:

…si se afirma la existencia, el no-todo se produce. En torno a este ‘existe’ debe girar nuestro avance”.

Esta afirmación marca el pasaje a una lógica que no se apoya en el universal, sino en la excepción: es esta la que funda, delimita y a la vez revela un resto que escapa a la función —en este caso, la función fálica. El no-todo no es ausencia sino operación: una lógica de la falla, tratada como contingencia, donde el S1 del Nombre del Padre introduce una marca que no cierra el conjunto, sino que lo desborda.

Este movimiento implica, por parte de Lacan, una distancia respecto de Aristóteles, aunque no un rechazo. Lacan se apoya en la arquitectura lógica del estagirita para trascenderla y construir un dispositivo formal propio: las fórmulas de la sexuación. En ese marco, establece tres registros fundamentales para el tratamiento lógico del goce y la diferencia sexual:

  1. Los prosdiorismos (modalidades lógicas del juicio: necesario, posible, imposible, contingente).

  2. El campo de la modalidad, como régimen formal de lo que puede afirmarse o no afirmarse.

  3. La negación, núcleo estructurante de su propuesta, que adquiere en Lacan un valor fundante.

Lo novedoso en la propuesta lacaniana es la reformulación de la negación desde una lógica no-semántica. Lacan diferencia entre dos formas de negación:

  • La negación forclusiva, que produce contradicción y remite a la exclusión radical.

  • La negación discordancial, que no instala una oposición binaria, sino una imposibilidad de decidir entre verdadero y falso. Esta última se vincula directamente con el no-todo, ya que no se trata de una totalidad incompleta, sino de una lógica que no puede cerrarse ni fundarse en lo universal.

En suma, Lacan elabora una lógica que se aleja de la sustancia y la esencia para sostenerse en el vacío, la excepción y lo contingente. Es en esa falla estructural donde se juega la sexuación, la posición del sujeto y la política del deseo.

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