jueves, 20 de marzo de 2025

Más allá del diagnóstico: repensando el TDAH y la Infancia

 La Gran Bolsa del TDAH

"Niños de 5 años que se mueven demasiado, niños ensimismados, niños que hablan de modo desafiante, niños con dificultades para armar pensamientos, todos son englobados en esta gran bolsa de gatos en que se ha convertido el déficit de atención con o sin hiperactividad."
— Beatriz Janin

En la actualidad, la etiqueta diagnóstica del TDAH se ha convertido en un cajón de sastre donde caben múltiples expresiones del sufrimiento infantil. En lugar de escuchar lo que cada niño intenta comunicar con su conducta, se opta por reducir su complejidad a un diagnóstico rígido, perdiendo en el proceso la oportunidad de comprender su singularidad.

El Peligro de Congelar los Síntomas

Sigmund Freud hablaba del "sentido de los síntomas": una clave para acceder a la verdad subjetiva del niño. Sin embargo, cuando se patologiza la infancia de manera mecánica, se reemplaza ese sentido por una identidad prefabricada, vaciando de contenido la experiencia psíquica.

Esta supresión del conflicto en la infancia no desaparece, sino que resurge con mayor fuerza en la adolescencia, manifestándose en impulsiones, compulsiones, acting out, problemas con la ley o con el propio cuerpo.

Un Enfoque Ético en la Clínica Infantil

El trabajo del psicoanalista con niños debe basarse en premisas fundamentales:

  • Reconocer que el psiquismo infantil está en formación, abierto a transformaciones y nuevas posibilidades.
  • Respetar el derecho del niño a tener síntomas, pues estos expresan su verdad subjetiva.
  • Escuchar y descifrar el síntoma, siguiendo la enseñanza de Jacques Lacan: “El síntoma representa la verdad de su subjetividad.”
  • Incluir a las figuras parentales, estableciendo con ellas una transferencia positiva, sin culpabilizarlas, pero ayudándolas a asumir su responsabilidad.

El Contexto: Una Variable Ineludible

No se puede abordar el sufrimiento infantil sin analizar el entorno en el que el niño crece y se desarrolla. Las condiciones sociales y culturales de cada época atraviesan la crianza y modelan las problemáticas psíquicas.

El Psicoanalista como "Prestador"

Trabajar con la infancia es una labor artesanal. El psicoanalista no solo escucha, sino que también presta aquello que el niño necesita para estructurarse psíquicamente:

  • Un límite cuando está incierto.
  • Atención y amor cuando han sido insuficientes.
  • Un borde corporal cuando este se encuentra desdibujado.
  • El juego cuando ha quedado detenido.
  • Significaciones menos normativas y más deseantes.

La clínica infantil no puede limitarse a una etiqueta diagnóstica; debe abrirse a la escucha genuina del sufrimiento, ofreciendo herramientas para que el niño pueda simbolizar lo que hoy solo puede expresar con su cuerpo y su acción.

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